Capítulo 40

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Ashley

Mientras estaba sumida en mis pensamientos tratando de dormir me llega un mensaje de Matthew diciéndome Feliz Año Nuevo, pero no tenía fuerzas para responder, así que solo lo ignoré.

A la mañana siguiente estaba aún peor que la nohe anterior, no tenía ni siquiera fuerzas para levantarme de la cama, ni deseos de nada, por lo que estuve viendo películas todo el rato. Tampoco he podido probar bocado gracias a las pesadillas.

En la tarde decidí levantarme y revisar mi teléfono, checo todos mis mensajes y luego voy a Instagram y mientras estoy viendo mis historias aprece una en la que veo Matthew, lo cual me sorprende porque no es desde su cuenta.

En la foto se ve que está sentado en una especie de sofá y al lado tiene una chica, ésta con la mano en su muslo, ambos salen en la parte de atrás de la imagen porque como enfoque tiene a un muchacho bastante guapo desde la postura de una selfie.

Al verlo siento una ola de celos inexplicables, jamás había experimentado este sentimiento, no siquiera estando con Steven, muchas veces me pregunto que habrá sido eso que yo tuve con él porque no creo que haya sido amor.

Esta revolución de sensaciones que me ha hecho vivir Matthew son completamente nuevas para mi y a la vez complicadas, porque no sé como enfrentarme a ellas o como debo reaccionar ante ellas y eso me dule, me frustra y me molesta, todo al mismo tiempo.

¡Es que como es posible que Matthew permita que otra chica lo toque, y más que coloque sus manos en su muslo! ¡¿Qué le pasa?!

Tiro el celular a la cama y me enrollo entre la colcha como un bebé y rompo en llanto. Lloro hasta que mis ojos no pueden más y se cierran y así me quedo dormida hasta la noche, pues cuando volví a abrir mis ojos era de noche.

Matthew

Antes de acostarme a dormir fui a desearle un Feliz Año Nuevo a Scott y a decirle que temprano en la mañana partiriamos, que quería regresar lo más pronto posible a Londres.

Tanto Frederic, mi mejor amigo, como Elizabeth estuvieron llamándome y enviándome una serie de mensajes de que que había pasado, de por que me había ido así del bar y no se cuenta cosa más, yo solo los ignoré, no estaba de humor para sus niñerías.

No pude dormir en toda la noche, estuve dando vueltas, pensando en infinidad de cosas.

Ya eran cerca de las cinco de ma mañana cuando me levante de mi cama y me metí a bañar, al salir acomodé mi equipaje y salí de la habitación, dándole un último vistazo porque no se cuando volveré.

Aun no hay nadie despierto en toda la casa pero visualizo a Scott afuera junto al carro, por lo que decido que lo mejor será irme así sin despedirme, escribo una carta para mi madre y la coloco encima del centro de mesa en el salón y salgo.

Doy los buenos días a Scott y ambos emprendedores camino hacia Londres. No dijimos palabra en todo el viaje y en vez de ser incómodo fue gratificante porque me hizo darme cuenta que debo de hablar con la señora Marshella, porque aunque sea su secreto y su decisión contarle a Ashley sobre su enfermedad, mi niña fresa merece saber que su madre esta muriendo y merece despedirse de ella, si yo estuviera en su lugar quisiera saberlo y poder despedirme.

Llegamos a Londres y apenas empezaba a anochecer, quise ir a casa de Ashley, muero por verla, la he extrañado mucho pero mejor decidí no presionarla.

Para estar más tranquilo llamé a mis hombres y Jefferson, el que dejo al mando me dijo que ninguno de ellos había salido de la casa y que Ashley había estado todo el día en su habitación.

Esto me inquieto pero aun así decidí respetarla y solo le mande un mensaje haciéndole saber que ya había regresado que mañana temprano iría a visitarla, hoy es miércoles, hasta el lunes de mañana próxima semana no tenemos clases.

Amor ImposibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora