Capítulo 48. ¿Qué vais a cantar?

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Vivi POV

Al fin había llegado el día del SOMles. Me sentía súper bien, había vuelto con las pilas totalmente cargadas de amor. Ir a París con Chiara fue la mejor decisión que pudimos tomar. Disfrutamos de Disneyland como dos niñas pequeñas, ver a Chiara feliz pidiéndome una foto con el Pato Donald fue lo más bonito que me pudo pasar.

Allí pudimos pasear sin que a nadie le importara quienes eramos, a qué nos dedicábamos o como nos iba en la vida. Que de momento se podía decir que bien. Paseamos por el sena de la mano, pude robarle mil besos en cada semáforo en rojo y al volver a España todo seguía igual. El fandom no se había inmutado y la prensa tampoco.

Sabemos que al publicarlo las cosas cambiaran, no serán mejores o peores, simplemente diferentes pero ha sido muy bonito tener primeras veces con absoluto anonimato. 

Sobre las doce me había llamado mi estilista, después de comer se pasaría por la habitación del hotel. Un hotel de gran prestigio en la plaza Pedro Zerolo, dónde se celebraría el festival, nos había cedido una habitación a cada una, que al final redujimos a solo una, para que pudiéramos prepararnos y llevar a cabo el vestuario y maquillaje.

- Yo quiero ir rompedora. - me decía Chiara mientras se miraba al espejo con solo una toalla cubriendo su cuerpo.

- Amor, ¿sabes que eso es algo innato en ti, no? - la abracé por la espalda mientras le besaba el cuello.

- Ay Vio, no seas idiota... Tengo mil cosas que hacer si me empiezas a besar el cuello pues no las voy a hacer y no vamos a ir al festival a cantar.

- ¿Y por qué no vamos a ir? - volví a besar su cuello.

Ella se giró lentamente y con su mano en mi barbilla redirigió mi mirada a sus ojos.

- Porque, amor,  si continuas besándome. - estaba muy seria. - Voy a llevarte a la cama y voy a pasarme la eternidad haciéndote el amor. - con su dedo índice callo mi boca que continuaba muda.

No sabía que a estas alturas Chiara todavía podía dejarme muda. No me lo pensé dos veces. A la mierda el tiempo. Me incliné sobre ella y empecé a besarla lentamente. Sus manos, en lugar de apartarme se instalaron en mis hombros y casi por instinto una de sus manos se posó en mi nuca y me atrajo más a su cuerpo.

- Te dije que ahora no iba a poder parar.

Sus pupilas estaban dilatadas y rugian deseo. Yo quería escuchar a Chiara gemir de nuevo por mi. Sin quererlo nuestros cuerpos empezaron a danzar el uno sobre el otro hasta que terminamos haciendo el amor contra el lavabo del hotel.

- Bf. - suspiró ella exhausta.

- Tenemos que parar, si no, nunca vamos a llegar.

- Madre mía Violeta. - recogió la toalla del suelo. - me voy a vestir, va a llegar tu estilista y yo aqui en bolas. Te odio.

- Yo te amo tanto que explotooo. - le dije mientras le palmeaba el culo y ella abandonaba el baño.

Se giró y me miró burlona.

En cuestión de una hora, el estilista había llegado. Había elegido un vestido plateado, no sabía si iba a ser Violeta o un astronauta experimentado de la NASA pero... le había echado el ojo en un catalogo y desde entonces había esperado para una ocasión especial y hoy, lo era.

Kiki se había decantando por un body transparente combinado con una falda corta plisada en color negro y unos taconazos de infarto.

Avisamos al servicio de habitaciones para que nos subiera comida y mientras algunos amigos fueron llegando. Gente que también cantaba y quería esperar con nosotras.

- Kiki, la Cheche está subiendo.

- JODER y yo con toda mi ropa por aquí tirada. Se va a pensar que hemos dormido juntas.

- Es que hemos dormido juntas. - le sonreí.

- Pero ella no lo sabe.

- Pero si la Cheche ya se pasó el juego con el Bisbi.

- Calla que me cae mal.

Chiara recogió toda su ropa y la guardo en su maleta para luego echar la cremallera y hacer como si nada hubiera pasado. Ni con el paso de los años ha conseguido reformar este desastre con la ropa, pensé.

Chenoa, Salma, Juanjo, Martin, Samantha o Natalia Lacunza fueron algunos de los triunfitos que subieron a esperar su turno en nuestra habitación. Producción nos tenía localizadas mediante una chica que iba yendo y viniendo.

- Violeta, Chiara. - nos llamó una voz. - Estad prevenidas que en media hora os toca. Id bajando para Micro porfa.

- VAMOOOOS ESAS KIVIIIII. ¿Que vaaais a cantar? - preguntaba Chenoa emocionada mientras subía los brazos a modo de ánimo.

- ¿Tú que crees Cheche? - le dije sonriendo.

- Pues también es verdad, pa' qué preguntaré yo...

Nos subimos al ascensor, Chiara me miró con miedo y yo le sostuve las manos.

- Amor, tranquila, todo va a salir bien.






The kisseable girl - KIVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora