Capítulo 41. MÍA

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Kiki POV

Evidentemente una sesión de psicóloga no había sido suficiente para calmar mis miedos y coger el toro por los cuernos. Hacía dos días que había tenido mi sesión con Mónica y en principio iba a volver en una semana. Se supone que todas esas preguntas que rondan mi mente tienen respuesta en Violeta pero... ya había entrado en una espiral que me traía por el camino de la amargura.

Cuantos más días pasaran sin hablarle o sin que ella se dignase a hablarme más grande se hacía la brecha. No sabía como gestionarlo, como acercarme. ¿Qué se supone que tenía que hacer o decir? Hola Violeta, he visto una foto tuya con una tía y me he cagado de miedo porque la otra noche no follamos, hicimos el amor.

Demasiado directo pero cierto.

¿La llamo? 
¿Voy a su casa sin mas?
¿Pregunto a Denna?
¿A Naiara?

No sé...

Hoy me había levantado más nerviosa que de normal. No diría ansiosa pero si preocupada. Teníamos un pre - ensayo en el que tendría que ver a Violeta. Un ensayo por el SOMles claro. Primero se haría una prueba de sonido y puesta en escena en la cual cantaría en soledad. Había tenido libertad absoluta para elegir canción. Todo el mundo esperaba que cantase algo compuesto por mi, alguna de mis canciones o simplemente algún tema nuevo. Yo había decidido cantar Mía a piano porque sentía que así tenía que ser. Porque Mía era tan mía en estos momentos que nada me llenaría más que una Violeta escuchando como me siento en estos momentos.

Y después... Dado que finalmente había accedido a cantar I Kissed a Girl pues... Tenía que hacer la prueba con Violeta.

Suspiré y me levanté de la cama. A penas eran las nueve de la mañana. Me miré en el espejo que colonizaba mi armario empotrado y suspiré. "Tú puedes", me dije. Deslicé la puerta corredera y divagué un poco en qué ponerme.

Tras enredarme con tres o cuatro prendas decidí ir cómoda antes que sexy. Un pantalon cargo beige y una sudadera gris desteñida y con roturas que ponía "not alone.", elegí unas Air Force 1 All Black para ir más cómoda. Abrigo pluma y mochila.

En la mochila metí mi iPad, los Airpods, un libro, una libreta y boli por si a caso ver a Violeta fuese tan productivo como para escribir una canción y algo de comer.

Antes de salir me hice un cortado mientras Ruslana se despertaba y hacía aparición estelar por la cocina.

- Buenos días niña. ¿Cómo estas?

- Despertando. - le enseñe el café.

- Vas ahora a eso, ¿no?

- Yep.

- Todo va a salir bien, ya verás. ¿Me llamas si cualquier cosa? - me besó la frente.

- Si. ¿Pero te vas esta tarde no?

- Salgo a las 3 de la tarde más o menos, voy a empezar a prepararme ya el vuelo es cortito.

Ruslana tenía un par de compromisos en Francia, iba a pasar tres días allí por un concierto y volvía.

- Pues avísame cuando llegues a Paris mon amour.

- Oui madame. Voy con Denna, cantamos las dos por allí. - me sonrió.

- Bueno genial ¿no? Dale un beso a la rubia. - besé la mejilla de Rus.

Dejé la taza en el lavavajillas y fui a por mi casco. Tenía la moto en la puerta de casa, me quedé pensativa mientras me sentaba en la silla.

Va a ser incomodo de cojones.

Me puse el casco, quité la palanca, arranqué y puse camino al centro de Madrid. El camino fue tranquilo, conduje con cuidado hasta la plaza de Pedro Zerolo, en Chueca. Habían montado una especie de carpa con un gran escenario. Aparqué justo al lado y me baje. Aún con el casco puesto miré de un lado a otro y... ni rastro de Violeta.

Me acerqué a la carpa y pregunté por María, una chica de la organización que me llevó a micros afinar piano y presentarme a los trabajadores que iban a estar mano a mano conmigo.

- ¿Canto entonces Mía?

- Sí, como te sientas tú más cómoda, podemos empezar por un trocito o entera, ¿Qué prefieres? - me preguntaba la chica.

- Prefiero entera, hace mucho que no la canto en público y necesito conectar, ¿os parece bien?

- Claro.

Me dispuse al piano y empecé a tocar. La voz me empezó a brillar sola.

Ya no me duele
Ya no me hiere
Pensar en lo que fui

No lo he borrado
No lo he olvidado
Pero ya no está aquí


Miré hacia el techo de aquella carpa y cogí aire. La música del piano inundaba todo el espacio. En sonido iban elevando y bajando el sonido de las teclas hasta que pareció quedar perfecto.

Lo días
En los que el reflejo del espejo me dolía
El los que contigo como arma me protegía

Mi mirada se perdía entre las teclas del piano. Levanté la mirada y me encontré a Violeta en una esquinita. Apoyada contra el marco de una puerta que no sé muy bien a dónde llevaba.

Violeta iba en sudadera y pantalón ancho. Sonreía, pero sonreía con pena. Mi mirada no pudo evitar volver a sus ojos y seguir cantando desde allí.

Vuelvo al pasado
Fuego apagado
Cenizas verde-gris

Vine al futuro
Ya no está oscuro
Pero yo sé que en mí

Hay algo que vuelve...

Y que a veces muerde.


Quería decirle con la mirada que todas estas palabras que no había compuesto yo hablaban de mi y de como me sentía cuando estaba sin ella, como el pasado dolía tanto que era imposible que no mordiese.

Y que si no fuera por mí ¿por quién sería?

Sentí como sin querer una lagrima derrapaba por mis mejillas mientras a Violeta la sonrisa se le borraba y los ojos se le encharcaban.








The kisseable girl - KIVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora