Capítulo 20

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Este es un capítulo diferente, en sí no es una continuación del capítulo anterior, sino más bien es para que conozcan a Andrew y sepan quién es, lo que sufre y el porque hace lo que hace desde su punto de vista. Se los dejo aquí porque no me gusta repetir las cosas y a medida que sigan leyendo estén ubicados. Gracias de antemano y espero lo disfruten.

Andrew (hijo)

Me llamo Andrew Smith, soy el hijo mayor de Andrew Smith, el mafioso más poderoso y temido de toda Inglaterra. Tengo su nombre por el honor de ser su primer hijo y el que hubiera sido el único, pues mi madre tuvo complicaciones a la hora de traerme al mundo y le habían dicho que lo más probable es que no pudiera tener más hijos.

Eso hizo que toda su atención fuera para mí. Mi mamá me malcriaba en cualquier cosa mientras que mi papá me entrenaba para ser tan fuerte y temido como él. Su cariño era inigualable y no tenía comparación el brillo que brotaba de sus ojos cada vez que hablaba de mi o conmigo.

No había tarde en que no jugara conmigo a cualquier cosa que se me ocurriese, o día en que no me complaciera con cualquier cosa. Me daba todo y ponía todo a mis pies.

Cuando me molestaban él ponía a todo el mundo a temblar para demostrarles que a su hijo nadie lo tocaba, ni lo insultaba ni le faltaba al respeto, sino que tenían que tratarme como el mismísimo heredero de un rey.

Pero todo esto cambió el día que mi mamá quedó nuevamente embarazada, desde ese instante en que el médico se los confirmó se olvidaron de mí y toda la atención se volteó hacia ese bebé no nacido.

Al mi mamá estar embarazada de mí y como había corrido ciertos riesgos el médico le indicó que era un embarazo de alto riesgo, que debía cuidarse, no cargar objetos pesados y de ser posible no levantarse de la cama además de ir a hacer sus necesidades al baño.

Porque el bebé durante los nueve meses de gestación correría el riesgo de morir o ser prematuro. Y como buena paciente y madre que era obedeció en todo al médico. Por lo que ellos dos se volvieron el centro de atención de mi padre y de todo el mundo en la casa.

Fue tan así que incluso mi padre dejó muchas veces el negocio a un lado a raíz de eso. Su segundo al mando era el que atendía los negocios por ese tiempo, aportando mi papá únicamente su firma.

Cada vez que lo buscaba a él o a mi mamá me decían que no me podían atender, que a lo mejor en otro momento, porque mi mamá estaba embarazada y como era de alto riesgo corrían ambos el riesgo de morir, que lo mío era juego de muchachos y que no era de urgencia.

Yo les decía que sería por unos pocos minutos, que no habría necesidad de que se esforzara o saliera de la habitación, pero pues no era posible. No había forma en que a mi madre le importara si había comido, si me había bañado, si había hecho los deberes, si me había enfermado, si había hecho los deberes, si tenía amigos. Ella solo se enfrascaba en tener a su bebé sano.

Y qué decir de mi papá, cada vez que lo buscaba para que jugara conmigo o me ayudara con algún deber me decía que no podía dejar sola a mi mamá y a mi hermanito, que él tenía que cuidar de ellos para que estuvieran bien, que yo me fuera solo a hacer mis cosas y que no podía estar en el mismo espacio que mi mamá porque ella no podía sufrir ningún tipo de emoción.

¿Y que yo hacía? Obedecer lo que me pedían mis padres, estar siempre solo, hacer las cosas por mí mismo, no depender de nadie, independizarme con solo diez años, olvidarme de lo que era jugar y compartir con tu familia, volviéndome un zombi que día con día entraba un poco más en la oscuridad del mundo y guardando rencor en mi corazón.

De esta forma siguieron pasando los años. Mi mamá dio a luz y todo salió de maravilla pero únicamente se enfrascaron en mi hermano porque era el más pequeño y no sé cuánto disparates más, lo único que sé es que se olvidaron de mi existencia en su totalidad.

Amor ImposibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora