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Karissa tenía razón al dudar de la nave que les había conseguido Anakin, parecía que fuera a destruirse en cualquier momento, pero gracias a la fuerza consiguieron llegar enteros hasta el hangar de emergencia de la nave insignia

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Karissa tenía razón al dudar de la nave que les había conseguido Anakin, parecía que fuera a destruirse en cualquier momento, pero gracias a la fuerza consiguieron llegar enteros hasta el hangar de emergencia de la nave insignia.

—Capitán Coil, mantenga la nave encendida —ordeno Karissa—. Vaj y yo pondremos las cargas y saldremos enseguida.

—Como ordene, general.

Su padawan ya se encontraba en la puerta de la nave, Vaj parecía preocupado y Karissa igual. Se había infiltrado en bases enemigas, pero jamás había intentado destruir una nave desde dentro, pero las personas de la superficie necesitaban esas provisiones así que valía la pena el riesgo.

La nave entró en el hangar y la rampa comenzó a bajar. Karissa hizo una señal a Vaj para que esperara, ella bajaría primero y se aseguraría de que no hubiera droides cerca. Reviso todo el hangar y cuando estuvo segura le hizo una seña a su padawan para que se acercara.

—Tu turno, Vaj —dijo Karissa—. Llévanos al núcleo del reactor.

Hace unos días Karissa le había pedido a su padawan que estudiara la distribución de la nave del general Kreel Nok así ella podría pensar en un plan para entrar. Vaj se posicionó delante y la guio hacia un pasillo. El ambiente era tenso, Karissa se sumergió en la fuerza quería estar preparado para lo que sea. Vaj extendió su mano frente a Karissa.

—Hay droides al final de pasillo, maestra ¿qué hacemos?

Karissa saco una boba de humo de la mochila que había preparado y la lanzo hacia los droides, encendió su sable y corrió hacia ellos. La hoja de su sable atravesaba a los droides como si fueran las hojas de un árbol. Cuando el humo se disipó, el suelo del pasillo estaba plagado de droides.

Vaj se acercó a Karissa mientras observaba a los droides, cuando llego a su lado se agachó y tomo una de las cabezas de droide.

—Es nuestra tradición, maestra —se explicó Vaj al ver que Karissa se lo quedaba viendo—. Siempre explotamos o robamos chatarra separatista. Además, el droide podría contener información.

Karissa no puedo reprimir una sonrisa y puso su mano en el hombro de su padawan en señal de aprobación. Los dos continuaron hacia el reactor tratando de evitar a los droides que iban y venían por los pasillos.

—Vaj, mantén tu mente enfocada en el entorno, tengo un mal presentimiento.

—Esta bien maestra.

Desde que habían salido del crucero, Karissa había tenido aquel mal presentimiento, esperaba que fueran solo los nervios por la misión, pero desde que habían entrado en la nave aquel mal presentimiento solo había aumentado como si algo malo estuviera a punto de pasar. Centro su mente en el aquí y el ahora, no podía permitirse ningún tipo de distracciones.

—Maestra —dijo Vaj de repente—. El reactor está tres pasillos más adelante.

Las palabras de Vaj fueron como un conjuro que atrajo al enemigo a su posición. Los droides comenzaron a dispararle, Karissa y Vaj encendieron sus sables para esquivar los ataques, ambos en perfecta sincronía como siempre que luchaban, Vaj defendía y Karissa atacaba. Así había sido desde el momento en el que se convirtieron en maestra y aprendiz, a pasar de haber tenido aquellas dudas iniciales que venían con convertirse en maestra y Karissa agradecía todos los días aquel vinculo.

Illicit affairs | Obi-Wan KenobiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora