Mucho por decir del amor

37

No quiso escuchar la voz que la llamaba. Se mantuvo en silencio y agarró su celular. Desvió su vista a la pantalla negra.

«No la escuches»

Las intrigas mataban, pero más lastimaba sus pensamientos que no dejaban que un lindo trato se apodere de ella. A pesar de que Joanne solo quería hablar, Valentine no estaba de acuerdo.

«No pienses que haciéndote la buenita voy a escucharte»

La miró de reojo por un instante. Joanne no volvió a decir su nombre. pensó que ignorarla había funcionado.

Joanne se levantó de la cama y dejó su cuaderno de dibujo sobre la manta. Supo que sería difícil obtener su atención cuando estaba claro que Valentine no quería saber nada sobre ella.

—¿Estoy siendo muy pesada? —Valentine levantó sus cejas al escucharla— solo quiero hablar, no puedes estar siempre enojada conmigo.

—Si, eres insoportable —dijo en seco y caminó hasta llegar a la puerta. Salió de la habitación y antes de cerrar la puerta vió a Joanne con la boca abierta.

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Ophelia, Theo y Aurora se quedaron afuera de un museo. Los demás decidieron ingresar al elegante lugar y mirar el arte que recorría por todos sus pasillos.

Las calles estaban vacías, pero entraban y salían muchas personas de aquel edificio. El cielo estaba nublado con nubes grises. No era un día perfecto para conocer más sobre Nueva York, pero les bastaba con salir del hotel.

Hudson quedó helado por la mirada que aportaba Joanne. Caminó junto a ella al presentir que necesitaría su ayuda. Lo mismo hizo William con Valentine.

—Estás muy distraída —Agarró el celular de Valentine y se lo quitó con un movimiento bruto. Obtuvo de ella un pequeño golpe en su hombro—. ¿Te pasa algo?

—No.

—¿Segura? —No recibió una respuesta.

Mientras ambos admiraban una pintura, la atención de Valentine estaba puesta en Joanne, que miraba la pintura que estaba al lado de ella.

«No tuve que haberle contestado así»

Ahora no solo sus ojos estaban desviados de los cuadros, sino que también su mente, que estaba invadida de pensamientos sobre la última vez que hablaron.

No pudo evitar pensar que aquel "eres insoportable" era una forma efectiva de hacer que Joanne no le volviera a hablar. Pero, ¿era eso lo que realmente quería?

La culpa empezó a consumirla de a poco en aquellas verdades que no dejaba que se escapara, en aquellas declaraciones que nunca quiso admitir, en todas esas preguntas que surgieron por una pequeña duda.

Aunque pensó que debía de dejar de mirarla, no pudo, no quiso, porque de todas formas estaba apreciando el arte.

De pronto una muchacha que aparentaba su edad se acercó a Joanne y a Hudson y dijo una crítica sobre la pintura que los tres estaban viendo.

Joanne le sonrió y siguió la charla con preguntas tras preguntas sobre el cuadro. Hudson se hizo a un lado mientras volteaba a ver su celular. Valentine no pudo evitar mirarla de reojo, con algo de envidia hacía aquella chica.

«¿Por qué le habla tan cariñosa?»

Y de su pensar salieron los celos.

Celos indeseables que se acumularon por una charla normal con una desconocida. Apretó su mano en un pucho y respiró hondo al darse cuenta de sus sentimientos.