El amanecer nos envolvía en una
atmósfera íntima y reconfortante. Mis dedos jugaban con los mechones de su cabello mientras observaba cómo la luz matutina acariciaba su rostro sereno. Nuestros cuerpos se entrelazaban en una danza de complicidad y pasión que había alcanzado nuevas alturas la
noche anterior. Cada caricia, cada suspiro compartido, había sido un tributo al deseo y la conexión que compartíamos.La noche anterior, entre sábanas revueltas y gemidos susurrados, habíamos explorado territorios desconocidos, entregándonos el uno al otro en un frenesí de amor y lujuria. Cada beso había sido una promesa, cada caricia un acto de devoción. Y aunque el cansancio se reflejaba en sus ojos cerrados, también había una sensación de plenitud y satisfacción que emanaba de su ser.
Me deleitaba en el hecho de verlo así, agotado pero feliz, después de haber compartido una noche de éxtasis y conexión profunda. Era un recordatorio palpable de la intensidad de nuestro vínculo, una confirmación de que juntos éramos capaces de alcanzar un nivel de intimidad y entendimiento que trascendia las palabras.
En ese momento, mientras el sol se alzaba en el horizonte y el mundo
cobraba vida a nuestro alrededor, me sentí agradecido por tener a Checo a mi lado. Cada instante compartido con él era un regalo precioso, una
oportunidad para explorar las profundidades del amor y la pasión de una manera que nunca antes había imaginado posible. Y en su abrazo, encontraba mi hogar, mi refugio, mi lugar de pertenencia en este vasto universo.Con una sonrisa dibujada en mis labios, dejé que mi mirada se perdiera en el techo mientras mis dedos se enredaban en los suaves mechones de Checo. Cada hebra de su cabello parecía un hilo conductor de la intimidad compartida, una conexión tangible que nos unía aún más en ese momento de tranquilidad matutina.
Con movimientos delicados, extendí mi mano hacia el móvil que reposaba sobre la mesa junto a la cama. Cada centímetro que separaba mi mano del teléfono parecía una eternidad, una pequeña pausa en el tiempo que me permitía saborear la calma que inundaba la habitación. Al fin, mis dedos envolvieron el dispositivo y deslizaron la pantalla para desvelar las notificaciones acumuladas desde la noche anterior.
Entre las alertas sin atender,
destacaban las ocho llamadas perdidas y los mensajes de Kelly, una sucesión de preguntas que revelaban su creciente preocupación y curiosidad por mi paradero. Cada palabra escrita por ella era como un eco lejano en mi mente, recordándome la realidad fuera de nuestra burbuja de intimidad.—Mierda...—. Un suspiro escapó de mis labios al ver las notificaciones en la pantalla, y dirigí una mirada preocupada hacia Checo, quien aún dormía placenteramente a mi lado.
La idea de dejarlo en la oscuridad me llenaba de inquietud, recordando la lección aprendida cuando mi silencio casi nos costó nuestra relación en el pasado, cuando oculté información sobre Kelly durante nuestra estancia en Baku.
Con determinación, decidí que no podía permitir que eso sucediera de nuevo. Sabía que debía enfrentar la situación con honestidad y transparencia para preservar lo que teníamos. Con cuidado, me moví para levantarme de la cama, sintiendo el peso del deber y la responsabilidad en mis hombros.
Con delicadeza, acaricié la mejilla de Checo, deseando no perturbar su sueño, pero sabiendo que debía despertarlo.
—Checo—.susurré suavemente, esperando que mis palabras lo sacaran gentilmente de su sueño. Era hora de enfrentar la realidad, de compartir mi preocupación y buscar una solución juntos. No podía permitirme perderlo nuevamente por ocultar la verdad.
Con una expresión somnolienta, Checo se movió ligeramente antes de abrir sus ojos con esfuerzo, parpadeando lentamente para enfocar su mirada en mí. Su cabello rizado desordenado le daba un aire adorable que me hizo sonreír involuntariamente. Sin poder resistirme, incliné mi rostro hacia el suyo y deposité un suave beso en sus labios, disfrutando del momento de ternura compartida antes de sentarme a su lado en la cama.
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Meant to be [Chestappen]
FanfictionMax odiaba a su compañero de equipo, Sergio Perez con todo su ser, simplemente no lo podia soportar. Pero lo que Max no se esperaba era que el mexicano era la persona indicada para él. Estaban destinados a estar juntos. Fanfic Pareja principal: Che...