Mientras Ashley y Matthew disfrutaban de una tarde inolvidable que siempre quedaría grabada en sus recuerdos la señora Marshella Roberts se debatía si su yerno tenía razón y debía contarle todo a su niña y aunque llegó a la conslusión de que así era tenía su corazón apachurrado, no quería ver a su hija sufrir y menos por su culpa.
Pero si lo pensamos bien y lo vemos desde afuera no es culpa de ella estar enferma, ella no decidió tener cáncer, esa es una prueba que puso Dios en su camino y a la vez le está dando la oportunidad de compartir con quiénes ama unos últimos momentos para poder llenar su corazón de paz, por eso lo correcto es que Ashley sepa sobre ello y que sea ella la que decida que hacer con la decisión de saber que su madre está muriendo.
Marshella
Busco a mi esposo en su despacho pero no lo encuentro ahí, luego de que Ashley saliera del desayuno como lo hizo y Matthew la siguiera yo me retiré a mi habitación, hoy no tenía quimioterapias pero estaba muy agotada y mientras descansaba reflexioné las palabra de Matthew y tiene razón.
Como William no se encontraba en su despacho lo busqué en la terraza, era el lugar más cercano que tenía antes de andar buscándolo en toda la casa, para lo cual no tengo energía y gracias al señor justo ahí estaba, tomando un café y contemplando el horizonte, es hermoso el paisaje.
Llego hasta donde él está y lo abrazo por la espalda, tomando valor para decir lo que tengo que decir.
No digo nada, solo me quedo apoyada a su espalda por un rato hasta que él se voltea y me abraza reposando mi cabeza en su pecho, y lo abrazo aún con más fuerza.
Luego de un tiempo me suelto de los brazos del hombre que ha sido mi fortaleza durante todos estos años y que es el amor de mi vida.
Sé que el está pasando por una situación difícil al igual que yo, sé que él también sufre en silencio y me da mi espacio pero aun así esto es algo que debemos de vencer juntos en familia.
—Amor, ven, siéntate junto a mi, debemos de hablar —toma mi mano y nos sentamos en el columpio
—Esta mañana Matthew habló conmigo, es un buen muchacho, sabes que le tengo confianza y le hablé sobre mi enfermedad, principalmente para que proteja a nuestra niña. Y hubo algo en su manera de hablarme hoy que me hizo darme cuenta que no hay forma que podamos impedir que Ashley sufra, aunque eso lo sabíamos, pero tal vez pueda hacer la diferencia que tengamos tiempo suficiente para despedirnos y para crear momentos en familia como cuando ella era niñay para no crear en ella ningun sentimiento de culpabilidad. ¿Estás de acuedo ccon que le digamos? —le pido al Dios todopoderoso que nos cuida y proteja que nos dé mucha fuerza y que me ayude a aguantar, cada vez me canso más rápido hasta de hablar
—Claro que estoy de acuerdo con decirle a la niña mi vida, te lo dije desde un principio, no hay ni tiempo ni manera correcta o perfecta en que le podamos decir y no le duela, no hay posibilidad de ello, pero lo que si podemos hacer es eso, darle la oportunidad de que escoja como quiere ella vivir tus últimos meses de vida. Sabes que estoy contigo y te apoyaré siempre, que seré tu sustento y fortaleza hasta tu último aliento. ¿Cuándo quieres que le digamos a la niña? —como no amar a este hombre con lo comprensivo que es
—Quiero que le digamos cuando llegue, creo que mientras más pronto le digamos mejor, y no creo que tarde mucho en llegar porque se ha hecho algo tarde. Me alegra que ese muchacho haya aparecido en la vida de Ashley, la hace feliz. Y...¿lo investigaste como siempre haces? —no refleja sorpresa en su rostro
—¿Cómo sabes que lo investigué? —ja ja ja
—Pues muy fácil mi amor, porque te conozco y porque eres sobreprotector con la niña y si investigaste a Steven y a su familia cuando los conocimos ¿cómo no lo harías con él? —Sí que me conoces amor, y respondiendo a tu pregunta si, lo investigué pero no hay mucha información sobre su vida, sé que se ve como un buen muchacho y no dudo que lo sea pero lo que es claro es que algo esconde
—Que no hayas encontrado mucha información no quiere decir que esconda algo pero confiemos en que no lo hace —nos abrazamos y nos quedamos así un rato más
William
Ashley llega en la tarde noche a la casa con su novio y cenamos todos juntos a la mesa, hay algo que aun no me convence de ese muchacho pero ya el tiempo me dirá si tengo o no razón. La cena fue muy amena, conversamos bastante y disfrutamos de la comida y la compañía. Puedo sentir como le tiemblan las manos a mi esposa, está nerviosa por contarle a nuestra hija la verdad sobre su enfermedad y la entiendo pero estaré aquí para apoyarla y ser su sustento como ella siempre ha sido el mío.
Ashley
Después de que Matthew se despidiera y se fuera a su casa pude notar los rostros tensos de mis padres pero no dije nada. Cuando iba a subir las escaleras para ir a mi recámara y dar por finalizado este día escucho a mi mamá llamarme.
—¡Ashley, espera! ¿Podemos hablar un momento? —yo solo asiento y me volteo hacia ellos
Tomamos asiento los tres en el salón y estamos a la espera de que mi mamá hable. Presiento que no es bueno lo que me dirá.
—Ashley hay algo que no te hemos contado, y que debes saber y antes de decírtelo quiero que sepas que te amo con todo mi corazón y que si no te dije de esto antes es porque no tenía las fuerzas suficientes para ello, y aun no las tengo pero tú mereces saber que me estoy muriendo —¡No! ¿Cómo qué te estás muriendo? ¿Qué tienes? ¿Desde cuándo lo sabes?
—Cariño tranquila, ven, siéntate, te lo contaré todo. Hace poco más de un mes cuando me bañaba sentí una bola extraña en mi seno y cuando fui al doctor los análisis arrojaron que tenía un tumor maligno, está en etapa dos pero está avanzando más rápido de lo normal a pesar de yo estar tomando los medicamentos y haciendo mis quimioterapias. Sé que no es fácil que yo te esté diciendo ahora que me estoy muriendo y que me quedan pocos meses de vida pero no te quería ver sufrir por mi causa mi niña, no quiero que dejes de vivir tu vida por mi causa
—¿Mamá cómo crees que voy a preferir estar por ahí riendo y lejos de ti cuando tu estás aquí enferma y sufriendo? Puedo entender que no te sientas lista y que aun no asimiles que estás muriendo porque creéme yo no lo quiero creer pero no debiste quitarme esa elección. Tú eres mi mundo y mi vida entera. ¿Qué lugar tengo yo más que tus brazos para que sean mi refugio y fortaleza? ¿Para llorar cuando me sienta triste o para reír emocionada por uno de mis logros? ¿Cómo pudiste siquiera imaginarte que no estaría aquí para caminar este duro camino contigo mamá? Túe eres mi vida y mi razón de ser a pesar de que yo sea poco cariñosa y no siempre de buen humor. Cuenta conmigo mamita —me lanzo corriendo a sus brazos y la abrazo con tanta fuerza, que no quiero siquiera imaginar como será estar en este mundo sin ella y sin sus abrazos
Trató de no derrumbarme entre sus brazos porque eso solo la pondría peor emocionalmente pero siento que me muero, que me ahogo, que me falta el aire. Estoy perdiendo a mi mamá. Y se podrán preguntar por que no actué sobresaltada cuando me dijo a pesar de querer explotar por dentro, y es muy fácil de decir, no merece momentos malos, ni a una hija insensible que no pueda entender que su madre no le podía decir que moría porque tampoco quiere que sea real. Aunque no lo haya hecho de la forma más correcta la entiendo y la comprendo y de ahora en adelante me encargaré de darle momentos felices y aprovecharla todo lo que me quede.
No puedo seguir más en la sala, siento que mi mundo se desmorona. Subo las escaleras corriendo y cierro la puerta de mi cuarto con seguro, me tiro a la cama, pongo la almohada en mi cara y grito, grito fuerte y derramo lágrimas como nunca.
Siento que me quiero morir en estos momentos, tomo mi celular y marco el número de Matthew.
—¿Puedes venir a mi casa por favor? Me siento mal, te necesito, ven por favor —no digo más, solo me volteo y sigo llorando sin fin, como si eso fuera a resolver algo, o como si de verdad Matthew atendiera y viniera
Puede que me ame pero como yo podría esperar que viniera a esta hora a darme el abrazo que necesito para no derrumbarme porque siento que muero. No puedo asimilar que este perdiendo a mi mamá.
Me acuesto de lado en la cama y me abrazo a mi misma y sigo llorando, mis ojos han de estar rojos, la almohada llena de lágrimmas y mi alma sangrando como si de una puñalada se tratara.
No puedo estar perdiendo a mi mamá. ¿Qué haré cuando ella me falte? ¿Cómo voy a seguir viviendo sin ella? ¿A quién acudiré por consejos? Dios por favor no me la quites.
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Amor Imposible
RomansSinopsis Ella estaba acostumbrada a tenerlo todo a manos llenas hasta que un día conoció al hombre que le cambiaría la vida para siempre y no de la manera que ella deseaba o de la forma que quisiera sino que la iba a meter en su mundo y le daría a c...