Meant to be [Chestappen]

Capitulo 10

La noche se aproximaba y me preparé con esmero, vistiendo una ropa formal para salir con mis colegas y amigos. Cerré la puerta del suite con el seguro y, al girarme, me encontré con Checo cerrando la puerta de su suite con cautela, como si intentara evitar hacer ruido.

La sorpresa me invadió al verlo allí, y por un momento, el ambiente se cargó de tensión mientras nos mirábamos en silencio. A pesar de nuestras diferencias y del encuentro tenso de esa mañana, no pude evitar sentir una curiosidad latente sobre qué lo llevaba a estar en ese lugar y a esa hora.

La atmósfera entre nosotros era tensa pero contenida, como si ambos estuviéramos evaluando nuestros próximos movimientos. ¿Debería abordar la situación y preguntarle por qué estaba allí? ¿O sería mejor dejar las cosas como estaban y seguir adelante con mis planes para la noche?

Mientras sopesaba mis opciones, el silencio se prolongaba, llenando el espacio entre nosotros con una sensación de anticipación y expectativa. Sabía que cualquier decisión que tomara tendría consecuencias, y estaba ansioso por ver cómo se desarrollaría esta inesperada situación.

—Checo.

—Max.

El momento se tornó aún más peculiar cuando ambos dijimos nuestros nombres al mismo tiempo. Una sonrisa escapó de los labios de Checo, rompiendo la tensión en el ambiente y llevando consigo un destello de complicidad entre nosotros. Era como si el incidente de la mañana hubiera sido relegado a un segundo plano, dejando espacio para una conexión más ligera y amigable.

A pesar de nuestras diferencias y de las palabras duras que se habían intercambiado, había un entendimiento mutuo entre nosotros en ese instante. La risa de Checo era contagiosa, y no pude evitar sonreír también, disfrutando de la ironía de la situación y de su capacidad para aligerar el ambiente.

En cierto modo, admiraba esa faceta de Checo, su habilidad para enfrentar las tensiones con humor y gracia, incluso en medio de situaciones difíciles. Aunque nuestra relación estaba marcada por la rivalidad y el conflicto, había un atisbo de respeto mutuo que surgía en momentos como este.

—¿Vas a quedar con los demás también?—. Pregunté luego de un rato en lo que Checo se limitó a asentir.

—Oye Max, lo siento por mi comportamiento por la mañana, no te quise decir eso y lastimarte. De verdad, te pido disculpas—. La disculpa de Checo resonó en el aire con un tono de voz cargado de culpa y arrepentimiento. Su sinceridad era palpable, y me dejó sin palabras por un momento mientras intentaba procesar lo que acababa de escuchar.

La sorpresa se mezclaba con una sensación de incredulidad, ya que no esperaba que Checo mostrara tal nivel de vulnerabilidad y remordimiento. Por un lado, me sentía sorprendido por su gesto, pero por otro, me encontraba incapaz de formular una respuesta adecuada en ese instante.

La disculpa de Checo había abierto una puerta hacia la reconciliación y el perdón, pero también planteaba preguntas difíciles sobre el pasado y el futuro de nuestra relación. ¿Podríamos dejar atrás nuestras diferencias y resentimientos y avanzar hacia una nueva etapa de entendimiento y respeto mutuo?

En medio de mi desconcierto, me di cuenta de que no había una respuesta fácil. La situación era compleja y requeriría tiempo y esfuerzo de ambas partes para sanar las heridas del pasado y construir una relación más sólida en el futuro.

Con un nudo en la garganta, respondí a Checo con un gesto de aceptación y gratitud por su disculpa, reconociendo la valentía que había mostrado al enfrentar sus propias acciones y errores. Aunque las palabras se me escapaban en ese momento, mi corazón estaba lleno de una mezcla de emociones mientras contemplaba el camino por delante y las posibilidades de una nueva conexión entre nosotros.