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Los chicos volvieron a su habitación sin apurar el paso. Los ojos de William y Theo se cerraban por el sueño, en cambio, Hudson se encontraba con las ganas de hacer una fiesta y joder hasta que amaneciera. Aurora y Ophelia esperaron a Valentine y a Joanne en el primer piso del hotel, sentadas en los sillones mientras intentaban sacar algún tema de conversación.

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Los besos que se depositaban en sus mejillas y cuello pararon en un cálido cruce de miradas que ambas anhelaron. Joanne apoyó sus manos en su cintura y recorrió con una caricia su espalda en un abrazo inesperado. Valentine reposó su cabeza en el hombro de Joanne. Ninguna dirigió alguna palabra, solo las acompañaba el silencio. Aquel el cual en algún momento fue incómodo, pero ahora reflejaba más que comodidad.

Se separaron y quedaron a unos centímetros de la otra. Ambas podían sentir la respiración chocar con la suya y escucharon los sonidos venir de afuera y las últimas gotas de lluvia caer.

Después de días, meses y años con la misma sensación de no poder o no querer hablar se habían esfumado por completo en la oscuridad que pensaron que nunca se iban a ir.

Subieron a la terraza entre risas que intentaban callar al no tener permiso de estar ahí. Joanne sujetó la mano de Valentine y entraron lo más silenciosas que pudieron.

—¿No se van a dar cuenta? —Valentine puso un mantel en el suelo recién seco y frío. Ambas se sentaron en el y contemplaron el paisaje.

—No creo —dijo Joanne en forma de sarcasmo. No le importaba si alguien las veía, si estaba o no prohibido estar en la terraza. Lo único que quería era estar a solas con Valentine junto al hermoso paisaje y ver el atardecer a su lado.

La sonrisa en su rostro era lo primero que le llamaba la atención a Valentine. Esa tarde la había visto sonreír más de una ocasión, pero nunca olvidará esa noche, porque su sonrisa la había ocasionado ella. Sus ojos siempre intimidaba junto a la seriedad que portaba, era unas de las primera veces que no notaba enojo o asco en el reflejo de su mirada. Aquella mirada que ahora brillaba, pero no por creerse superior como solía hacerlo, sino que aquel brillo era de alegría, emoción y reflejaba amor, ya no más odio.

Las dos veían el sol ocultarse con algunas nubes dispersas. Las calles estaban vacías sin ningún ruido que arruinara el momento. Ambas se agarraron de la mano y no se soltaron, no quisieron.

—Me hace recordar a ti —Miró a Valentine y señaló el hermoso atardecer y como respuesta unió sus dedos con los de ella.

Valentine cerró por unos segundos sus ojos y se hipnotizó por el aroma de Joanne. Se arrimó más a ella para que sus brazos se tocaran y apoyó su cabeza en su hombro. Recibió una caricia sutil en su mano cuando sintió aquel tacto por parte de Valentine.

—Yo también tengo que pedirte perdón —dijo Joanne sin dejar de observar el cielo.

—Ya lo hiciste, solo que yo no quería aceptar tus disculpas.

—Pero siento que no fue suficiente —aclaró y dirigió sus ojos a ella, Valentine separó su cabeza de Joanne y la miró con una curva en sus labios.

—Te perdono —susurró y un sonrojo apareció en sus cachetes. No dudó y depositó un beso en su mejilla.

No sabía que necesitaba un pequeño beso de ella hasta ahora. Las ganas de llenar su cara de besos era lo que más deseaba hacer en ese momento, pero se detuvo al pensar que sería muy invasiva si lo hacía. Respiró profundo y recordó el retrato que ella misma había hecho.

—¿Algún día me dejas dibujarte? —La emoción recorrió su cuerpo al ver a Valentine asentir.

Había tantas cosas que quería decirle, y al no saber como expresarlas la angustiaba tanto. Joanne no paró de mirar aquellos ojos celestes que tanto le gustaba.

«Nunca me cansare de amarla»

Me gustas —repitió Valentine al verla sonreír como tonta. No pudo evitarlo, soltó su mano del agarre y las apoyó en las mejillas calientes de Valentine. Ella sintió los cálidos labios de Joanne fundirse con los suyos.

Como si fuera la primera vez. Sus latidos se aceleraron y una sensación en el estómago floreció. Su cuerpo se aferró a ella sin dejarse soltar en la tentación. Acarició su nuca con delicadeza y se separaron unos segundos para tomar aire y no desviaron la mirada en ningún momento.

Volvieron a cerrar sus ojos y Joanne depositó pequeños besos en la piel de Valentine. No había excusas entre ellas ni nadie que interrumpiera, «Me encanta»

Las estrellas aparecieron en el cielo oscuro, el sol ya estaba oculto y la luna llena las iluminaba, como sus ojos al mirarla. La ciudad se llenó de luces junto a la terraza. La temperatura del ambiente empezó a bajar, pero estaban cálidas juntas.

Después de un tiempo acompañadas por la noche fueron a sus habitaciones. Aurora y Ophelia ya se encontraban ahí, sus ojos bien abiertos y atentas para escuchar o ver cualquier acontecimiento que ocurriera. Ambas estaban cada una en su cama acostadas con su celular en la mano, aunque solo estaba de decoración.

—¿Todo bien? —preguntó Ophelia a Joanne que caminaba hacia su cama mientras Valentine entraba al baño.

—Más que bien —La sonrisa en su rostro ya explicaba todo. Ophelia soltó un suspiro de alivio por la tensión que acumuló.

✧・゚: *✧・゚:*

—Me gustas

—¿Qué tanto?

—Me gustas más que el café caliente por las mañanas, más que el invierno lleno de nieve y el atardecer. Me gustas, más que el arte, más que mis pinturas y retratos. —Acarició su mejilla—. No puedo describir lo mucho que me gustas, porque no se compara con nada. Y si me lo permites, déjame amarte.

Valentine estaba a punto de dormirse entre los brazos de Joanne. Las palabras que soltó hizo que una sonrisa se revelará.

Ya algunas frases de Valentine eran incoherentes por el sueño que tenía. Pero aún quería seguir con aquella charla, con ella para decirle todo lo que tenía pensado.

—¿Puedo ser tu novia? —Valentine la miró y fue como si el sueño desapareciera al escuchar aquella pregunta salir de Joanne. No evitó sonreír en ningún momento y asintió con la cabeza.

—Pensé que nunca lo dirías —Soltó una pequeña risa que contagió a Joanne y besó su mejilla enrojecida— estuve a punto de decirlo yo.

Aunque aún quedaba mucho por decir.

Las palabras perfectas para describirlo todo fue un;

Te amo.

—Te amo

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Mucho por decir del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora