29. Inevitable cuando te enamoras (2)

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18/07/2020

Recientemente he aprendido dos lecciones importantes gracias a los consejos de las personas en internet, la primera es; tu arma más valiosa es tu cerebro y la forma en que lo empleas, y la segunda; si tu cerebro no funciona, hazle un amarre.

Ahora, la pregunta aquí es ¿En qué se relaciona esta sabiduría conmigo hoy?

La respuesta es fácil.

—Si te digo que eres la persona más otorrinolaringologa, espanpirrombante, esternocleidomastoidea... ¿Qué me dirías?

—La tuya por si acaso. ¿Otra vez sacando poemas de Pinterest?

De hecho sí, lo practiqué como mil veces antes de salir de casa y aún así olvidé una que otra palabra clave, ninguna tan importante, por eso las reemplace con las primeras que se me ocurrieron.

—¿Y qué? ¿Acaso eres Pinterest fóbico?

Trato de defenderme.

—No... Y no estoy seguro de que esa sea una fobia real —me mira raro pero con unas obvias intenciones de reírse.

Pero se que fue en vano. Mi primera opción fracasó, y la otra no creo que sea viable o necesaria... Por ahora.

—Pff... Ya no trataré de ser romántico contigo, ¡nunca! -Sentencio, tratando de sonar indignado. Giro mi rostro hacia el cielo que solo cuenta con unas tres estrellas visibles.

Busco con la mirada una cuarta, pero mi búsqueda se ve interrumpida cuando siento como gira mi rostro hacia él.

La cuarta estrella.

—Dejame lo romántico a mí —una sonrisa ladina aparece en su rostro y acorta un par de centímetros la distancia entre ambos—: ¿Alguna vez has oído hablar sobre el síndrome de Florencia?

¿Cuál Florencia?

—¿Qué tiene Florencia? ¿Es amiga tuya?

Lo medita un segundo y decide que es momento de acortar un poco más la distancia. Ahora el aire que respiramos es una combinación del que ambos exhalamos.

—No, en realidad no es nadie. Solo es una forma de referirse al síndrome de Stendhal.

Uh. Era algo médico.

—¿Luzco cómo alguien qué sabría sobre esa enfermedad de Florencia? —Respondo poniendo toda la fuerza de voluntad que me queda para no besarlo—. Mejor dime que significa.

—Me fascinas. Eso significa.

Él sabe que lo único en lo que puedo centrar mi atención ahora es en sus labios, rojos y tentadores, y yo sé que en su cabeza cada pensamiento no debe ser más tranquilo que los míos.

Y decide demostrármelo, acariciando cada rincón de mi rostro, ardiente como el fuego, con la punta de su nariz hasta llegar a la parte que yo más ansiaba, mis labios. Entonces aplasta los suyos contra los míos, dominandolos por completo, saboreandome de una manera que jamás pensé que sería posible. En ese momento, lento y adictivo, pude sentir como el suelo bajo mis pies desaparecía.

Y como lo único que me sostenía en el aire eran sus brazos que me acogían entre sí para evitar romperme y perderme en el vasto espacio de éxtasis en el que flotabamos sin rumbo, y tampoco teníamos la intención de fijar uno. Así era suficiente. Perdernos él uno en él otro era todo lo que queríamos. Nada más era necesario.

Cuando el oxígeno comenzó a volverse escaso fue cuando decidimos que era momento de un breve descanso, sé que ninguno de los dos lo consideraba necesario, pero nuestros cuerpos, quienes se atraían como imán al metal, también nos exigieron un alto de emergencia.

—¿Por qué de repente el cielo está lleno de estrellas? —Comenté, agitado.

—No lo sé, yo solo quiero que esta noche sea infinita como el espacio —respondió, aún más agitado que yo.

Tomé su mano y le indiqué que tomara asiento junto a mí, en el pasto. No había nadie alrededor, no porque se hayan ido, sino porqué nos encontrábamos en una parte alejada de la multitud, "un lugar especial que encontré", fue lo que me dijo antes de arrastrarme hasta aquí.

Y sí, pero creo que lo que volvió especial este lugar fue el momento que vivimos hace unos segundos atrás. Y ahora lo será para siempre.

—¿Quieres qué nos sigamos besando? Ya respiré lo suficiente —me dijo.

Y claro que quería..., pero.

—¿Podemos apreciar un poco más nuestro entorno, no te parece hermoso?

—Claro, es hermoso. —Respondió, con su mirada fija en mí, en nada más.

Me acerqué más a él y pasé mi brazo sobre su hombro, y con el otro giré su rostro para que viera más allá que solo a mí. Quiero que disfrutemos el momento de todas las formas posibles, después de todo, lo único que nos llevaremos de aquí serán nuestros recuerdos.

—Te amo.

Sonreí al oírlo y le señalé la prueba que acreditaba sus palabras.

—Una estrella fugaz, pide un deseo.

Yo lo hice. Cerré mis ojos y deseé que este sentimiento de euforia fuera eterno.

—Te regalo mi deseo. Yo ya tengo toda la felicidad que siempre quise junto a mí.

Una vez en casa, para ser más exacto a las doce en punto, la hora que me indicó mi madre "ni un segundo más ni uno menos", y en la comodidad de mi cama, con una sonrisa que quedó grabada de forma permanente en mi rostro, decido mandarle un mensaje de buenas noches a Lans.

Lucas

Me divertí hoy, gracias.

Para la sorpresa de nadie lo lee al instante en que le llega.

L.N.S

Cuando quieras, siempre estaré ahí para ti. Lo prometo.

:⁠-⁠)

Oh, Dios. Tengo miedo de despertar mañana y que todo esto haya sido un sueño, el mejor que hubiese podido tener.

Lucas

Descansa.

L.N.S

Sobre ti si quieres.

Adios momento romántico. Es incorregible.

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Holap.

Este cap es cortito porque es la parte final del cap anterior, solo que no lo había publicado dado que la semana pasada estuve pasado por el dolor de perder a un familiar y no tuve ganas de nada.

Para el próximo cap trataré de que sea por lo menos de 2000 palabras como los de antes jeje.

Bye.

🍀

Apaga las luces y enciende las estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora