El secreto

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El secreto que guardo ... Nunca se lo eh dicho a nadie.

Mi tío Federico acaba de graduarse... ¿no es emocionante? ¡por fin lo voy a conocer!.

Mamá dice que tenga cuidado, según porque es narco. Pero yo no le creo.

Mamá tiene miedo de que la maten por eso mismo no los denuncia ni tampoco a papá.

Lo malo de ser hija de un narco es que casi no tenemos vida privada, lo bueno sería el gran trabajo y la obsequios que te regalan.

Llegó a la casa de papá, estoy demasiado entusiasmada.

Presiento que hoy será un día estupendo.

Veo al decoración, no son típicos globos de colores.

¡Aburrido!. Muy anticuado.

Me dirijo a la sala de estar, padre me guía, y veo... Es un hombre parece estar en los veinte y pico, dudo de que sea la fiesta en conmemoración de su graduación.

- ¿ y tú... Quien eres?. -le pregunto a joven apuesto frente mío.

- ¿Hermano ... ella quien es?. -exclama algo desinteresado en mi.

- Te presento a mi hija, puedes abrazarla si quieres. -Padre dice eso empujándome con sus dos manos detrás de mi espalda.

Aprieto mi pequeñín peluche y saludo con un guiño.

El joven me mira y alza la ceja, para luego pararse y besar mi mejilla.

Estaba algo nerviosa, casi sudaba por la tensión pero con lo inexperta que soy dejo salir todo el aire retenido que estaba ahogando por los nervios.

Mira mis ojos, pero noto que al observarme se asusta por lo visto aunque mantiene su calma muy poco porque decir "cerca" es casi demasiado corto renombrar la palabra.

Logro también, lo observo, engrandece ambos ojos y se paraliza por un momento corto.

- Bien. -aclara- Se parece mucho a Marta, Luis.

- Eh si... Pero más te vale no te creas lo que pienses.

Todo era muy confuso, no estaba entendiendo.

¿Quien era Marta, porque Papá lo amenazaba como si llegara a querer hacerme algo?.

De repente se escuchó un estallido.

- ¡Todos, prepárense!. -advirtio papá.

Ni siquiera me había preparado para esto y muchas personas ya estaban protegiendo la zona, seguramente porque era un lugar restringido y habrán saqueado las camaras de seguridad.

Con la gran cantidad de gente así me sentía como la hija del rey lista para enfrentarlos, ni siquiera estaba asustada.

Era solo una niña.

- ¡Llévatela!. -grito Padre.

Y cuando la desesperación me gano, ahí por fin entendí.

No estamos en un juego, Madeleine.

Los tiroteos se escuchaban fuertes y eso hacia desesperar más al gran grupo de hombres armados y corpulentos que tenía papá.

Al final ... Federico me llevo a rastras de la casa de mi padre, aunque supuestamente íbamos a festejar, es una lastima.

En poco tiempo habíamos llegado a la casa de Federico, no sabía si era de el o de sus padres.

- ¡Escúchame bien, ni se te ocurra arruinarlo y más te vale te comportes!.

Agarro fuerte de mis hombros y me miró algo asustado.

- Ni por nada en el mundo salgas de esta casa, ¿entendido?. -apreto sus dedos en mi ropa.

Asentí con la cabeza y mi mirada se posaba en sus piernas, la pequeña yo veía como se iba corriendo aquella persona desesperada.

the alpha posessive Donde viven las historias. Descúbrelo ahora