XLIII: Juego Sucio.

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Lunes, 9:22 am.
Ethan.

—Oye, no me has contado cómo estuvo tu cita con Taylor.—pregunta Kayla poniendo énfasis en esa última palabra.

—Fue genial.—admito mientras caminamos por el pasillo—Casi nos besamos.

Su semblante se torna serio y se detiene.

—¿Qué? Ethan, ¿me estás diciendo que en todo este tiempo nunca han llegado a besarse?—cuestiona—¿Ni siquiera en la cita?

Me encojo de hombros.

—Siempre algo o alguien nos interrumpe.

Ella bufa, presionando su tabique con sus dedos, en señal de decepción.

—¿Y qué fue esta vez?

—Una señora cascarrabias.—bajo la mirada, puedo sentir la suya juzgándome.

La miro de reojo un segundo, efectivamente me mira con cara de que quiere matarme.

—¿Dejaste que una señora desconocida interrumpiera el beso?—reclama—Estás muy bruto, Ethan.

—Cállate, tú no estuviste ahí, no molestes.—frunzo el ceño.

—¡Agh! Pero no te enojes.—se cruza de brazos—Eres un amargado.

—Y tú una insoportable.

—¿Otra vez peleando?—pregunta Dylan, detrás de nosotros y nos hace voltear algo asustados—Creí que ya habían dejado eso.

—¡Ay, Dylan!—exclama Kayla—¡Casi me das un infarto!

Él ríe.

—¿Hace cuánto llegaste?—pregunto—¿Y dónde estabas?

Se encoje de hombros.

—Por ahí.—responde con simpleza y yo lo miro con sospecha—Como sea, ¿por qué estaban discutiendo?

—¡¿Puedes creer que Ethan aún no se ha besado con Taylor?!—anuncia Kayla alzando la voz y rápidamente le tapo la boca con mi mano.

—¡No grites, carajo! ¿Quieres anunciárselo a toda la escuela?—reclamo molesto.

Dylan ríe.

—Ustedes dos me dan mucha ternura.—comenta.

Ambos lo miramos con interrogación y él continúa.

—Se ven tan lindos cuando discuten.—pronuncia con voz dulce—Si no los conociera y si no supiera que Ethan está enamorado de Taylor, pensaría que ustedes se gustan.

Ambos quedamos estáticos ante su comentario, miro a Kayla de reojo y tiene todo su rostro rojo, alto ¿qué?

Se sonrojó...

¿Por qué?

Mi cara arde, ¿también me sonrojé?

Dylan vuelve a reír al mirarnos.

—Ojalá pudieran ver sus caras, ¡parecen tomates!

Sacudo mi cabeza y luego lo miro fijamente, frunciendo el ceño.

—No es gracioso y no nos gustamos.—espeto.

Kayla reacciona.

—¡Sí! ¿Qué cosas dices, Dylan? ¿Gustarnos? ¿Nosotros?—ríe, pero suena forzada—Eso jamás.

Dylan bufa.

—Lo sé, dije: "si no los conociera", pero sí los conozco, tranquilos.—apacigua, mostrando las palmas.

Ethan [Psycho #1] [EN EDICIÓN] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora