·Capítulo 7: La Declaración

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Siento que me van a odiar después del cap.

(...)

Juan Pablo Villamil

Ya era lunes.

Llegó el día en el que me voy a declarar oficialmente a Mariana frente a una buena cantidad de compañeros, incluyendo a ella.

Andaba por los pasillos del colegio, con una cartulina en mano mientras la otra unas flores envueltas que compré con ayuda de Isaza.

Le dije a Mariana que en la salida fuera al patio trasero con las amigas que quiera y yo también con los míos.

Bajé las últimas escaleras y me encontré a Juan Pablo... junto a su hermana.

-Villa, que bueno verlo, ¿ya le va a decir? -preguntó mi amigo, siempre tan prudente-.

-Sí, de hecho ya estaba yendo -asentí-.

-¿A decir qué? -interrogó la castaña, al parecer no sabía nada-.

-A decirle a su casi novia si quiere ser su novia -respondió su hermano, sin dejarme hablar, me sentí la peor persona al partirle el corazón a una chica que no se lo merecía, era un completo imbécil-.

-Bueno, ojalá le diga que sí -susurró, estoy seguro que le dolió por como lo decía- voy con Julia -se iba a dar media vuelta pero Isaza la agarró del brazo-.

-¿Qué? ¿No va a ver el espectáculo de la salida? Venga conmigo y si quiere traiga a Julia -comentó mi amigo-.

-Vale, ahorita la traigo -aceptó de mala gana y fue desapareciendo-.

-Estoy nervioso -.

-Vaya, recién me doy cuenta -dijo con tono sarcástico- le andan sudando las manos y su pie parece no sé que temblando -vire la vista a mi tenis, estaba moviéndose como si tuviera vida propia, reí levemente y ansioso frente a eso-.

-Mejor vayamos, esperamos a los demás allá -dije mientras mi amigo asentía, me consumía la ansiedad, camine lentamente hacia el patio trasero, perdiendome en mis pensamientos-.

-Te pido perdón, no queria hacerte esto, cuando te ví por primera vez no podía describir lo que sentí, no sabía si era amor, gusto, sorpresa, la canción que compuse, fue pensando en ti -confesé el secreto que nadie sabia- porque cuando te vi sentí algo raro por dentro, porque no sé nada de tu historia, nada de ti -recordé ese momento de la primera vez que la ví, mientras la miraba fijamente a los ojos- con el tiempo me dí cuenta que no solo era atracción, sino algo más allá, cada que habló contigo me siento pleno, cada que estas a mi lado siento que nada más existe -continúe con mi mayor sinceridad- eres tú la que me has logrado enamorar y aunque ahora te he dicho que solo me atraes, no es cierto y tengo miedo que si por nunca admitirlo tú desaparezcas y me dejes con este profundo sentimiento clavado aquí -mi mayor temor era que se vaya porque yo no supe manejar mis pensamientos y ese error me maté todo el tiempo, con las manos temblandome y mi mente traicionandome, me le declaraba a mi pequeña, solos, ella y yo, bajo la luna y las estrellas-.

Mi mano fue hacia uno de sus cabellos y lo pasó detrás de su oreja sin perderle de vista ningún movimiento, luego acaricié su suave mejilla con pequeñas pecas, los segundos eran eternos, fui acortando nuestra distancia poco a poco, su densa respiración estaba sobre mi rostro, ¿podía quedarme así toda la vida? Ella fue cerrando sus ojos y me quedé observando sus rosados labios con la escasa luz y después, cerré mi vista y terminé nuestra distancia lentamente.

Pude sentir mis labios sobre los suyos, estaban cálidos y algo húmedos, pero no quería vivir más sin ese momento, nuestros labios se movían en sincronía, se estaban conociendo por primera vez, era la única vez que sentía esto por alguien y en especial con ella, que desde que la conocí, ha llegado a mi vida para hacerme sentir bien, liberándome de mis verdugos y darle un nuevo color a mi existencia, subió sus manos a mi cabello para jugar con él y yo seguía agarrándola por la cintura, ese pequeño momento lo disfruté más que mi vida entera, nos separamos lentamente pegando nuestras frentes y abrí lentamente mis ojos para volver a apreciar lo hermosa que era.

Eres Tú ~ Juan Pablo VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora