Capítulo 27. Berlín y sus muros.

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Vio POV

Surrealista. 

La Kiki y yo en el "Carrefú" de Malasaña comprando Alpro Lima - Limón para ir a mi casa a... ¿Charlar? Dios mio Violeta, como puedes pensar en esas cosas, tendremos que hablar primero. 

Pero claro, mírala ahí de pie pagando. Que follable es. 

No si... cuando Nai te dice "Pelandrusca" es por algo. 

Pero joder, en serio, mírala.

Kiki estaba pagando sus tres botes de yogurt, 

¿de verdad pensaba comérselos todos o quería dejar dos más en mi casa para otro día? Mira ojalá. Bueno que me despisto. 

que Kiki estaba pagando sus tres botes y yo no podía parar de sonreír. Ella estaba de infarto. Durante todo este tiempo había tenido el pelo largo, mechas azules, coleta... y ahora había vuelto al corte por los hombros que fue tan característico de ella en la época de operación triunfo. Su melena con su raya en medio, su negro predominante en la ropa y sus ojos claros... era una combinación brutal que no podía ignorar. No sé si podéis entenderme pero... llevo cinco años preguntándome a qué saben los besos de Chiara fuera de IKAG. Solo canto sobre ella, solo siento por ella, creo que roza el límite de lo insano, de lo obsesivo y además me arrepiento todos los días de no haber corrido tras ella para decirle: quédate.

Lo que pasa que lo mismo no se hubiera quedado y yo tendría que haber lidiado con el vacío, el miedo, la ausencia y mil cosas más que en ese momento no tenía la valentía de afrontar. Anyway.

- ¿Vamos? - me sacó de mis pensamientos con su sonrisa.

- Vamos. - le guiñé. - ¿Cómo sabes dónde vivo?

- Bueno Violet, si no quería cruzarme contigo tenía que tener cierta información relevante, ¿no crees? - a veces me sorprendía su sinceridad, diría que casi me incomodaba.

- Si... - me hice pequeñita.

- Pero no pasa nada. - Rompió el hielo. - Al final no pude esconderte de ti por siempre.

- "No pude esconderme de ti para siempre"  - me reí tranquila.

- Pues eso. Ahora he mejorado mucho con el español, ya verás. - me señaló con el dedo.

Llegamos a la puerta de casa. Subimos por las escaleras porque no quería soportar la tensión del ascensor y abrí la puerta.

- ¿Sabes que Denna también vive aquí? Luego si quieres podemos ir a saludarla.

- Claro que lo sé, ¿quien te crees que me dió la información?

Me giré para mirarla.

- ¿Almudena? - arqueé una ceja.

- No te enfades, creo que pensaba que era para venir a verte. - se encogió de hombros.

- La mato. - dije mientras ladeaba la cabeza. - Bueno, el pisito es solo para mi así que es algo modesto. Solo tiene una habitación.

Comencé a hacer un pequeñito House Tour a Chiara por el salón, cocina, habitación y poco más. No había mucho más que ver. Ella iba atenta mirándolo todo. Kiki siempre fue muy detallista así que se encontraba perdida en los detalles.

Mi salón y mi cocina se encontraban en el mismo espacio físico, un gran ventanal desde el cual se podía ver Madrid presidía esa estancia. Unas cuantas plantas de mentira aportando calidez al hogar, todos sabemos que las plantas no me duraban mas de una semana... Una televisión que no usaba mucho y un tocadiscos eran los protagonistas del lugar.

El tocadiscos se encontraba en un mueble compuesto por dos estantes que no me llegaban a la rodilla, Chiara se acercó al tocadiscos y se agachó para poder ver los vinilos que estaban recogidos en la parte inferior del mismo. Empezó a mirarlos uno a uno, algunos sé que no los conocía y otros le hicieron sonreír.

En sus manos se encontraba the tortured poets department.

- ¿En serio? A ti no te gusta Taylor Swift. - me miró, mientras descubría Reputation (Taylor's version) y 1989.

- No es que no me guste...

- Por eso Vio. ¿Que hacen estos vinilos aquí? Menuda farsante. - se burló.

- No me gustan a mi pero a ti te encantan.

Agachó la mirada y no dijo nada. Yo me arme de valentía y mi sinceridad quiso retar a la suya. Me agaché a su altura y me senté en el suelo. La madera estaba cubierta por una alfombra gris de gigantescas dimensiones.

- Siéntate conmigo Kiki.

Ella se acercó al sofá, dejó su bolso, se quito la chaqueta y se sentó frente a mi con las piernas cruzadas. Volví a hablar.

- ¿Por qué?

- Por qué, ¿qué?

- Porque desapareces años, de repente me ves, me envías un poema y vuelves a desaparecer. - su iris fijo en mis ojos me estaba matando. Aún así conseguí articular todas las palabras.

- Por miedo. Siempre que no estoy a tu lado es por miedo.

- Es irónico que tengas miedo pero seas tan sincera, nunca tienes miedo a decirme nada, yo a veces no soy tan valiente.

- No me dan miedo mis sentimientos, me dan miedo tus decisiones.

- ¿Qué quieres decir? ¿De qué tienes miedo?

- De que estés pero que no seas. - por primera vez Chiara me apartó la mirada. - No tienes ni idea de lo difícil que fue todo.

- Nos debemos una conversación. - Titubeé. - Yo... te debo unas disculpas, aunque supongo que ya van tarde.

- ¿Disculpas por qué?

- Por no ir tras de ti, por no elegirte por encima de todo y de todos. Tengo que pedirte perdón por no haber sabido retenerte.

- No pasa nada Vio. Si no se siente lo suficiente no se puede remar a contracorriente... Hiciste lo que tenías que hacer o lo que creíste más correcto. Yo me fuí porque tenía que aprender a ser fuerte.

Sus ojos empezaban a estar lacrimosos y a mi me empezaba a doler el alma por verla así.

- ¿Por qué dices eso? Nunca has sido débil.

- Si hubiera sido valiente. - Volvió a mirarme intensamente mientras una lagrima derrapaba sin frenos por sus mejillas. - No me habría ido. Habría sido honesta con mi amor. Habría luchado por ti. Te habría dado espacio, tiempo, ganas e ilusión. Pero no podía porque no podía darte todo eso mientras estabas con alguien más. Y lo entiendo. - seguía mirándome. - Eramos dos personas ideales en un momento de mierda. Irme era lo único que podía hacer por mi. Tenía que protegerme de ti. Tenía que ser valiente por mi, no por ti. Esto - se señalo el pechó. - tenía que ser de hierro para que otra como tú, o incluso tú de nuevo, no pudiera romperlo. Levante el muro de Berlín. Pero has vuelto y ahora todos son ladrillos desparramados por el suelo y sin sentido.


The kisseable girl - KIVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora