capitulo 9: déjame compensarlo

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Durante todo el almuerzo, Clara, Henrion y Valentino se dedicaron a hacer comentarios "inofensivos" que eran bastante ofensivos hacia la economía de Alastor, su color de piel o simplemente su existencia. Era bastante incómodo y desagradable cada comentario que decían, pero Alastor nunca perdió la compostura y se mostró firme y cortéz contestando cosas igual de ofensivas pero más disimuladas, aquellas respuestas le parecían bastante divertidas a Anthony quien solo soltaba pequeñas risitas después de la respuesta que halla lanzado el moreno.

- Bueno... Cómo veo eres muy educado y un muy buen caballero, además... Eres bastante inteligente - comentó Henrion mientras bebía un poco de vino.

- Bueno, muchas gracias pero que puedo decir, todos mi valores y comportamiento de buen gusto se los debo a mi madre, ella fue quien me educó - respondió Alastor mientras sonreía de oreja a oreja, le ponía bastante feliz hablar de su madre.

- Claro... Una mujer para eso sirve, aún que también ese trabajo de educar lo puede hacer un hombre afeminado supongo...- respondió Clara, mientras disfrutaba de ver el rostro incómodo de su hijo menor, Anthony - Pero lo importante es que recibiste buena educación, me sorprende que aunque tengas una madre negra, pobre y proveniente de Nueva Orleans pudo darte una buena educación - comentó Clara, colmando por completo con la paciencia de Alastor, quien se mostraba bastante molesto e irritado porque hallan hablado de su madre de esa forma.

- Bueno... Fue un placer estar con ustedes, pero me temo que debo retirarme - habló el moreno mientras se ponía de pie, se despidió y se fue.

- Eso salió bastante bien a decir verdad...- habló Valentino mientras intentaba sostener la mano de Anthony, quien solo se alejo bruscamente y se levantó.

- Son increíbles... Todos, de verdad no puedo creer que lo hijos de puta que pueden ser - insultó Anthony mientras recogía sus guantes, se los puso y se marchó, sin hacer caso a los gritos de su madre.

Anthony corria a gran velocidad mientras trataba de no chocar con las personas que se encontraba en los pasillos, sentía que su corazón se iba a salir de su pecho, por alguna razón sentía la necesidad de ver al mayor, de disculparse y de abrazarlo, necesitaba la presencia de Alastor cerca, su existencia estando tan cerca por alguna razón por ponía muy nervioso, pero al mismo tiempo muy cómodo y feliz, se sentía cálido. El tacto de Alastor no era como el de Valentino, se sentía diferente, el de Valentino era amargura pura, se sentía como una droga que el rubio necesitaba para sentirse merecido de recibir afecto pero al mismo tiempo lo odiaba, pero con Alastor era muy diferente, no había amargura, se sentía como lo más dulce y tierno del mundo, se sentía en el lugar correcto y se sentía como algo que necesitaba para sentirse bien pero no al nivel de ser como una droga tan dañina como lo era Valentino. Valentino era un veneno puro, mientras que Alastor era aquel sentimiento de afecto y felicidad puro.

El rubio estaba tan sumergido en sus pensamientos sobre lo que era Alastor para el que sin darse cuenta estaba tan cerca del moreno que no le dió tiempo de frenar y chocó con el, cayendo al piso.

Ambos chicos se encontraban en el piso, Alastor fue el primero en abrir los ojos, que al ver al rubio en el piso sobando su cabeza cayó en cuenta de que Anthony lo había seguido hasta la tercera clase corriendo.

- Anthony... Por dios déjame ayudarte... - habló Alastor mientras se ponía de pie y ayudaba al rubio a levantarse.

- Ah... Gracias, lo lamento no ví bien el camino...- de disculpo Anthony mientras se terminaba de poner de pie.

- No te preocupes... ¿Por qué estás hasta acá... En tercera clase? - preguntó Alastor, cada vez más nervioso y extrañado de que estuviera nervioso por el rubio frente a el.

~ Dejarlo todo por amor ~ Historia RadiodustDonde viven las historias. Descúbrelo ahora