Capitulo 20

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Me desperté al día siguiente con una sensación de ligereza y optimismo que no había sentido en mucho tiempo. Los rayos del sol se filtraban a través de las cortinas, bañando la habitación con una cálida luz dorada. El suave viento primaveral me acariciaba el rostro, como una caricia reconfortante que invitaba a levantarme y enfrentar el día con energía renovada.

Me sentí alegre y revitalizado, como si una nueva perspectiva hubiera iluminado mi mente durante la noche. La atmósfera tranquila y serena del amanecer me llenaba de una sensación de paz interior, haciendo que todas mis preocupaciones y dudas se desvanecieran temporalmente.

Con un suspiro de satisfacción, me levanté de la cama y me estiré, sintiendo cada músculo de mi cuerpo despertar con renovada vitalidad. El día prometía ser bueno, y estaba decidido a aprovecharlo al máximo.

Con paso ligero y una sonrisa en los labios, me dirigí hacia el baño para comenzar mi rutina matutina. Mientras me lavaba la cara, reflexionaba sobre la extraña pero agradable sensación de bienestar que me invadía. Tal vez había llegado el momento de dejar atrás las preocupaciones del pasado y abrirme a nuevas posibilidades y experiencias.

Con esa determinación en mente, me preparé para enfrentar el día con entusiasmo y positividad. Quién sabe qué aventuras y sorpresas me esperaban en las próximas horas, pero estaba listo para recibirlas con los brazos abiertos.

Después de salir del baño y prepararme para el día, noté que había un mensaje en mi teléfono. Era de Charles, quien me invitaba a jugar al pádel con Lando y Alonso. La idea me pareció excelente; sería una oportunidad perfecta para disfrutar del aire libre y pasar tiempo con amigos. Con una sonrisa en el rostro, respondí rápidamente al mensaje de Charles, aceptando la invitación y asegurándole que estaría allí en poco tiempo.

Después de vestirme con ropa cómoda, salí de mi suite y me dirigí hacia el campo de pádel donde había quedado con mis amigos. Al llegar, los encontré allí, listos para disfrutar del día al aire libre. Los saludé con una sonrisa y un cordial choque de manos, contagiado por la emoción de pasar tiempo juntos.

Una vez que estuvimos todos reunidos, Charles y yo nos sentamos para presenciar la partida entre Fernando y Lando. Observamos con interés cada movimiento en la cancha, disfrutando del juego y animando a nuestros amigos en cada punto. Después de un emocionante enfrentamiento, llegó nuestro turno de jugar. Nos levantamos, listos para entrar en acción y disfrutar de nuestro propio encuentro en la cancha.

Mientras continuábamos con el partido, la competencia se intensificaba y el juego se volvía cada vez más emocionante. Al principio, Charles tomó la delantera, pero a medida que avanzaba el partido, logré hacer algunos puntos y acercarme al primer lugar. Sin embargo, la brecha entre nosotros no era muy amplia, y Charles solo necesitaba un punto más para asegurarse la victoria.

Concentrado en cada movimiento, observaba atentamente a Charles mientras se preparaba para lanzar la pelota. Mi atención estaba completamente centrada en el juego, determinado a no permitirle que anotara ese punto crucial que lo llevaría a la victoria.

—Ey, ¡Checo!—. El grito de Fernando mencionando a Checo atrajo mi atención de inmediato, y cuando giré la cabeza para ver, me encontré con Checo ingresando al campo junto con Lance y Carlos.

Mi concentración se desvió completamente hacia él, quedando absorto en su presencia. Tan envuelto estaba en observar a Checo que no percibí el movimiento de Charles lanzando la pelota. El impacto repentino de la pelota contra mi cabeza fue una sorpresa total, y para mi pesar, eso permitió a Charles anotar el punto. Fue un recordatorio vívido de cómo las distracciones pueden afectar incluso en los momentos más cruciales del juego.

Meant to be [Chestappen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora