Capítulo 42

11 3 0
                                    

Ashley

Es que es ilógico que me sienta así. ¿Quién habrá sido el idiota que creo este sentimiento llamado celos que me está volviendo loca? Quién sea que lo haya inventado no lo sintió y si lo hizo fue estando loco porque es una sensación insoportable, se supone que si estás con alguien esa persona te debe respetar y debe de ser libre de hacer lo que sienta y desee y tú debas respetarlo, y por supuesto hablar y tener contexto total sobre lo sucedido, no estar como un volcán a punto de explotar por un sin número de escenarios cruzando por tu mente sin tener conocimiento si alguno es real o solo son inventos para perder la cordura.

—Es increíble que me digas que no sabes porque estoy así o que no sabes que pasó, y menos cuando fuiste tú él que estuvo en un bar y que dejó que una mujer que no fuera yo te tocara, y para colmo que pusiera sus manos en tus muslos, y como si eso no fuera suficiente no me dijiste que irías a un bar cuando yo te hacía en casa con tus padres. ¿Cómo te sentirías tú si la situación fuera diferente? ¿Acaso estarías muy tranquilo y calmado sabiendo que un hombre se atrevió a tocarme y a poner sus manos en mis muslos? —¿qué me pasa?

—No cambies el tema Ashley y mucho menos pongas palabras en mi boca, has mal interpretado toda la situación, no es lo que piensas... —¿Qué no es lo que pienso dices? ¿Acaso esa chuiquilla no tenía sus manos en él?

—Elizabeth no significa nada para mi, escúchame un momento por favor, deja de estar a la defensiva... —¿Y cómo quiere que no lo esté?

—¿Así que el nombre de la chuiquilla que te manoseó es Elizabeth? ¡Qué bien, bonito nombe! ¡Y no estoy a la defensiva! Pero no me puedes pedir que esté feliz mientras otra te toca. Pero dejaré de hacer suposisiones y esperaré a que me expliques, adelante te escucho, no me comportaré como la niña malcriada a la que estás acostumbrado

—¿Acaso estás celosa Ashley? —y aquí viene a cambiar el tema nuevamente

—Que esté o no celosa ahora mismo no es relevante, lo importante es que te estoy dando una oportunidad para que me expliques por que una mujer que no soy yo te estaba tocando y me estás cambiando el tema ¿Acaso hay algo que no me quieres decir? ¿Me estás escondiendo algo?

—Ashley deja de poner palabras en mi boca y darme ultimatum porque a este paso no llegaremos a ningún lugar, mejor siéntate y escúchame —hago lo que me dice porque tiene razón en eso de que si seguimos hablando al paso que lo hacemos vamos a salir dañados los dos, y no es como que hayan problemas como para que nos hablemos mal

—Está bien Matthew, empieza a hablar, estoy perdiendo la paciencia —inhaló ondo como tratando de buscar las palabras con las que iba a comenzar

—Yo fui a pasar Año Nuevo en Manchester con mis padres y mi hermano como ya sabes, igual que sabes que solo fui por mi madre, porque la extraño mucho, aunque sabes perfectamente que hubiera preferido quedarme aquí junto a ti. El treinta y uno de diciembre tenía planeado pasar la tarde con mi madre, no soy muy unido a mi padre ni hermano, pero mis planes fueron cambiados a último momento, Frederic, mi mejor amigo se enteró de que yo estaba en casa y fue de improvisto a buscarme, es mi mejor amigo pero como te digo no estaba de ánimo para retomar la forma en la que vivía antes de venir aquí, por lo que no le había dicho nada sobre que estaría allá.

Y cuando el llegó a la casa y me reclamó que por que no le había dicho que había regresado y todo eso me ofreció ir con él y otros amigos al bar más conocido de la ciudad, pero yo me negué, no quería asistir, ya sabía como era el ambiente, pero por más que intenté negarme no fue posible, mi madre terminó diciédome que lo acompañara, que llevaba tiempo sin estar con mis amigos y que ella estaría bien, solo que regresara antes de la cena, y así lo hice. Acepté a regañadientes a pesar de que sabía que no era una buena idea, y así fue cuando entramos al bar nos recibió Elizabeth, una amiga de ambos, que nunca fue mi novia pero si tuvimos nuestros queveres de vez en cuando, pero yo no sentía, ni siento nada por ella y se lo dejé siempre muy en claro, igual que esa noche. Mantuve mi distancia con ella y le dejé en claro que nunca tendría ninguna oportunidad de estar conmigo, pues estaba enamorado de una mujer maravillosa y esa conversación tuvo lugar en el momento en que viste que esa foto fue tirada, mi amigo es muy pesado así que no dudo que haya estado haciendo una de sus tan pesadas bromas, y luego de que le dijera esto a Elizabeth salí del bar y regresé a casa. No hablé más con ninguno de los dos —suelta mis manos que tenía tomadas entre las suyas y saca su celular

—¿Por qué sacas tu celular? —pregunté

—Porque tenía la ligera impresión de no creerías totalmente en mis palabras por lo que le pedí al dueño del bar que es amigo mío que me facilitara las grabaciones de las cámaras de seguridad de su bar, en específico de la que estaba justo frente a donde yo estaba y aquí está, puedes ver claramente como todo lo que te digo es verdad y como mantuve a raya a Elizabeth desde un principio, y como yo mismo quité su mano de mi muslo luego de que la colocara ahí, lo que claramente eso no lo puedes ver en una foto. Quiero que siempre tengas presente Ashley que yo te amo, y que eso nunca cambiará, soy incapaz de mirar a una mujer que no seas tú y lo último que haría en esta vida sería traicionar tu confianza, confía en mi y ten eso siempre presente. Has revolucionado mi vida de maneras que no puedo explicar y de sentimientos que jamás pensé sentiría, pero tú me has hecho sentirlos y por eso es que te quiero y quiero que siempre estés bien y a salvo y por nada en este mundo te mentiría, te has vuelto muy importante para mi niña fresa —sin dejar que dijera algo más me acerqué a su boca y lo besé.

Si me hubieran dicho cinco minutos atrás que Matthew estaría aquí sentado frente a mí dándome explicaciones de una situación que yo claramente mal interpreté o confesándome que se siente tan abrumado como yo por estos sentimientos hubiera dicho que eso era imposible, que no habría posibilidad de que Matthew estuviera como lo estoy yo, atrapado entre sentimientos y emociones desconocidas y abriendo su corazón con el riesgo de que salga roto en el intento, pero aquí estamos, sumidos en un beso que nos transporta a otra dimensión, que nos hace sentir llenos y completos, y que nos hace creer y soñar que no hay imposibles si estamos juntos, que todo se puede solucionar y que juntos podemos salir de todas las pruebas que nos ponga en destino, porque el amor todo lo puede, o eso dicen por ahí.

Esto que ocurrió me hizo darme cuenta que la base de toda relación es la confianza, porque por mucho amor que haya si no hay confianza no hay nada, y sí, si tal vez no hubiera visto ese video me hubieran quedado algunas dudas, pero hubiera creído en sus palabras aunque me llevara un poco más de tiempo, porque lo amo y porque confío en él. Y que quede claro no es justificación para que esa chuiquilla tocara su muslo pero supo ponerle un alto, y yo espero nunca tener que verla porque no me contendría. ¡A mi hombre nadie lo toca! ¡Ups, se me salió lo posesiva!

—Mi motociclista estúpido, gracias por explicarme toda la situación, y por hacerme ver que las estupideces que pasaron por mi mente no eran más que eso, estupideces, te agradezco por tener la confianza y la paciencia de explicarme todo y te pido perdón por mi forma de reaccionar sin esperar una explicación antes pero entiéndeme, que esa tal Elizabeth tuviera sus manos sobre ti me hirvió la sangre, y te digo que fue muy astuto pedirle las grabaciones a ese amigo tuyo, fue una gran idea. Y prométeme que no dejarás que nadie más que no sea yo te toque, porque creéme soy capaz de cortarle las manos a la próxima mujer que te toque a menos que sea tu madre —¿qué me pasa? ¿Qué le cortaría las manos a alguien? Yo no soy así

—Creéme cariño, sé que serías capaz de cortarle las manos a cualquier mujer que se atreva a tocarme y no solo las manos, pero no tienes de que preocuparte, no dejaré que eso ocurra. Y cambiando de tema, ni se te ocurra hacer una comparación nuevamente sobre que algún hombre que no sea yo se te acerque o intente tocarte porque lo que menos sufrirá será quedarse sin manos. ¡Eres mía, recuérdalo! —ja ja ja, con que no soy la única posesiva aquí

—Sí, si lo soy mi motociclista estúpido, deja de amenazar con acabar con cualquier hombre que se me acerque y mejor bésame —Sus deseos son órdenes —y me hala hasta sentarme en sus piernas y comerme la boca tan deliciosamente que mi cuerpo arde 

Amor ImposibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora