Aborto

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Soy la única que piensa en correr por las escaleras, tengo cinco meses de embarazo, Mateo no vino a visitarme como prometió.

Eliot está más intenso que antes. Ahora no se va de negocios. Se queda conmigo en la cama, unas horas después de estar acostada me hace hacer ejercicios suaves que me cuestan la vida.

Eliot me controla las comidas mis horarios. Si salgo o no.

Alfa se enteró de mi olor de otro hombre cuando me estaba besando esa noche que quiso hacerlo conmigo como siempre me olió cada parte del cuerpo.

No decidí rogarle, decidí que explorará lo que se le antojara.

En estos últimos dos meses no lo ah echo, supongo que me respeta y tiene miedo de hacer daño al bebé.

- Ya está listo el desayuno - Me hablo al abrir la puerta.

Además de intenso ... No me quería ver ni tocar después de esa noche, lastimosamente no me había bañado y el olor a besos de Mateo quedó en mis labios y frente, tanto su aroma corporal.

El macho temia demasiadas ojeras.

Mientras dormía la noche anterior me di cuenta que había una cámara en la esquina de la habitación tapada entre los muebles eso no estaba antes, apuntaba a la cama. Aunque no me gustó me importo una mierda.

Me senté en la mesa y me tendió una manzana- empieza a comer -me ordenó dandome más de cuatro manzanas.

- No...

- ¡que te lo comas! -y al mismo tiempo que hablaba mi cuerpo se asusto por lo que hizo hace unos segundos. Había golpeado la mesa con su puño.

Me lo comí sin protestar, le tenía mucho miedo.

El no era tan así. Era exigente pero no tanto, pareciera querer golpearme.

Una vez en la noche trate de salir a las afueras y después de eso le ordenó que me quedara en la habitación encadenando me con una esposa en mi muñeca junto a un tubo al lado de la cama. No quise forzar eso así que me había quedado callada.

Ni bien termine de comer las manzanas el cuerpo se me devolvió por dentro sintiendo todo querer lanzar al suelo.

- Ni se te ocurra -me obligó a quedarme sentada apoyando sus manos enormes en mis hombros.

Me quedé quieta tal y como me ordenó.

- Toma esto. -puso otro trozo de carne en mi plato- No debes comer arroz ya te lo dije.

Asentí y mire la comida con delicias en la mirada, me convencían solo con carne.

Mientras dormía sola extrañaba alguna compañía más la de Eliot. Había veces que me quedaba temblando y me abrazaba a mi misma.

Empecé a ilusionarme en como sería nuestra vida con nuestro hijo.

Eras semanas estando sola sin nadie con quién me pueda hablar. Nana tampoco venía y eso me ponía peor.

Estaba ansiosa por salir.

Eliot había preparado un ascensor pero se volvió descomponer y estaba en reparación.

Caminé por las escaleras cuando sentí unas manos detrás de mi espalda.

Sentí como me empujaban de las escaleras, estaba a solo dos pisos de llegar al suelo.

Mi cuerpo se doblaba. No había podido visualizar bien quien era por venir de atrás.

Sentí mis costillas romperse, grite y mucho. Era la más puta sensación dolorosa de mierda.

Llore grite...

Eliot me cargo a la cama, estaba acostada sobre el colchón gritando.

Eliot se le notaba preocupado.

No llamo a Mateo como aquella vez. Está vez era una señora grande muy vieja.

Abrieron mis piernas y la señora empezó a limpiar mi gran sangre.

Me llevaron al hospital encadenando mi muñeca a la camilla.

Lloraba, más de lo que uno se espera.

Todos se encontraban encima mío quitándome mi feto.

El estaba muerto.

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