Illicit affairs | Obi-Wan Kenobi

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Días después de que el maestro Yoda se marchara a Kashyyyk, el consejo se reunió para escuchar la información que el canciller le había proporcionado a Anakin.

—¿Entonces, Palpatine cree que Grievous esta en Utapau? —dijo Ki-Adi Mundi.

—Se interceptó un mensaje en un paquete diplomático del presidente de Utapau —explico Anakin.

Por la expresión del maestro Yoda, Obi-Wan dedujo que este ya estaba meditando la forma de abordar el problema.

—Tomar acción debemos. La captura del general Grievous a la guerra pondrá fin, con decisión y prontitud hay que proceder.

—El canciller solicito que yo dirija la misión —dijo Anakin.

—El consejo decidirá quién debe ir —dijo Windu—. No el canciller,

—Un maestro se necesita con más experiencia.

—Estoy de acuerdo, el maestro Kenobi deber ir —dijo Mundi.

El consejo estuvo de acuerdo con el maestro Mundi. Obi-Wan se sintió alagado, pero no pudo evitar notar la desilusión en el rostro de su antiguo aprendiz.

—Tenemos informes de que los separatistas continúan aliados con los sindicatos criminales en Braxxar —dijo el maestro Mundi.

—La maestra Karissa ir debe.

Yoda tenía razón, Karissa conocía lo suficiente bien el planeta como para emprender esa misión, pero después de los que ella le había contado, Obi-Wan no podía evitar sentirse intranquilo, no porque ella no pudiera sino porque temía que pudiera sucumbir al lado oscuro y volviera a dejar que la rabia la dominara.

—Yo puedo informarla de su misión maestro —se ofreció Anakin.

—Bien, esta decidido —dijo Mace Windu.

Anakin se ofreció a acompañarlo al complejo militar, en el camino Obi-Wan noto que Anakin estaba más pensativo que de costumbre, sabía que él habría querido ir a Utapau y que la negativa del consejo no le sentaba para nada bien. Los hombres de Cody iban y venían por los pasillos del complejo preparando todo para la misión.

—Me va a necesitar, maestro.

—Estoy de acuerdo —dijo Obi-Wan—. Aunque esta misión sea completamente en vano.

—Maestro —dijo Anakin—. Lo he decepcionado, no he sabido apreciar sus enseñanzas y me disculpo. He sido arrogante, es solo que me siento frustrado con el consejo.

Obi-Wan miró a su antiguo padawan con orgullo. Anakin siempre solía llevarle la contraria y Obi-Wan no era la persona más paciente con él, pero escucharlo hablar de esa manera hacía que se sintiera orgulloso del hombre en el que se había convertido.

—Eres fuerte y sabio, Anakin —le dedico una sonrisa—. Y estoy muy orgulloso de ti. Te entreno desde que eras un niño pequeño, te he enseñado todo lo que sé y de haz convertido en un jedi más grande de los que yo puedo aspirar, pero sé paciente Anakin, el consejo no tardara mucho en hacerte un maestro.

Anakin solo asintió, Obi-Wan le dedico una sonrisa y se dispuso a ir hacia el crucero.

—Obi-Wan —Anakin lo llamo cuando este comenzaba a bajar la rampa—. Que la fuerza lo acompañe.

—Adiós amigo. Que la fuerza te acompañe.

Obi-Wan entró en su nave insignia, el negociador y se dirigió al hangar donde estaría el comandante Cody con las tropas mientras iba hacia el hangar Obi-Wan pensó en Karissa, quería despedirse de ella, pero entre más rápido encontraran a Grievous, la guerra terminaría más rápido.

Así que Obi-Wan se conformó con hablar con ella por medio del comunicador que le había regalado unos días atrás.

—Karissa, ¿estás ahí?

—¿Qué sucede, Obi-Wan? —la voz de Karissa sonaba cansada por lo que Obi-Wan asumió que estaba entrenando.

—Quiero despedirme.

—¿Otra misión, general Kenobi?

—Grievous fue visto en Utapau —le informo.

—Eso es bueno, si lo atrapas, la guerra por fin acabará —dijo Karissa. Obi-Wan se imaginó la sonrisa que seguramente habría puesto.

—Quería despedirme de ti en persona pero...

—No te preocupes, Obi-Wan —lo interrumpió—. Entiendo que esto es demasiado importante para el futuro de la república pero prométeme una cosa.

—¿Qué?

—Que volverás a mí.

—Sabes que siempre lo hago.

El negociador despego cuando Obi-Wan había llegado al Hangar. Cody y los demás soldados ya se encontraban allí, esperándolo.

—General Kenobi —dijo Cody al verlo—. Lo estábamos esperando.

Obi-Wan les hablo de su estrategia, para que esta tuviera éxito todo tenía que suceder en perfecta sincronía.

—¿Qué sabemos de Utapau? —pregunto Obi-Wan.

—Por fortuna, la mayoría de ciudades se concentran en este pequeño continente —Cody señalo el holomapa—. En un extremo.

—Los mantendré ajetreados hasta que lleguen, no tarden demasiado.

—¿Cuándo lo he defraudado? —dijo Cody.

—Muy bien —dijo Obi-Wan, riendo—. Entonces, trataré de no destruir a todos los droides antes de que lleguen.

Un caza y un astromencanico nuevos lo esperaban listos para partir hacia Utapau. El hangar se abrió y Obi-Wan se conectó al anillo de hiperespacio. Si su plan salía como debía y lograba capturar a Grievous, la guerra terminaría y la galaxia estaría a salvo.

El viaje hasta Utapau no fue tan largo como creía, cuando llego Obi-Wan dirigió su caza hacia uno de los sumideros que había visto en el holomapa. Al aterrizar el caza en uno de los hangares que había visto, lo recibió uno de los habitantes.

—Saludos, joven Jedi. ¿Qué lo trae a nuestro remoto santuario?

—Por desgracia, la guerra.

—No hay guerra aquí. A menos que lo traigas contigo.

—Con su gentil permiso —dijo Obi-Wan—. Quisiera combustible y usar la ciudad como base para recorrer sistemas vecinos en busca del general Grievous.

Obi-Wan no hablaba el dilecto de los habitantes, pero intuyo que utapauno le estaba pidiendo las pequeñas creaturas que se encontraban allí que llenaran el caza de combustible.

—Esta aquí —la creatura se le acercó—. Nos vigila y nos tiene como rehenes.

—Entiendo.

—En el nivel diez, hay tiene a miles de droides.

—Dígale a su pueblo que se resguarde. si tiene guerreros, suelos ahora.

Obi-Wan volvió a su casa y le ordeno su astromecanico que subiera a la nave de ataque y le informara a Cody que había hecho contacto, él se quedaría allí y distraería a Grievous lo suficiente. La batalla que estaba a punto de comenzar pondría ser el tan anhelado fin de la guerra.