El sexo con la persona amada es maravilloso, es como viajar a otra galaxia. Estás piel con piel con esa persona que te encanta, que amas, que deseas, que te excita y eso... Eso es algo irremplazable.
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—Ahg, apestas niña.
—Es obvio, vengo del gimnasio, no voy a oler a rosas.
—Wakala, me das asco— Era domingo de novios y Bakugo había ido a tu casa, ya que sus citas siempre son en tu casa, solo que llegó antes que tú, ya que tú estabas en el gimnasio.
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—Ahhh mira, que diferencia, ahora sí hueles rico.
—¿Tu que?, tu has de oler muy rico saliendo del gimnasio— Te recostaste en tu cama y Bakugo se acostó a tu lado.
—Obvio, yo huelo caramelo, tú qué sabes— Aunque por fuera sea un enojón y una persona que odia a todo el mundo, contigo es muy cariñoso y como un nene abrazando a su peluche favorito. Te tomó entre sus brazos y se acostó en tu pecho.
Se despegó un poco de ti y te miró a los ojos —Ya te extrañaba— Sus ojos eran más hermosos de lo habitual, tenían un brillo encantador y ese brillo surge cada que está contigo, normalmente siempre tiene la mirada pesada y con nulo brillo.
Acariciaste su mejilla, su piel es muy tersa; tu mano se posó en ese cabello rubio, que a simple vista se ve seco, sin vida o hasta rasposo, pero para nada, es más suave que las mismisimas nubes. Ambos sonrieron y comenzaron a besarse.
Cada vez tu respiración estaba un poco más agitada, ya que colocó su mano en tu cintura y comenzó a acariciar hasta bajar a tu pierna.
—¿Que pasa, linda? ¿Porque tienes la respiración tan agitada?— Los besos fueron escalando. Bakugo se reincorporó y se quitó la camiseta, dejando mostrar su bonito y trabajado cuerpo.
La relación es preciosa, es la más romántica que pueda existir, y el sexo es desenfrenado, rudo, con mucha pasión, lo que hace mantener una balance perfecto.
Estoy tan acostumbrada a ver mi ropa en el suelo en cuestión de segundos que cuando mi rubio me quitó la camiseta, yo me destiné a quitarme el Bra para hacerle el trabajo más fácil, pero me recostó en la cama y tomó una de mis piernas tan ligeramente, es el tacto más suave que es sentido.
—Hey, no tan rápido preciosa ¿Que? ¿Acaso no te gustaría hacerlo... Lento?— Dijo esto mientras daba besos tiernos y lamía suavemente, lo que hacía que mi cuerpo temblara —¿Te gusta?— Bajó hacia mi pecho y lentamente me quitó el Bra, haciéndose cargo de mis pechos —De vez en cuando podemos hacerlo— Dio una lamida a mi pezón —Tierno y romántico ¿No lo crees?— Sonrió y atacó finamente mis pechos, dándome una sensación increíble.
Hacerlo delicadamente con el, que es una persona bastante ruda en ese aspecto, me esta trayendo una sarta de emociones que me ponen al tope.
Introdujo en mi sus dedos y comenzaron a bailar en mi interior mientras seguía consintiendo a mis nenas, pero todo con calma y me estaba volviendo loca.
—Ahora, linda, ¿No me quieres consentir a mi?—Hizo que tocará su pene y estaba muy erecto.
—¿De verdad te gusto tanto? ¿Tanto para que solo con tocarme te pongas así?— Después de decir eso, me besó, bajó sus pans y se recostó al lado mío.
—No sabes cómo me encantas, tu cuerpo me pone loco, y ahora, te toca consentirme— Yo fui la que bajó sus boxers, y me encanta recibirlo siempre en la cara, me encanta saber que soy la única que puede ponerlo así, me fascina cada vez que paso la lengua le dan escalofríos.
Comencé mi magna obra y es delicioso escuchar sus gemidos y como trata de ocultarlos, como me toma de la cabeza y me baja más, para que entre toda, provocando que se me salgan las lágrimas.
—Dios, cada vez la chupas mejor, preciosa— Esas palabras hicieron que me excitara aún más y mis movimientos aumentaron, haciendo que mi chico gimiera más fuerte y finalmente llegó a su orgasmo, viniéndose en mi boca.
Levanté la mirada y vi el paraíso reencarnado, estaba sudadito, con la respiración agitada y sintiéndome de esa manera que me encanta tanto.
Me dijo que me recostara, se dirigió a por un condón, se veía demasiado guapo, su cuerpo es perfecto, me tiene encantada. Se puso el condón y me tomó de las piernas para que lo abrazara
—Ahora si muñeca, prepárate para ver el cielo— Me besó y comenzó a penetrarte, apenas sentirlo dentro de mi, mi cuerpo me dió un pequeño golpe electrico, lo que siempre me ocurre cuando tengo sexo con el, pero está vez no estábamos teniendo sexo, estamos haciendo el amor y es increíble.Mi ser estaba teniendo la mejor sensación de la vida, claro, siempre que estoy con el toco el cielo, pero hoy es distinto. Mi boca articulaba un sin fin de gemidos, jadeos y palabras obsenas, apesar de que comenzamos tierno, me estaba segando con el deseo y la pasión.
—¿Sabes? Es hora de saltar, preciosa— Salió de mi, se recostó y me senté encima de el, está posición me encanta, me estimula bastante.
Comencé a saltar y mis gemidos no tardaron en aparecer, lo tierno y romántico había desaparecido, era mi momento para sacar todo lo que tenía dentro, casi 1 mes sin verlo, para mí fue una eternidad.
El se dió cuenta y comenzó a pellizcar mis pezones y a masajear mis pechos, lo que hacía que la pasión dentro de mi aumentará poco a poco. Me sujetó de los hombros para acercarme a su cara y así el pudiera chupar mis pechos, mientras me penetraba una más rápido y fuerte.
Me reincorporé y seguí saltando y realizando un vaivén exiquisito. Estaba a punto de venirme, pero tenía una extraña sensación de querer orinar y tenía miedo de hacerlo encima de el, sería bastante vergonzoso que mientras tenemos relaciones lo orine.
—Espera, me voy a orinar.
—No pares, solo hazlo, no importa— Quise parar, pero el colocó sus manos en mis caderas y me siguió moviendo. No aguanté más, y me dejé llevar y fue la mejor sensación de mi vida, llegué a mi orgasmo y fue glorioso, ya que el también llegó.
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—¿Ves? No es orina, te viniste y fue increíble. No sabes lo maravillado que me tienes, fue el mejor sexo de mi vida.
Yo seguía consternada, había llegado... ¿Al squirt?
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💌(^^)One Shots Boku No Hero Academia(^^)💌
Fanfic💌De todo un poco. 💌Shipps y T/N 💌Lea y disfrute. 💌Los personajes no son míos. Son de Horikoshi.