Capítulo 47

5 3 0
                                    

Ashley

No sé cuanto tiempo habré estado inconsciente pero tengo un dolor de cabeza de los mil demonios. Miro todo a  mi alrededor y no reconozco el lugar donde estoy. La cama en la que estoy acostada es bastante suabe y femenina, con sábanas de azul celeste, mi color favorito, también hay dos mesitas de noche, una a cada lado de la cama, con una lámpara en forma de copa con luz azul en cada una de ellas, un gran armario de color blanco a mi lado derecho, en mi lado izquierdo una cómoda de maquillaje, con su silla y espejo, frente con frente a la cama hay una puerta que supongo sea la de salida, a su izquierda hay un espejo de cuerpo completo y de ese mismo lado pero llegando al límite de la pared hay otra puerta, que me imagino esta será del baño, a mis espaldas hay un gran ventanal que deja entrever la luz del sol pero trae un candado en la esquina inferior derecha impidiendo abrirse.

Toco los bolsillos de mis pantalones tratando de encontrar mi celular y llamar a alguien que venga a mi rescate. Para mi suerte lo encuentro, lo enciendo y marco uno de los números que tengo registrado en emergencia sin percatarme de quién es a quien llamo.

Cuando escucho la voz de Matthew del otro lado de la llamada me sobresalto, no tenía intenciones de llamarlo a él, sino a papá, pero con el nerviosismo que tengo no tenía tiempo de buscar el número esecíficamente y menos si Steven podría entrar en cualquier instante.

—¡Ven por mí, ayúdame, Steven me secuestró, no se donde me tiene, esta habitación parece decorada específicamente para mi pero no se donde diablos estoy, no se donde estará ni porque no me quitó mi celular, ni cuanto tiempo llevo aquí y mucho menos cuanto tardará él en llegar —hablo como una máquina y sollozando del miedo que tengo y entonces veo como la puerta comienza a abrirse rápidamente

Sin colgar la llamada pongo el celular debajo de la almohada sobre la que yo estaba acostada y me acurruco a mi cuerpo llorando.

—Hola muñeca, veo que ya despertaste. ¿Por qué estás llorando? Nadie te ha hecho nada para que estés llorando y temblando como lo haces —¡¿Qué nadie me ha hecho nada?! ¡¿Qué por qué lloro?! Muy sencillo, un psicópata me secuestró y me tiene encerrada Dios sabe donde. ¿Por qué lo haces? ¿Por qué me tienes aquí?

— Yo no te secuestré, solo te traje a nuestra casa, aquí viviremos los dos, sin nadie que nos interrumpa, puedes salir de esta habitación y hacer lo que desees por toda la casa, es tu casa también, hay varios hombres allá afuera, son nuestra seguridad, y para que lo tengas claro desde ahora mi amor, ellos no te permitirán salir de la casa así que ni lo intentes. Y no sueñes que el noviecito falso ese que tenías para darme celos va a venir aquí por ti porque primero lo mato antes de que llegue a ti. Así que ponte cómoda, es tu nuevo hogar. Aquí en este closet tienes de todos los tipos de ropa que te gustan y en tus colores de ropa favoritos, son tuyos, los puedes usar sin problemas

—¡¿Es qué acaso te has vuelto loco?! ¿Cómo crees que me voy a quedar a vivir aquí contigo? Yo no te amo, estoy cansada de decírtelo, esto que haces es secuestro ¿y sabes qué? confío en que Matthew y mi papá vendrán por mi y mi papá hará que te refundan en la cárcel como te lo mereces por secuestro a una menor. Te has metido con las personas equivocadas y pagarás por ello Steven McHall, te prometo que saldré de aquí y vivirás un infierno a nombre de mi familia como que me llamo Ashley Roberts

—ja ja ja ¿De verdad crees que podrás salir de aquí? Ese idiota no vendrá por ti, así que hazte  a la idea, y yo que tu me iba poniendo cómoda porque esta es tu casa a partir de ahora. Y te voy a dar un consejo por única vez, no te atrevas a amenazarme nunca más, porque olvidaré cuanto te amo y pagarás las consecuencias de tu amenaza —dicho esto sale de la habitación y yo me hago un ovillo en la cama llorando

No es hasta que escucho la voz de Matthew proveniente de mi celular que recuerdo que había dejado la llamaba abierta.

—Ven por mi, por favor, no puedo soportar esto, por favor —suplico llorando y temblando, no puedo estar aquí junto a este psicópata, acabará matándome

—Tranquila mi amor, iré por ti, espérame sí, guarda bien el celular, ese idiota no se dió cuenta de que lo tenías, ponlo en silencio o en vibrador, más tarde yo te volveré a llamar para poder triangular la señal y dar con tu paradero y sacarte de ese infierno

—Está bien, estaré esperando, no te tardes —hice lo que me dijo y me acosté a seguir llorando nuevamente

De verdad que me pregunto en que me habré equivocado para estar pagándolo de la manera en la que lo estoy haciendo. No me considero una mala persona para estar pagando nada.

He perdido la cuenta de cuanto tiempo llevo aquí encerrada, Matthew me llamó el mismo día que me secuestró Steven tal cuál me había dicho pero al parecer no había forma en la que pudiera rastrear donde yo me encontraba y justo en ese momento había entrado el psicópata de Steven y me había quitado mi celular y desde entonces no había sabido más nada del exterior.

Estoy súper débil, no he comido nada de lo que me han traído, esperando que de esa forma tenga piedad y me saque de este infierno, pero nada que cede, más bien hace un rato vino y me amenazó.

Flasback

Estaba acostada en la cama hablando con Matthew, pidiéndole que viniera ya por mi mientras rastreaba mi ubicación pero al parecer algo lo impedía y en ese intante la puerta se abrió, salté asustada en la cama y Steven me arrebató el celular.

—¿Qué haces maldita perra? ¿Con quién estás hablando? —y me da una bofetada tan fuerte que me parte el labio

Me toma del cabello y me arrastra hasta esquina de la cama donde el se encuentra —¡Métete en tu maldita cabeza que eres mía y que nunca saldrás de este lugar! Y si no te empiezas a comportar como mi mujer voy a ir yo mismo y matar personalmente a ese estúpido que hiciste pasar por tu novio. ¡Así que contrólate! Porque tengo unas ganas de acabar con su vida como no tienes idea, no te quiero ver más encerrada dentro de esta habitación, ni llorando en cada rincón de estas cuatro paredes, sal de la habitación, camina, y ¡Come! Si la chica que te trae la comida me vuelve a decir que no has comido nada juro que saldré y lo mataré, sabes que soy capaz de ello y más —sale tirando la puerta de la habitación

Fin del flasback

No he salido de la habitación como el ordenó a pesar de que me amenazón con la vida del hombre que amo porque no lo he sentido más por la casa, y le he hecho creer que he estado comiendo. Cada vez que la joven del servicio me trae la bandeja de comida y la deja en la cómoda voy al baño y boto la mitad de la comida para que crea que me comido y asi he hecho desde entonces, solo he probado una fruta para no desmayarme, y cada vez que me trae una comida boto un poco más que la vez anterior.

Hoy me levanté con un ánimo diferente, tuve un sueño bastante raro donde tuve la idea de que tal vez si salía de esta habitación y conocía el lugar en donde me encontraba podría escapar, esquivando a los de seguridad, pues al parecer tener mis esperanzas en Matthew no van a ir a parar a ningún lado, no sé e tiempo que llevo aquí pero él no ha venido por mi. No sé aún ni por que lo espero.

Salgo de la habitación y recorro toda la casa, no es tan grande ni tan  pequeña, parece decorada por una mujer pero a mi estilo, tiene todo lo que me gusta, menos que soy una prisionera aquí. He contado los hombres de seguridad que hay aquí y hay uno afuera de cada habitación, que son tres, otro en un baño en el pasillo, otros dos en la puerta de salida, otro en la cocina, y otro en lo que parece ser una puerta trasera, en total son ocho, difíciles de esquivar.

También hay tres chicas, bastante jóvenes, parecieran tener mi edad, quizás uno o dos años más, dos se encargan de la limpieza de la casa y la otra de la cocina, no hablan mucho entre sí ni con los guardaespaldas, es como si todos fueran robots y lo único que hicieran es seguir las órdenes del idiota de Steven.

Trato de fijarme en cada detalle referente a mi alrededor hasta que reparo en la biblioteca que se encuentra del lado derecho del televisor curvo que se encuenta en la pared frente a un sofá muy bonito color café.

Si no estuviera presa en este sitio juro que me sentaría en ese sofá y no me levantara hasta devorar cada uno de los libros que se encuentran ahí.

Dejo de lado los libros y me pongo a inspeccionar cada rincón de la casa sin llamar la atención de los presentes.

Pido que me preparen un sándwich mientras sigo mirando lo que hacen y viendo cual es el momento perfecto para escapar de este infierno.

Amor ImposibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora