·Capitulo 20: Hermandad

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Abril Isaza

—Hola... —susurré mientras me sentaba—.

Ella no respondió.

—Julia, perdóneme, sé que no debí tratarla así y lo único que quiere es cuidarme, me equivoqué, perdón —.

—Ella sonrió poco a poco— no tengo nada que perdonarle, yo también me pasé un poco, pero prometame que ya no va a buscar a Villa, ¿oyó? —.

—Esta bien, pinky —alce mi dedo meñique como promesa y ella lo pactó, era mi alma gemela en amistad —.

—¿Vamos a su casa después de clase? —.

—De una —respondí con una sonrisa—.

Después de la última hora, salimos juntas y caminamos hacia mi casa, en el camino conversábamos de temas sin importancia.

Al llegar, fuimos al comedor, para mi “buena” suerte, ahí estaba el pelinegro.

—Buenass —saludó Julia y aprovechó que estábamos solos para dirigirse a mi hermano y darle un pico— ¿otra vez estamos solos?  —preguntó curiosa frunciendo el ceño—.

—En efecto, hermosa novia —contestó mi mellizo embobado— pero les han dejado comida en el refri —.

Hasta ese momento, Juan Pablo no emitía palabras, me miraba fijamente con seriedad.

—Que bueno, muero de hambre, vamos Abi, a calentar la comida —.

—Si... —asentí, Villamil solo giró su rostro, ¿me estaba ignorando?—.

Acompañé a mi amiga a la cocina, se me hizo raro el comportamiento del chico, nunca me había tratado así.

—¿Está bien? —.

—¿No viste como me miraba Juan Pablo? —fruncí el ceño confundida— hasta me volteó la cara, me preocupa —.

—Que mosca le habrá picado, tal vez solo está de mal humor, es todo —.

—Seguro tienes razón —.

Sacamos la comida del microondas y volvimos al comedor a sentarnos, yo al costado de mi amiga.

Ninguno de nosotros habló, nosotras comíamos a la velocidad de la luz, el plato estaba delicioso. Hasta que la rubia corto el silencio.

—Y dime Abi, ¿qué tal te cayó Nathan? —Juan Pablo miró de reojo a mi amiga—.

—Súper —comenté con una sonrisa— al final no fue un robanovias —reí por lo bajo— hasta se me hizo guapo —susurré—.

—Wow, que interesante —dijo sarcástico Villamil con una sonrisa falsa— ¿a cuántos más tiene por detrás, Abril? —habló con despecto—.

Sentí un escalofrío recorrer todo mi cuerpo, pronunció mi nombre completo.

Algo anda mal, dirigí el vaso de agua a mi boca con nerviosismo.

—Seguro a muchos —mi hermano levantó las cejas divertido— a mí también me cayó fino, me gustaría que ese muchacho fuera mi cuñado —.

De la impresión, escupí el líquido que tenía en mi boca, dejando mini partículas en la mesa. Debía de ser una broma muy pesada que proviene del chico con el que comparto ADN.

—Ja, ja, ja hermanito, que buen chiste —dije cuando recuperé el aliento y empecé a secar mientras reía nerviosa—.

Su mirada se clavó en mí, pero su sonrisa o una expresión tranquila característica de él nunca apareció, al contrario, me observaba más serio, incluso enojado, como si hubiera matado a alguien.

Eres Tú ~ Juan Pablo VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora