The kisseable girl - KIVI

Capítulo 39. ¿Por qué?

Kiki POV

Violeta acabó la noche conmigo pero no fueron los únicos labios que probó esa noche.

El precipicio se fue haciendo más grande con el paso de los días. La ansiedad se instaló a vivir de forma permanente en mi pecho. No podía componer. Disociaba todo el tiempo. Ruslana ya no sabía que hacer, me insistía una y otra vez en que hablase con Violeta que le diera la oportunidad de explicarse. Las fans inundaron las redes con la misma foto. Yo me desinstale twitter, instagram y tik tok. Informé a mi madre que iba a estar unos días sin redes porque necesitaba un respiro. No quise dar muchas más explicaciones.

Me sentía una mierda.

De repente todo lo bonito se esfumó y todos los recuerdos del pasado volvieron a instalarse en mi pecho. "Debería de haber pedido cita con la psicóloga antes" me repetía constantemente. Si yo hubiera ido a la psicóloga habría podido enfrentarme a esta situación. No habría salido huyendo y me habría pasado tres o cuatro años corriendo sin un rumbo. No habría probado el sexo solo por el placer, no habría renunciado a los besos. Nada de esto habría pasado. Quizás con terapia habría podido olvidar a Violeta, ponerme en primer lugar y querer a otra persona.

Ruslana y yo nos encontrábamos en el sofá, ella con sus Airpods escuchando música y yo jugando con mi móvil a un juego tonto mientras seguía dando vueltas a todo.

- Rus. - la llamé tirando de su muñeca.

- Dime bebé.

- Quiero volver a ir a la psicóloga, ¿me ayudaras?

- Claro que sí. - me sonrió. - ¿Qué te ha llevado a tomar esa decisión?

- He tirado por la borda estos tres últimos años, soy una mierda de persona.

Se quitó sus Airpods y soltó el móvil.

- No eres una mierda de persona. ¿Me escuchas? - me sostuvo la cara con sus manos. - ¿Me has escuchado bien o no Kiki?

- Es que...

- Nada. Es que nada. Cada uno gestiona como puede y como sabe. Todos tenemos nuestros tiempos. El tuyo ha sido este. Has aprendido mazo seguro así que no te fustigues. ¿La llamamos ahora?

- ¿A la psicóloga?

- Claro.

- Pero son las diez de la noche. No me va a coger el teléfono.

- Pues también es verdad, ves. No solo tu eres una ansiosa. ¿La llamamos mañana?

- Gracias Rus. - nos fundimos en un abrazo que me hizo sentir menos pequeñita y más en casa.

El día siguiente pasó sin mucha pena ni gloria, me levante bastante temprano pese a no haber dormido mucho. Mi mente seguía lamentándose de ser tan débil, de no haber sido valiente para enfrenta las cosas antes.

Toda esta situación en la cual me entregaba a Violeta en cuerpo y alma y después veía una foto dando un pico a una chica ese mismo día hizo que me sintiera vulnerable. Mi mente voló a la Chiara de hace cuatro años sufriendo a diario porque Violeta la quería en silencio pero dormía con otra persona.

Volví a preguntarme lo que hace tanto tiempo no me preguntaba.

¿Por qué soy insuficiente para ella?

¿Por qué necesita más y no basto solo yo?

¿Por qué?

¿Por qué?

¿Por qué?

Me iba a volver loca preguntándome una y otra vez lo mismo. Mi mente colapsaba y entraba en bucle.

Conseguí llamar a la psicóloga bajo la atenta mirada de Ruslana que me sostenía la mano.

- Hola Mónica, si, soy Chiara, no se si te acuerdas de mi... - había tenido sesiones con ella al salir de la academia. - Pues es que me gustaría retomar la terapia porque no me encuentro muy bien. Si... Pues estoy como ansiosa. Pero sin el como. - reí con amargura. - ¿Si? Te lo agradecería muchísimo, sí. Pues allí estaré. - colgué.

- Qué, cuéntame.

- Pues nada, que me va a ver mañana a las diez.

- ¿Tienes ganas?

- Me da miedo pero sí, tengo ganas.

- Sé que te he dicho lo contrario estos dos días pero no hables a Violeta hasta que hables primero con la psicóloga, yo al final tan solo soy tu amiga y quiero pensar o hay cosas que me llevan a pensar que esos tweets o esa foto tienen una explicación, pero creo que tienes que hacer lo que sea mejor para ti. ¿Vale?

- Vale. - le sonreí.

Ojalá sea ya mañana a la diez.