Capitulo 41

1.9K 153 18
                                    

El retorno de Checo y Fernando a la cabaña con rostros serios después de tomar medidas respecto a la situación de Lucas señalaba la gravedad de lo ocurrido. Checo, en particular, parecía cargar con un peso emocional abrumador, como si estuviera tratando de contener toda la negatividad que lo rodeaba. Sus ojos enrojecidos y su expresión seria reflejaban el tormento interior que estaba experimentando, mientras que su falta de expresión emocional sugería un estado de desconexión con sus sentimientos más profundos.

Como su pareja, observé con preocupación cómo Checo se retiraba a su habitación sin dirigir la mirada a nadie. Su actitud distante y su falta de interacción con los demás resonaron en mi interior, generando una sensación de tristeza y desamparo. Verlo alejarse sin que nadie pareciera prestar atención a su estado me causó un profundo dolor, enfatizando la importancia de brindar apoyo y consuelo en momentos difíciles como este.

La indiferencia de los demás hacia el sufrimiento de Checo aumentó mi pesar. A pesar de la gravedad de la situación, pocos parecían mostrar preocupación por su bienestar emocional. Esta falta de atención y apoyo exacerbó mi dolor, haciéndome cuestionar la empatía y solidaridad de aquellos que compartían este momento difícil con nosotros.

Mi determinación de apoyar a Checo superó cualquier consideración por las miradas curiosas que recibí al levantarme del sofá. Con determinación, guardé mi móvil en el bolsillo y miré seriamente a quienes me rodeaban, transmitiendo mi firmeza y decisión de no tolerar la indiferencia hacia el dolor de Checo. Sentí que era mi responsabilidad defenderlo y asegurarme de que recibiera el apoyo que necesitaba en ese momento difícil.

A pesar de la sorpresa en los rostros de los demás, me negué a ceder ante la presión social o el conformismo. Mi lealtad hacia Checo era inquebrantable, y estaba dispuesto a confrontar a cualquiera que no mostrara empatía o compasión hacia él. Cada mirada de indiferencia o falta de preocupación por parte de los demás solo alimentaba mi determinación de hacer que se dieran cuenta del impacto de sus acciones en Checo.

Mi firmeza al separarme del grupo reflejaba mi compromiso de estar al lado de Checo en estos momentos difíciles, incluso si eso significaba distanciarme de aquellos que no mostraban preocupación por su bienestar. Era hora de tomar una postura clara y demostrar que Checo no estaba solo, que tenía a alguien que lo respaldaba incondicionalmente.

Con paso lento y cuidadoso, me dirigí hacia la puerta de la habitación de Checo. Cada paso era como una carga adicional de ansiedad, una preocupación palpable que pesaba en mi pecho. Al alcanzar la puerta, mis manos temblaban ligeramente mientras giraba el pomo con suavidad, como si temiera perturbar el silencio que reinaba en la habitación.

Una vez dentro, dejé que mis ojos se ajustaran a la penumbra, buscando a Checo en la habitación. Sin embargo, no lo encontré en ningún rincón. La ausencia de su presencia física solo intensificó mi preocupación. Un instinto urgente me impulsó a salir al balcón, donde lo encontré de pie, con los brazos cruzados y la mirada perdida en la distancia.

Mi corazón se apretó al verlo en esa postura tan desolada. Cada línea de su cuerpo parecía reflejar el peso abrumador de sus pensamientos. Suspiré, consciente del dolor que lo embargaba. No había palabras que pudieran aliviar su sufrimiento en ese momento, pero estaba determinado a estar a su lado, incluso en su silencio más profundo.

Con cuidado y delicadeza, me acerqué a Checo, sintiendo el peso de su dolor en cada paso que daba. Sin una palabra, envolví mis brazos alrededor de su cintura, buscando ofrecerle algo de consuelo en medio de su angustia. Aunque era él quien normalmente me abrazaba con fuerza, esta vez era mi turno de sostenerlo.

Con mi cabeza descansando en su hombro, cerré los ojos por un momento, permitiéndome sentir la calidez de su presencia. A pesar de que él era mayor que yo en edad, en ese momento, era como si sus hombros llevaran el peso del mundo. Sin embargo, estaba determinado a ser su apoyo, incluso si era solo a través de un gesto tan simple como este abrazo.

Meant to be [Chestappen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora