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Valentine: No sé si tengo ganas de ir

William: Vas a ir igual.

Aquellos mensajes fueron mandados horas antes de que la fiesta que organizó Hudson empezará. Valentine estaba con los ojos apagados, con sueños y sin ganas de querer ir.

Las puertas de la gran mansión estaban abiertas para recibir a los invitados de aquella noche. Valentine ingresó sin expectativas al ser casi obligada por sus amigos y observó a su alrededor.

Las luces led le daban el toque que toda fiesta necesitaba, la música todavía estaba algo liviana, ellos esperaban a que más gente llegara para poder poner unas de las mejores canciones y así, empezar la fiesta que tanto habían esperado, con bailes y bebidas alcohólicas.

Aurora: Ven, cualquier cosa te vas antes.

Leyó aquellos mensajes antiguos para no sentir que la miraban al estar sin acompañante.

Se sentía incómoda al toparse con muchas personas. Sus ojos buscaban a sus amigos por todo el lugar sin hallarlos, con desesperación quería estar un momento sola, pero tampoco encontraba el baño. Las náuseas del olor que provenía del alcohol hicieron que no pudiera aguantar las ganas de irse.

Un leve dolor en la cabeza empezó a aparecer. sin saber que hacer ni a dónde mirar, se quedó en un rincón. Esperaba ver a alguien conocido, pero los mareos hacían que no se pudiera concentrar, pero se desvanecieron al mirar y encontrar a Aurora junto al baño.

Soltó un suspiro de alivio y se acercó a ella. La saludó y se quedó junto a Aurora.

—¿Y William? —Miró hacia sus costados sin verlo, y Aurora por todo el ruido, señaló hacia la puerta del baño.

Mientras pasaban los minutos la música empezó a escucharse más fuerte por lo que tenían que gritar para escucharse.

Valentine miró de arriba abajo a Aurora y notó que llevaba un delicado y bonito vestido blanco, con un escote lleno de brillo, combinado con aretes largos que resaltan con sus ojos verdes, y, en sus pies, unos delicados zapatos con un poco de tacón.

Ella también tenia unos parecido, solo que estaban al descubiertos y eran negros, traía puesto un vestido que combinaba con sus tacones, negro y largo, con un corte que hacia que se le notara la pierna. Era la primera vez que estrenaba aquel vestido.

Después de un tiempo, salió William con una camisa blanca suelta, con una bermudas negras y zapatillas normales, Valentine al verlo soltó una carcajada de broma. Él levantó sus hombros y la saludó con un amistoso abrazo.

Cuando empezó a aparecer mucha más gente, se dirigieron hacia la pista de baile. Intentó bailar, pero en un principio no estaba de acuerdo, no le gustaba y odiaba cuando los desconocidos se le pegaban, quizás sin querer, pero era algo que detestaba.

Luego empezó a acomodarse a la música y al entorno. Ya de apoco se estaba acostumbrando. Sintió la música y se movió al ritmo de ella como podía, a la vez copiaba los movimientos de los demás, al no saber muy bien cómo bailar. Las ganas de vomitar que en un momento le parecía exagerada iban desapareciendo al estar más cómoda. Aurora y William también bailaban a su manera.

Después de una intensa canción fueron hacia el patio trasero, que era enorme y tenia una piscina, con varias plantas a su alrededor y mesas para relajarse y sentarse un rato.

Fueron hasta allí, sentándose en los bancos que habían. En la otra punta del patio había una barra para pedir bebidas, y William se ofreció para pedir algunas.

Mientras esperaban y William iba a ordenar algo para tomar, un chico que no conocía se le acercó a Valentine.

—¿Quieres bailar? —Al no saber cómo rechazarlo, aceptó con algunas dudas.

Mucho por decir del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora