·Capítulo 8: Chambelanes

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Julia me enseñaba su pequeño celular, en la pantalla estaba abierta una conversación.

Juanpa

Tengan cuidado nada más al venir

Julia

No se preocupe, luego llegamos. Saludoss

Decidí irme a mi casa caminando, no quería estar con alguien encerrada en un vehículo, necesitaba que el aire entré a mis pulmones con libertad y calmarme algo. Sollozaba un poco de vez en cuando en el trayecto.

-No sé que decirle -susurró la rubia- de verdad, lo lamento mucho, pero quiero que sepa que siempre te voy a apoyar, ¿oyó? -dijo abrazándome por los hombros, cuando nos separamos, yo solo atiné a darle una leve sonrisa-.

-Gracias, por todo, no sabría que haria en estos momentos si no está -le agradecí mientras tomaba sus manos-.

-No es nada, eres mi mejor amiga, y como lo soy, sé de algo que la puede ayudar -sonrió y agarró su pequeño aparato y marcó un número de teléfono-.

-¿Bueno? Pablo, estem... -titubeó- queremos pasar un momento por el malecón, esperennos un rato más, ¿si? y si no es tanta molestia, mándanos a Bruno para que nos recoja cuando regresemos, gracias, yo le aviso, dale, un beso -.

Sonreí pícara al escuchar la despedida que le daba mi amiga a mi hermano.

-¿Qué? No tiene nada de malo -respondió haciéndose la inocente-.
-Ajá -asentí sabiendo que de inocente no tenía nada-.

-Bueno, vamos al malecón, no está tan lejos -.

(...)

La brisa de mar estaba perfecta, chocaba mi pelo suelto venteandolo tirándolo por detrás, la vista era hermosa, aunque eran las tres de la tarde, estaba un poco nublado, pero no tanto para que el sol no nos iluminará y nos brindará un poco de vitamina, mientras yo inspiraba el aire fresco que había sentía mucha paz a pesar de lo que había pasado.

-Amo el mar -murmuré cerrando mis ojos sintiendo el viento sobre mi cara y sonriendo un poco, había perdido el hábito-.

-Igual, sabia que esto te iba a quitar algo de todo lo pesado que ha ocurrido -.

-Ya no hay que hablar de eso -negué intentando cambiar de tema-.

-De hecho, te quería preguntar y ver retoques para tu quinceañero, y también el cumpleaños de mi nov... digo, de tu hermano -dijo mi amiga emocionada-.

En todo este tiempo no le había prestado tanta atención a mi cumpleaños número quince junto a mi mellizo, recordemos que también era su día, pero él no quería nada pesado, hablamos del tema una vez con mis padres y Juan Pablo quiso que se le haga una pequeña celebración pero el día iba a ser para mi, y al día siguiente sería todo para él y pasarla en compañía. Respecto a mi fiesta, aunque la mayoría ya estaba hecho, no quería algo grande, ni invitar a gente que nada que ver, un quinceañero tradicional, pero pequeño con las personas que aprecio y me aprecian.

-Uy, gracias por hacerme acordar, ya tengo el vestido, la corona, la fiesta va a ser en mi casa, ya envié algunas invitaciones, ya contraté la que me va a peinar porque mi mamá me va a ayudar un poco con el maquillaje, algo sencillo, el dj -empece a nombrar lo que ya había terminado de hacer- nada más falta la decoración y ver... -me puse a pensar- los chambelanes -.

-¿Y en quiénes has pensado? -preguntó seria-.

-Mi hermano, Simón y Alejo, nadie más -intenté evadir la idea de que Villamil sea uno de ellos-.

Eres Tú ~ Juan Pablo VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora