—Deja de bromear, hermanita —dije, no podía hablar en serio—.
—Si Abi, no es un juego —habló Moncho siguiéndome la corriente—.
—Estoy hablando en serio, necesito un descanso de todo, y no quiero ver a... —se mordió la lengua— no quiero odiarlo más —.
—¿Lo odias...? —pregunté mientras ella se colocaba un mechón detrás de su oreja mirando abajo—.
—Estoy muy nublada, pero si, lo odio, por todo lo que me ha hecho —.
Todos nos quedamos mudos, era sorprendente su confesión, más que sorpresa, era entendible, pero dolía que esta obra maestra haya sido destruida entre ellos.
—No está bien que guardes rencor en tu corazón, Abi —reflexionó el de lentes—.
—Tiene razón Simón, te cambiamos de colegio si quieres, pero no te vas a ir sola a otra ciudad, no jodas —indiqué con enojo, era más miedo que otra cosa—.
—Si puedo de verdad, la tía Less vive allí, me puede cuidar, total, es soltera y tiene mucho billete —dijo con diversión— ese no es el punto, me quiero ir, todo me hace mal, su recuerdo sigue acá —suspiró cansada— déjenme ir —.
—¿Y Susana? ¿Y el bebé que viene? Vas a irte, ¿y no lo vas a conocer? —.
—Claro que vendré, solo... quiero escapar, por favor, no le digan a nadie de esto, mucho menos al que... ya saben —.
—¿Qué nos queda? Te apoyaremos, hasta si te quieres ir a la punta del cerro —bromeó el pelinegro parándose y brindándole un abrazo a mi hermana—.
Luego yo me les uni, no aceptaba esto, mi compañera de vida se iba, y no podía hacer nada, solo lo que hace un hermano: apoyar.
—Los amo, y gracias por todo —.
(...)
Abril Isaza.
Huir no era la mejor opción, pero en la oscuridad, yo veía que era la única salida.
Hoy, iba por última vez a mi colegio, era un dolor amargo decirlo, ya que desde segundo de primaria recorría los patios y los salones, venían dejá vus muy grandes, ojalá soportarlos.
Por última vez me cambié, me puse lo mismo que el primer día: jean blanco, camisa blanca y un jersey de rombos azules. Dejé mi cabello suelto y me arreglé un poco.
Bajé las escaleras, fui a la cocina y encontré a mi hermano, esta vez si estaba tomando un café con leche.
—Buenos días, buenos días —saludé y me acerqué a darle un beso a Juan Pablo—.
—Holaa, ¿y ese milagro que está a tiempo acá? —.
—Pues, quería hacerlo por última vez, pero de una buena manera —agarré una tostada que había en la panadera—.
—Me alegra, te voy a extrañar mucho, Abi —.
—Yo también Juanpa, gracias por entenderme, y felizmente mis papás también comprendieron, a pesar de no saber las verdaderas razones —.
Sí, mis padres aceptaron que me vaya, hablaron con mi tía y ella tampoco tuvo problema, solo que había un pequeño detalle: no sabían lo de Villamil.
Sus padres trabajan con los míos, pero mi papá es el dueño de la empresa, es muy explosivo si se enoja, no sabría lo que pasaría si supiera la verdad, preferí guardarme las razones y simplemente decir, que quería “un nuevo respiro”.
—Cuidate, por favor —.
—Sí papá, lo prometo —reímos, la risa de Juan Pablo podría sanar mil corazones rotos—.
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Eres Tú ~ Juan Pablo Villamil
FanfictionAlguna vez se habrán preguntado, ¿cómo se siente tener que destruirte a ti misma por estar con la persona que te rompe y te sana a la vez? Abril Isaza lo sabe muy bien, ella es melliza de uno de los mejores amigos de Juan Pablo Villamil, con el cual...