·Capitulo 19: Verdaderas impresiones.

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Abril Isaza

(...)

Moría de sueño.

Encima en clase de matemáticas, la pesadez era más grande, sin dejar de lado que estábamos todos en un mismo salón.

Cuando cambió la clase, el profesor no llegaba, entonces empezamos a hablar.

De la nada, Mariana se acercó a mi y a Julia, parecía más feliz que de costumbre.

—Hola Abi, ¿cómo estás? —preguntó—.

—Bien, con sueño, ¿y tú? —.

—Todo bien, ¿me puedo sentar con ustedes? —.

—Claro —respondí con una sonrisa, la hipocresía se hacía presente en mí—.

Pasamos hablando amenamente, me cayó muy bien, hasta que llegó el profe y comenzamos la clase.

—Me gustaría pasar más tiempo con ustedes, hacernos amigas, si quieren —sonrío—.

—Sí, no hay problema —vi de reojo a Julia, me miraba extrañada—.

Sonó el timbre para receso.

—Bueno, me tengo que ir, nos vemos en la próxima clase —nos guiño el ojo y se fue—.

—Abril, expliqueme por que actúa asi —dijo Julia con seriedad entrecerrando los ojos—.

—¿Así, cómo? —.

—Besándote al novio de Mariana y al día siguiente siendo su amiga, eso es totalmente doble cara —respondió molesta—.

—¿Y cree que no lo sé? Aparte, ya no me voy a acercar a Villamil, y si te quieres enojar por eso, no me conoce, sabe que yo ya no busco a Juan Pablo y no tiene nada de malo hacer una amiga —agarré mis cosas y salí—.

¿Que hice? ¿Iba a enojarme por que Julia dijo la verdad?

Ardía de enojo, sentía que iba a colapsar de la culpa y mis malas decisiones.

Bajé las escaleras y me senté en una banca alejada de la multitud, con mis audífonos puestos ignoré lo que pasaba a mi alrededor.

—¿Se siente bien, Abi? —preguntaron—.

Abrí mis ojos y volteé mi cabeza hacia Moncho, me miraba con curiosidad.

—Nada bien —me saqué los audífonos— ya no sé ni lo que hago, Simón —.

—Me puede contar lo que sea —acunó mis manos—.

—No lo entendería —bajé la cabeza, al no obtener respuesta lo ví, él tenia una pequeña sonrisa— ¿por qué sonríe? —.

—Ay Abi, ¿esos pensamientos no tienen que ver con Villa? —.

—Abrí mis ojos con sorpresa— ¿cómo sabe? —.

—Villa me contó, pero ahora ha pasado algo más y no lo niegue, cuente a ver —.

Moncho era mi mejor amigo, a él no le podía ocultar nada, era el único apoyo que tenía en ese momento.

Le termine de contar, seguro ahora quiere agarrar del cuello a Juan Pablo.

—Este si es muy petardo huevón —murmuró con un toque de molestia—.

—Ya, que toda la culpa no es suya —dije intentando dar a entender que parte de responsabilidad era mía—.

—Ey no —negó— él dió el primer paso, él la besó, él la ilusionó —reflexionó— así que ahora tendrá que aguantar no tenerla a usted —respondió decidido—.

Juan Pablo Villamil

Salí a receso junto a Mariana, me evadia un poco y eso me empezó a preocupar.

—Mari, ¿está bien? —pregunté al borde de los nervios—.

—Si, solo que hablando con Abril... me enteré de cosas —susurró—.

—¿Qué cosas? —.

—Digamos que su opinión sobre algunas personas no es la adecuada... incluyéndote —.

Me negaba a pensar que había comentado mal de mí.

—¿Cómo así? —fruncí el ceño confundido—.

—Dijo que eras pésimo cantando, odiaba tu forma de ser y caías mal, algo así... pero no le digas que yo te dije, porque me va a tachar de chismosa —.

¿Esa era la verdadera impresión que tenía de mi?

—No te preocupes, no voy a decir nada —.

—Bueno, me voy con mis amigas, nos vemos Villa —se despidió con un beso sobre mi mejilla y la ví irse—.

Estaba muy confundido, no creo capaz a Abril de hablar así, pero tampoco creo que Mariana mienta.

¿Quién decía la verdad?

Ahora mi tortura comenzaba, el hecho de pensar que mi pequeña hablaba mal de mí a mis espaldas me volvía loco, ¿por qué lo haría? ¿o no la terminé de conocer?

Preguntas rondaban por mi cabeza, nadie me podía sacar de mis pensamientos, quién solo podría calmar mis verdugos era ella, con sus dulces ojos mieles, su suave tacto de sus manos sobre mi piel, la calidez de sus labios, pero ahora, pareciera que todo eso se lo llevara el viento, como recuerdos fugaces y yo tendría que acostumbrarme a este cruel sentimiento.

Preguntas rondaban por mi cabeza, nadie me podía sacar de mis pensamientos, quién solo podría calmar mis verdugos era ella, con sus dulces ojos mieles, su suave tacto de sus manos sobre mi piel, la calidez de sus labios, pero ahora, pareciera que ...

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Volvemossss.

¿Qué tal?

Ya no les pregunto si les gustó pq siento que a partir de acá vamos mal con nuestros queridos protas 😔.

Cambiando de tema, ya llegamos a mil lecturas en esta novela 😭, no me queda nada más que agradecerles todo el apoyo tanto acá como en Tiktok (en mis dos cuentas), nunca pensé que podríamos lograr esto, aparte de los rankings en los #, y todo no hubiera sido posible sin su apoyo. De verdad gracias, gracias, gracias por tomarse el tiempo y apreciar la historia.

Bueno, me despido sino les escribo media biblia agradeciéndoles JAJAJ.

Nos vemos en el siguiente cap 🤍.

Los quiere hasta el infinito 💗.

DomeLu.

Eres Tú ~ Juan Pablo VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora