Eres Tú ~ Juan Pablo Villamil

·Capítulo 4: "Mi pequeña"

Abril Isaza

Lo tenía peligrosamente cerca mío, tenía ganas de besarlo, sus ojos verdes con la poca luz poseían una profundidad en la que me quisiera hundir y quedarme a verlos todo el tiempo, hacía que perdiera el camino, y la cordura. Me separé lentamente, lo estaba a punto de hacer.

-Papo, le tengo un noti... -tragáme Tierra, nos vió muy cerca y frunció el ceño- ¿qué pasa aquí? -.

-Nada -me alejé- me estuvo enseñando el temazo que están haciendo -sonreí nerviosa-.

-Claro, le está gustando -dijo intentando disimular con algo de nervios-.

-Qué bueno, les decía que ya bajen a cenar -ordenó-.

-Vamos -hablamos en coro y él río levemente-.

Bajamos a comer, mi madre había ido a una cena se negocios y nos dejó, los enamorados nos contaron que ya se arreglaron, aunque lo hablaron a secas porque María estaba allí.

Luego de comer, Villa se fue y me despedí de él a la par de July, Juan Pablo se fue a su cuarto a practicar, Susana dormía y yo ya estaba en mi cama, reflexionando la locura que iba a cometer, pensando lo que pasó, esos pensamientos tenían nombre y apellido: Juan Pablo Villamil.

Me acomode entre las almohadas en las cuales caí en los brazos de Morfeo antes de lo previsto, estaba cansada, había sido un día muy largo.

...

En tan poco tiempo, casi en un abrir y cerrar de ojos, volví a ordenar mis cosas en mi mochila para regresar a casa, este día fue demasiado pesado, pareciera que los maestros guardaron toda su energía existente en las vacaciones para que en la segunda semana explotarán como una bomba nuclear.

Sí, ya había pasado una semana del conocimiento de aquel chico, mis sentimientos seguían intactos, e incluso aumentaron, lo he visto varias veces en mi casa y en el colegil, cruzábamos miradas, hacíamos diferentes contactos y conversábamos de cosas al azar.

Pero no todo era bueno, ya se empezaba a rumorear que a Mariana le gustaba Villa y viceversa, a pesar de que él se comportaba, por así decirlo, muy bipolar, aunque nos empezamos a conocer más y era un chico maravilloso, sin quitar el hecho de sentir que no soy la única que experimenta estos sentimientos.

Me despedí de mis amigas y fui a la puerta de salida, me senté, estaba de mal humor, no quería hablar con alguien, comencé a escuchar música aleatoriamente, de un momento a otro mis párpados se sintieron pesados, los cerré por un momento, pero se abrieron de golpe cuando oí un clarkson junto a la voz de Juan Pablo.

-Ey, enana -me llamó- ya llegó Bruno-.

-Voy -le dije con algo de voz ronca, me levanté de la banca y caminé hasta el carro, saludé, acosté mi cabeza en el asiento, mi reproductor de música hizo que escuche a una nueva artista, Taylor Swift, era una nueva promesa musical y la verdad me encantan sus álbumes, escuchaba "Our Song" a través de mis audífonos, con los ojos cerrados, en los cuales me imaginaba a ese chico, tan cercano y tan lejano a la vez, que por alguna razón se acercaba repentinamente y luego, algunas veces me ignoraba, era como si algo o alguien lo detuviera, o su cargo de conciencia de poder dañar a su próxima conquista-.

¿De verdad yo tendría la culpa si lo que tienen ellos supuestamente, se arruina?

(...)

-Abi, levantese -dijo una voz a lo lejos, no la lograba distinguir- enana ¿ya querés que el auto sea tu nueva cama? -bromeó-.

Ya sabía de quién se trataba.

Fruncí el ceño y parpadee varias veces para ubicarme en el ecosistema, me encontré con el rostro de mi hermano, con una cara de confusión e impaciencia.