Alguna vez se habrán preguntado, ¿cómo se siente tener que destruirte a ti misma por estar con la persona que te rompe y te sana a la vez?
Abril Isaza lo sabe muy bien, ella es melliza de uno de los mejores amigos de Juan Pablo Villamil, con el cual...
Estaba yendo a la tienda de ropa a ver los últimos detalles del vestido, me sentía algo nerviosa por el hecho de que en unos pocos días estaría con mi familia y amigos.
Bajé del auto junto a mi mamá para entrar al gran local de vestidos, había una gran variedad: vestidos de boda, de quince, de bautizo, entre otros.
La diseñador de moda nos estaba esperando dentro para poder ayudarme en su probador privado.
—¡Abril! ¡Que gusto verte! ¿Estás lista para ver el resultado final de tu vestido? —me saludó la amable mujer con entusiasmo y acento mexicano—.
—Claro que sí, mil gracias por hacérmelo señora Ana —así se llamaba la diseñadora—.
Nos dirigimos al probador, era muy amplio, suficiente para tres personas ayuden a acomodar la prenda.
El vestido era color rosa palo, la parte de arriba transparentosa pero por debajo una tela notoria para que se diferencie, con pedrería en el cinturón, en la parte de abajo no era grande, un enagua bastante relajado, resaltaba el estilo de flores en la parte de arriba de la falda y también en la parte de abajo, puede moverse y ventearse con facilidad.
Me encantaba el vestido.
—¿Te gusta hija? —me preguntó mi madre, a lo cual asentí emocionada3 que bueno porque la verdad está hermoso—.
—Al parecer no se tiene que hacer ningún ajuste, entonces mañana ya se lo podrían llevar —sonrió Ana—.
—Muchas gracias—.
Termine de observarme al espejo y me quité el vestido, mi mamá pagó la última parte del dinero que faltaba, nos despedimos y salimos de regreso a casa.
En cuanto llego, me encierro en mi cuarto para... adivinaron, a hacer tareas.
Me senté y empecé al trabajo, está vez era más tardado que el anterior, era una exposición de historia, entonces repasaba cada párrafo para aprenderlo de memoria.
Ya había terminado la cartulina, seguía practicando, cuando de la nada escucho mi celular sonar y me voy a recogerlo. Me doy cuenta que era un número desconocido, que normalmente no respondo, pero esta vez, era extraño, sentía la necesidad de contestar.
—¿Aló? —respondí algo temerosa. Todavía no se escuchaba nada de la otra línea—.
—¿Abril? Soy... Villa —no lo podía creer, ¿cómo consiguió mi número?—.
—¿Cómo encontraste mi contacto?—.
—Tengo formas... —dijo—.
—Te dije que no teníamos que volver a hablar Villamil —contesté seria—.
—Pero no quiero perder comunicación contigo, quiero que sigamos hablando, como amigos —eramos todo menos eso— por favor —habló con tono suplicante—.
—Déjeme pensarlo, idiota —usé el apodo que le puse el otro día, escuché una risa sonora del otra lado—.
—Al menos hábleme para decirme idiota —dijo cuando terminó de reírse—.
—Bueno, seremos lo que teníamos que haber sido desde el principio, amigos —acepté—.
Esperaba no arrepentirme.
—¡BIEN! —exclamó y luego carraspeó— digo... ¿como ha estado? —preguntó—.
—Pues, ahí... Hoy fui a ver mi vestido y ahora estoy haciendo un proyecto de historia —le conté—.
—Debe estar aburrida, ¿te enteraste que van a mezclar a las 4 secciones? —preguntó, sabía de eso y ahora tenía que aceptar verlo casi todos los días—.
—Sí... nos veremos más seguido, también con... —iba a decir el nombre de Mariana, pero me callé—.
—¿Con quién?—.
—Con mi hermano y los demás, menos los Vargas, Simón es un año mayor y Marto, pues... recién entra a la secu —rei levemente—.
—Ni modo —contestó con sarcasmo—.
—¡JUAN PABLOOO¡ ¡YA LLEGÓ MARIANAAA! —oí que lo llamaban a lo lejos—.
—Como quiera, cuídese, Villamil —sin más le corté—.
¿Que ha pasado? ¿En qué momento le acepté ser su amiga? ¿Aprenderá a verme solo como una amistad?
Miles de preguntas explotaban mi cabeza, este momento cambiaría todo lo que queria hacer para olvidarme de él, ya no podía manejarlo, me acosté en mi cama rendida asimilando lo que podía pasar después.
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Capitulo 3/3 !
Aquí termina la mini maratón, me estoy muriendo de sueño.
