Capítulo 33. Despertares

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Vivi POV

A Chiara se le había ido la mano con el alcohol y yo estaba entre preocupada y enfadada. No me hizo ni pizca de gracia verla con la otra, hasta dónde seguí mirando a la rubia se le iban las manos por el cuerpo de Chiara y ella no parecía incomoda, no se la veía tensa y eso me mató aún más.

Pero, como iba a dejarla sola en ese estado, a saber como llegaba a casa, si llegaba o... con quien llegaba.

Esta fase de celos con Chiara no es nueva, ya en las giras lo pasaba mal, me pillaba berrinches yo sola porque me daba coraje la forma en la cual podría irse con cualquier chica que le sonriese. Kiki tiene como un iman, te mira con esos ojos, te sonrie y te dice cuatro cosas en ingles y pues a ti no te queda más remedio que bajarte las bragas. Pero en aquella época yo qué le iba a decir, si yo tenía novia y no podía darle lo que ella me pedía, así que me limitaba a fruncir el ceño, olvidar los hoyuelos y pasarme dos días con cara de seta.

La misma cara que llevaba ahora. La niña había venido a decirme que se iba a casa. Así, tan pancha, medio tambaleándose y sin ser capaz de hablar un castellano fluido. Madre mía, me satura.

- Nai, me la voy a llevar a casa, sujétala anda. - la maña me ayudó.

Me acerqué a Ruslana y la informé.

- Es que no hay manera de que llegue sana y salva a vuestra casa.

- Vale, me la llevo ahora, voy a despedirme de los demás, dame un momento. - me contestó la ucraniana.

- Kiki me ha pedido que no te diga nada, no te quiere joder la fiesta, me la puedo llevar yo a casa, si te parece bien. - ella arqueó una ceja, después relajó el ceño y sonrió.

- Está bien pero avisadme cuando lleguéis, ¿vale?

- Vale.

Me dí la vuelta para volver a por Kiki pero Ruslana llamó mi atención.

- Y quita esa cara Vio, que es Chiara, mira como te observa.

Me limité a mirar a Kiki que dedicaba una mirada inocente. Sus ojos parecían de un corderito degollado, mirándome con amor desde su lugar. En esos momentos parecía una niña de seis años admirando su juguete favorito.

No quiero ser su juguete, pensé.

Me acerqué a Nai, le di las gracias y me llevé a Kiki agarrada del brazo.

- Jo Vio, eres preciosa.

- Si anda vamos. - una pequeña Violeta dentro de mi no podía evitar sonreír cada vez que Kiki me decía esas cosas. Por muy enfadada o celosa que estuviera.

El Uber rápidamente nos dejó en casa y en el ascensor ya Chiara apuntaba maneras. Me miraba de arriba a abajo, como queriendo deborarme, sus ojos claros frenaron en seco en mis labios y me dijo bajito.

- Violenta. Estás guapísima. ¿Alguna vez te he dicho que eres the most beautiful woman in the world? Seguro que sí, como no te iba a deci yo eso antes.

Me tuve que morder el labio y hacer de tripas corazón.

- Vamos anda.

Me apresuré a abrir la puerta de casa. Kiki iba haciendo eses, fuimos a la habitación y la dejé en la cama, le saqué un pijama y al verla sonreírme descaradamente... me acordé de Lucía y otra vez, sin querer, me volví a enfadar.

Me fui para el sofá con toda la intención de dormir allí pero Chiara me pidió ayuda, al girarme la vi atascada en su blusa y no pude evitar reirme. Luego cuando me pidió que la desnudara, no me hizo tanta gracia.

The kisseable girl - KIVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora