Tiffany

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- Ve al grano -me recalcó Eliot.

- La ... La estuvieron ...

-¡habla! -se arto.

- Las sirvientas las estuvieron molestando. Nana me lo informo cuando lo veía con sus ojos -Eliot apretó su puño.

- ¿eso es todo? -me hablo en más tono de protesta.

- y ... No dejaban que terminara su comida.

- Su comida ... .

Entonces el lo sabía, era la sirvienta Tiffany la cual molestaba. Virginia es una bruja sabiendo como entrar en los recuerdos de Madeleine.

- ¿Tiffany no es cierto?

- cierto ...

- ¡voy matarte! -salieron sus enormes caninos a la vista.

- Cálmate Eliot, aún no sabemos con certeza si todo está bien.

Eliot no le importo mi palabra y se lanzó hacia adelante. Agarre su brazo contre los míos- ¡que la dejes te dije!...

No me hizo caso y siguió gruñendo empujándome hacia atrás.

Suspiré rendida, lo único que espero es que no la mate.

Eliot:~~>

Mierda. Mierda.

Cómo era posible que Tiffany le hiciera esto a su luna.

Le di una oportunidad solo porque me daba pena dándole un espacio en mi territorio.

Supuestamente quería trabajo. Nosé porque se dedicó a trabajar en mi casa, capaz conozca cada rincón pero no todo como me lo sé yo de memoria.

Esa insolente no sabe su lugar y debo pisicionarla dónde corresponda.

- ¡Tiffany! -gruñi más fuerte.

La vi allí parada afuera de mi oficcina agachando la cabeza. La rabia me consumió por completo, nadie puede insultarla a menos que sea yo.

Mire a su rostro amenazando con destrozarla.

- ¡Te di comida, te di lugar dentro de mi casa! -aprete mi puño. Demonios estaba demasiado enojado como para verla- ¡te di dinero, que más quieres de mi!.

Levantó su cabeza y me miró- Lo siento mucho ...

Me acerque a ella sacando mi aura intimidante agarrando su cuello con mi mano- Solo me diste pena te hiciste pensar a ti misma que te daría una oportunidad si limpiaras y dejaras en orden mi casa ... -aprete mis dedos en su cuello pegadola a la pared. -¡Ella es mía nadie la toca!.

Podía sentir mi cara caliente de la rabia. La sensación de enojo e irá extremos.

Su cara parecía tener terror, se estaba tornando del tono púrpura. La estaba matando. - ¡y mira que esto no es nada!.

- ¡A-ah!. -ya ni siquiera tenía oxígeno.

Me importaba una mierda haber pasado las etapas de celo con ella. Era mi favorita, hasta el momento.

Morirá aquí y ahora.

Haría que su muerte valiera la pena, su madre ... vivirá.

La ahorque hasta que se la solté. Aún no era tiempo de matarla si era posible que no tocó a mi luna.

- ¡Ni se te ocurra volver a entrar a mi habitación sin pedir permiso, ni mucho menos en mi oficina!. -me fui de espaldas dejándola suelta en el piso tosiendo.

Ella aún era una cachorra, no tenía a su loba. Por lo tanto, la dejaría en paz.

Generalmente los lobos tenían sus primeras transformaciónes cuando cumplían los 300 años, ni a eso llega ella.

Vi a mi luna olvidando todo. Sentí paz, la abrace por detrás a lo que ella dió un respingo- Estoy aquí ... -susurre en su oreja.

- No me toques ... -hablaba nerviosa mientras la punta de su oreja estaba enrojecida.

- ¿vamos al cuarto? -Lami su cuello.

mierda, ella es tan linda.

No dijo nada, no importa. Porque sabe lo que pasará si se niega. No más libertad para la señorita Evans.

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