23. In this shirt

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24/05/2020

Ahora que lo pienso, ¿las veces que he cruzado los dedos y rezado a Dios para qué algo me salga bien han servido de algo?, porque si lo pienso detenidamente todas esas veces el resultado final fue peor de lo que mi mente pudo imaginar.

Esta vez prefiero omitir mis súplicas al cielo y ver que pasa al final.

Me sentiría asustado, es más, si estuviera caminando solo por estas calles desiertas a esta hora de la madrugada —para ser más exacto las dos am—, en primer lugar nunca hubiese salido. Pero estando junto a él las cosas cambian tanto como la distancia de aquí a la luna.

Aún así mi principal preocupación es que mamá se de cuenta que no estoy, pero todo depende de la hora, por ejemplo: si se diera cuenta en un lapso de dos horas, es decir, a las cuatro, mi pellejo estaría en problemas, y de los grandes. Por otro lado, si lo descubriera de las cinco en adelante las probabilidades de que se crea la excusa de "no podía dormir y salí a comprar al supermercado" serían mucho más altas y el castigo estaría prácticamente anulado.

En conclusión: solo tengo poco más de dos horas para ir y venir.

Conclusión de la conclusión que no tiene nada que ver con la primera conclusión: la vida del mejor guerrero de Dios nunca tiene descanso.

Y más si es un asesino de bichos y plantas como yo, aunque fue en mi niñez, el karma ahora hace parte de mí.

Si no estuviéramos a más de la mitad del camino ya le hubiera dicho a este tonto que mejor no, pero me arrepentí muy..., ¡demasiado tarde!

—¿Me recuerdas por qué tiene que ser a esta hora?

No veo la diferencia de hacerlo con la luz del sol a hacerlo con la luz de la luna. ¡Solo qué de día es cómo se haría normalmente, idiota!

—¡Ya te lo dije! ¡Ella nació a las 2:40! Y yo la quiero felicitar justo en la hora en la que nació —explica, acelerando el paso —. Hay que caminar más rápido si queremos llegar a tiempo.

Si a mí me despertaran a esta hora solo para felicitarme me molestaría, puede que sea un detalle lindo, pero aún así me molestaría.

—Espero que nunca me preguntes a que hora nací.

Se ríe y continúa diciéndome la razón por la que nunca debería ir al baño a orinar con las manos llenas de perfume. Aunque nunca le pregunté.

Hay otra cosa que me causa más curiosidad y lo llevo pensando desde hace ya un tiempo, he sido testigo de actitudes, sonrisas, miradas y hasta suspiros.

Tampoco lo he visto interesado en otras personas, al menos no de la misma manera. Tal vez hubo alguien, tal vez tuvo sentimientos por ese alguien, efímeros como un parpadeo, porque puede que ese alguien no haya podido igualar la intensidad de Tami.

—En conclusión: te arderá tanto que creerás que se te caerá, creeme, ya me pasó una vez —afirma, haciendo un gesto de dolor.

Sigue liderando el camino luego de finalizar su... ¿Evento canónico? Quien sabe.

No hay mejor momento para preguntarle que este.

—¿Te gusta Tami? —Digo. Y él, al oírme, frena sus pasos en seco.

Puede que la haya cagado un poquito.

—¿Me gusta Tami? —No lo confirma. En vez de eso, pareciera que se lo preguntara a la luna que se encuentra en su punto más brillante.

—... Nunca me había detenido a pensarlo. Me gusta, pero no sé si me gusta como mujer o solo estoy acostumbrado a su compañía.

No me sorprende, no del todo. Pero aún hay algo que no me queda claro.

Apaga las luces y enciende las estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora