Capítulo 24

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Ashley

Ya era tarde cuando Matthew me trajo a casa pero aun así mi papá estaba esperándome para darme las buenas noches, pues mi mamá se acuesta desde las ocho de la noche y son casi las diez.

Le doy un beso a mi papi, y él me desea buenas noches.

Me doy un relajante baño para así descansar después de un día tan largo sin haberme bañado desde la mañana que salí para el Instituto.

Coloco mi celular a cargar en lo que se llena la bañadera. Me voy desnudando camino al baño y de momento en mi memoria se reproducen las imágenes de Matthew cocinando y lo sexy que se veía haciendo esa simple acción.

No sé lo que me pasa con él, es algo que nunca me había pasado con nadie. Dejo la ropa en el cesto y me introduzco en la bañera y trato de relajar mi mente.

Por más que trato no dejan de llegarme a la mente imágenes de Matthew, incluso me lo imagino besándome ¿Estaré volviéndome loca? ¿Por qué estaré pensando eso? Apenas lo conozco...

Siento una humedad entre mis piernas, una que nunca antes había sentido, mi mano derecha se desliza hacia mi entrepierna mientras sigo pensando en Matthew.

Presiono mi clítoris mientras me pierdo en el tonificado cuerpo de Matthew que se refleja en mi memoria y rememoro cada recuerdo que tengo a su lado y de esta forma luego de algunos minutos exploto como si de un volcán en lava se tratara.

Al terminar mi baño me coloco mi pijama de dormir y me acuesto en la cama.

No tardo mucho en caer en un sueño profundo solo que esta vez en vez de caer en los brazos de Morfeo caí en los brazos de Matthew porque incluso para dormir no dejo de pensar en él.

El sol con sus potentes rayos me da los buenos días, alzo mi brazo para coger mi celular y veo que falta poco para las nueve de la mañana.

No puedo creer que haya dormido tanto y mucho menos que haya tenido tantos sueños y tan distintos todos, la única relación que había entre ellos era que Matthew era el protagonista de todos, y veía cientos de futuros para nosotros dos como si eso fuera posible.

Me levanto de la cama, hago mis necesidades y preparo lo poco que me llevaré para pasar el día en la playa.

Bajo a desayunar y mis padres no están en el salón así que me dirijo directo a la cocina.

―¡Buenos días nana! ¿Cómo amaneces? ¿Por qué hay tanta tranquilidad en esta casa? ¿Dónde están mis padres? ―atosigo a mi nana como si no pudiera hacer una pregunta a la vez

―¡Buenos días para ti también mi niña! Tus padres salieron, fueron a comprarse unas ropas porque tienen una cena importante esta noche, eso fue lo que me dijo el señor antes de irse ―dice mi nana en lo que la veo picar unas cebollas, han de ser para el almuerzo

―Está bien nana, yo solo desayunaré, cogeré unos sándwiches y me voy que la playa me está esperando ―digo mientras tomo mi desayuno para sentarme en la mesa que hay aquí en la cocina

―Está bien niña, siéntate a desayunar, yo ya te preparé los sándwiches, están en aquel bolso para que te lo lleves, y en el de al lado hay unos refrescos, una crema solar y agua para que te mantengas hidratada

―¡Muchas gracias nana! Ahora cuando termine mi desayuno lo pongo en el carro ―me dedico a comer mi desayuno mientras mi nana sigue en lo suyo

No es mucho el tiempo que duro desayunando por lo que cuando acabo recojo todo para llevarlo al carro, me despido de mi nana y emprendo camino a mi día de soledad y paz.

Amor ImposibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora