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La ropa estaba en el suelo de su recamara junto a su valija negra mediana. El desorden no era algo que le preocupaba, pero si la crema que se desparramaba por el suelo.

«No puede ser»

Se sentó en su cama y suspiró mientras recogía el envase. Tiró el frasco en el tacho de basura de su baño al lado de su habitación y con un trapo de piso intentó limpiar aquel desastre.

Su mente divagaba en la última vez que fue a la casa de Hudson. Era de noche y miró su celular con unos mensajes de él. Supo que si lo visitaba, podrían divertirse, pero no se había anticipado a pensar en ello, quizás hablarían. Pero cuando llegó a su casa Hudson estaba dormido en su sillón. Recordó la gracia que le hizo verlo así, y al despertarlo reaccionó borracho, «tal vez por la cerveza que tenía en su mano». Pensó.

Quiso de nuevo probar aquella delicadeza y satisfacción que sintió cuando estaba rodeado en sus brazos. Nunca se le había ocurrido que aquellos toques le pudieran dar placer.

Quería volver a verlo y mientras agarraba su ropa del suelo y la acomodaba en el interior de la maleta, observó torpemente su celular arriba de su cama. Para fijarse había recibido un mensaje. Pero nada aparecia en la pantalla, solo estaba en negro. Las ganas aumentaban con el paso del tiempo.

«Estaba algo ebrio, ¿se acordara?»

Dobló sus prendas un poco disparejas sin importarle el orden.

Su celular empezó a sonar. Una curva apareció en sus labios y un brillo resaltó en sus ojos. Pero disminuyó cuando en la pantalla notó que era una video llamada de sus dos amigas.

Tuvo algunas esperanzas de que aquella llamada sería él, aunque no fue así.

-¡Hola William! Por fin contestas -se quejó Valentine en broma-. Estoy armando la valija, ¿ustedes que hacen?.

-Yo igual, esto es un desastre.

-Cierto, ya me había olvidado. Yo estoy tomando sol -dijo Aurora al otro lado de la pantalla acostada al lado de la piscina con una gorra.

-Aurora, ¿sabes que nos vamos de viaje en dos días? -Acomodó su corto pelo y apoyó el celular para poder seguir doblando la ropa.

-No se preocupen, después me preparo -Cerró los ojos y se rió por su propio comentario.

William miró a Valentine en la pantalla. Su habitación se veía mucho más prolija y su valija parecía estar llena con más cosas que para él eran innecesarias.

Aún le costaba pensar que se iría de viaje por una semana a los Estados Unidos con sus mejores amigas y sus compañeros de la escuela. Hacía tiempo que no viajaba, las ganas se apoderaron de él y de nuevo aquella sonrisa apareció en sus labios.

No podía imaginarse todo lo que harán. Para él sería una experiencia única que nunca olvidará.

La escuela hace unos días atrás le habían mandado los papeles y todos los datos que debian tener en cuenta para ir, sin faltar el precio que todos pagaron.

«Hudson irá al viaje»

Supuso que si por la cantidad de dinero que tenía Hudson. Pero, de todas formas, aprovecho esa duda.

Sin salirse de la llamada entró a su chat. Sus manos sudaron y escuchó su corazon palpitar más rápido, algo que lo desconcentró.

William: Hola, ¿cómo estás? ¿Vas a ir al viaje?

No era como lo había pensado, pero era lo único que se le ocurrió escribir.

«¿Sonará muy patético el mensaje?»

-William, ¿Qué hacés? -Valentine arqueó una ceja después de preguntarle.

-Nada -respondió rápido y sencillo aún con los nervios por estallar.

Hudson: Obvio, ¿Te veré?

El sonido de su celular al escucharlo hizo que lo soltara de repente, lo agarró de nuevo y escuchó las voces de Aurora y Valentine confundidas.

William: Si.

No supo qué más preguntarle o cómo responder al mensaje sin sonar tan seco.

No podía esperar verlo fuera de la escuela.

No podía esperar verlo fuera de la escuela

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Mucho por decir del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora