Capitulo 1

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Cuando crucé la línea de meta en España, el estruendo de los vítores resonaba a mi alrededor, y en ese momento, sentí un torrente de orgullo inundando mi ser. Años de esfuerzo y dedicación habían culminado en ese instante glorioso. Recordé las palabras de mi padre, quien alguna vez dudó de mis capacidades, pero nunca perdí la fe en mí mismo. Desde niño, había alimentado el sueño de ser campeón, y ahora, en medio del clamor de la multitud, me di cuenta de que estaba logrando lo que siempre había anhelado.

Con el corazón palpitando de emoción, salí de mi amado coche y al levantar los brazos hacia el cielo, recibí el efusivo saludo de las millones de personas que se congregaban a mi alrededor. Descendí del vehículo y me fundí en un abrazo con mi equipo, agradeciendo profundamente el amor y el apoyo incondicional que siempre me brindan. En ese momento, mi abrazo se volvió más intenso al encontrar a Christian, quien ha sido más que un amigo, un confidente, y un guía en mi vida. Él ha llenado esos vacíos que mi padre no pudo, regalándome un amor y un apoyo inquebrantables en cada paso de mi carrera.

Al apartarme de Christian, me volví y me topé con la última persona que esperaba ver en ese instante: mi compañero de equipo, Sergio Pérez, conocido como Checo. Se aproximó con un discreto "felicidades, Max", seguido de una suave palmada en el hombro, antes de deslizarse hacia el paddock. Aunque nuestras relaciones en pista pueden ser competitivas, en ese momento, sus palabras de felicitación resonaron sinceramente, marcando un instante de camaradería entre rivales.

Observé cómo se alejaba y no pude evitar rodar los ojos, sintiendo una oleada de frustración y resentimiento hacia él, como tantas veces antes. A pesar de que Checo siempre mostraba gestos amistosos, felicitándome en las victorias y compartiendo el podio como un buen compañero de equipo, me resultaba difícil dejar de lado las emociones negativas cada vez que estaba cerca. No sabía cómo expresarlo, pero su presencia siempre desencadenaba un
torbellino de sentimientos encontrados en mí.

Sé que Checo percibe mi animosidad hacia él, y estoy consciente de que la sensación es mutua. Sin embargo, debo reconocer que en ciertas ocasiones, él muestra una amabilidad que yo mismo no suelo expresar. A diferencia de mí, que a menudo mantengo una expresión seria y sombría, excepto en presencia de mis amigos y mi novia, Checo tiene ese don natural para mostrar calidez incluso en situaciones difíciles.

Rodé nuevamente los ojos antes de dirigirme hacia el paddock, con la firme determinación de tomar una ducha reconfortante. Después de más de dos horas al volante, mis músculos estaban tensos y rígidos, necesitando desesperadamente un respiro y un alivio del esfuerzo físico. La promesa de una ducha caliente se convirtió en mi principal motivación mientras avanzaba hacia el área de descanso, anhelando el alivio que solo el agua caliente podía brindar a mi cuerpo fatigado.

Al adentrarme en la ducha, experimenté cómo mi cuerpo gradualmente se relajaba, entregándose al reconfortante flujo del agua. Sin embargo, mi momento de paz se vio abruptamente interrumpido cuando escuché el sonido insistente de mi teléfono móvil, que yacía en mi mochila afuera del baño. Con resignación, me vi obligado a ducharme rápidamente para atender la llamada, abandonando a regañadientes la dulce sensación de alivio que proporcionaba el agua caliente.

Cerré el grifo del agua y envolví una toalla alrededor de mi cintura antes de salir del baño, con el cabello aún goteando agua. Al alcanzar mi mochila, saqué mi teléfono y noté varias llamadas perdidas de mi mejor amigo, Carlos Sainz, otro piloto destacado de Ferrari. Sus mensajes reflejaban su preocupación y curiosidad sobre mi paradero, preguntándome dónde estaba y otras cosas por el estilo.

Solté un suspiro de frustración mientras me vestía con ropa más cómoda antes de salir en busca de mi mejor amigo, quien se encontraba en el paddock de Ferrari. Desde lejos, noté la cercanía entre Carlos y su compañero Charles, pero al acercarme, percibí cómo Charles se alejaba rápidamente de él al notar mi presencia, lo cual me pareció extraño y llamativo.

Meant to be [Chestappen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora