2. Capítulo 6: 3 golpes para volver.

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Juan Pablo Isaza.

Siento a mi hermana recargarse en mis brazos inconsciente.

Debi prestarle más atención a las clases de enfermería.

No estamos para bromas.

—¡Abril! —exclama Julia— ¡póngala en el sillón, Juan Pablo! —.

Eso hice. La cargué y busqué alcohol por toda la casa.

¿Por qué no hay una mísera botella de desinfectante al menos?

Traté de despertarla de varias maneras. No despertaba.

Le tomaba el pulso, normal. Entonces que se levanteee.

En un momento sonó el timbre, Julia fue a abrir y veo de reojo como tiene el ceño fruncido con cara confundida.

—Hay un chico afuera... Pregunta por Abi... —dice pensando—.

Oh.

Ya sé quién es.

Abril Isaza.

Lo único que observó es blanco.

¿Ya me morí?

Honestamente, creí que me atropelló un tren, la sensación de debilidad hacia que no quisiera moverme ni un milímetro.

Enfoco mi vista y veo sus ojos verdes.

—¿Marcos? —murmuro—.

—Princesa... ¿Cómo te sientes? —.

No sé porque, lo único que pienso es en mi amiga. Sentí mi ojos arder otra vez.

—Paulina... —solloze apenas recordé—.

Todo volvió a mí.

Julia

Juan Pablo

Ropa negra

Yo

El piso helado

Un abrazo.

—No pienses en eso... —beso mi coronilla— todo estará bien —.

Me abrazó y pegó su mejilla a mi cabeza.

—Te quiero, princesa. Y ella está tranquila y te cuidará siempre —.

Asentí levemente, parpadeando dejando caer una lágrima.

—Gracias por estar acá, amor —.

—Siempre —.

Siguió abrazándome hasta que me quedé dormida.

Juan Pablo Villamil.

Concéntrate, Juan Pablo.

Solo es un puto ejercicio de matemáticas.

Revivan a Pitagoras para volver a matarlo y reclamarle su necesidad por complicarme más la existencia.

Pero, ¿cómo podría estar tranquilo? Si desde ayer este dolor de pecho no me deja en paz.

Mañana sería el funeral de Paulina, aunque ella no va a estar.

Al menos eso me dijo Isaza.

Hoy regresaban él y Julia, juntos.

Esperen, ¿juntos?

Tenemos un Punto y Aparte aquí, señores y señoras.

–¿Villamil? Responda la 6 —llamó alguien a lo lejos—.

Eres Tú ~ Juan Pablo VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora