la llegada del Alfa

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- Nana. Tengo una pregunta.

Nana subió la mirada y me invitó con la mano a proseguir.

-¿tú estás en vacaciones?.

- Estoy si, pero tuve que volver por la culpa del miedo en el que se encontraría mi luna.

- ¿qué hacías cuando te ibas?.

- Me fijaba que mis cosechas estuvieran bien ¿por qué las preguntas luna?.

- Nada... solo curiosidad.

Nana acarició mi cabeza e hizo una reverencia para luego marcharse.

Otra vez sola.

Salí de la habitación.

Quería salir a respirar el aire de afuera. Fresco y puro.

Mientras miraba a mi alrededor me percate del olor que encontré en el camino.

Empecé a oler más cerca y corrí.

No sé que me pasaba. Ya me encontraba comiendo carne cruda con un par de salsas picantes.

-¡Luna! -me grito un guerrero viviendo en mi dirección- ¡no coma eso!.

No preste atención a sus quejas. ¡Esto era exquisito!.

El hambre me sucumbía más y más.

Estaba ansiosa comiendo como una muerta de hambre, ansiosa destrozando la carne con mis dientes a medida apresurada.

- ¡pero que hace! -Se lanzó hacia mí y me sostenía mi brazo zamarreando fuertemente.

Gruño. Pero gruño como lobo con mis dientes.

Me quito la carne que estaba mordiendo y la olisqueó con su nariz.

- Es extraño ...no contiene nada que sea una sustancia peligrosa...

Lo miré con cara de odio tratando de agarrar con mis manos la carne. Su altura era enorme, no tanto como Eliot, pero era gigante.

- Le cocinare carne si lo desea pero no tiene porqué comer-.

Le tape la boca con las manos y me acerque a su rostro- Tengo hambre.

Pareciera haberse sonrojado pero mantuvo su cara sería y re lamía sus labios a medida que miraba mis ojos.

- ¡Aléjate de ella- Grito alguien atrás con voz detonante haciendo sobresaltar nuestros cuerpos.

- A-alfa - el guerrero se alejó de mi muy rápido y agachó su cabeza.

Le gruñó al Alfa, a lo cual el responde con una sonrisa, pero rápidamente la cambia a una enojada ¿que le pasaba a este tipo?.

- Contigo me las arreglaré después -Golpeo el estómago del chico dejándolo sin aire, tirado en el piso.

Se acercó rápidamente a mi y me beso con fuerza.

Puse mis manos en su pecho para alejarlo pero fue ejerciendo más presión en la zona de mi cintura.

- Cuando te bese -me dió otro beso- me respondes y listo.

Me soltó suavemente e acaricio mi trasero con su mano.

- Vamos al cuarto, debemos arreglar algo -Hablo con una sonrisa.

Su cara espantosa que dió tanto miedo que solo tuve que obedecer ante ese acto terrorífico.

Subí suavemente las escaleras pero en un instante me resbaló.

Cai con las puntas de las escaleras clavados en mi espalda haciéndola arquear.

- Debes tener más cuidado -se quejo cargando me hacía arriba dandome tiernos besos en la frente.

Paramos en la puerta rasguñada por sus garras. La pateó derrumbando la puerta por completo.

Me recostó sobre la cama y se sacó la ropa de encima mostrando sus músculos bien marcados.

Su estómago no era como el de esos luchadores que necesitaban de mucha vitamina. El era delgado pero con músculos enormes en sus brazos y pecho.

Nosé porque siento que esto no terminará nada bien.

the alpha posessive Donde viven las historias. Descúbrelo ahora