Capítulo 41

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Van a llorar conmigo, lo sé.

Vancouver.

—Volveré en unas horas — Adam metió los sobres en la mochila — Los agentes saldrán a dar la vuelta por el perímetro ¿Seguro que puedes con ella tu solo?

—Si, ve tranquilo — Jason suspiró.

—Hay un botón en la barra de la cocina, apriétalo si se sale de control.

—Dudo necesitarlo pero de acuerdo — El médico abrió la puerta y Jason lo visualizó hasta perderlos en el sendero.

Danette tenía un proceso limpio y por fin pediría un cambio a Estados Unidos.

—¿Qué estás haciendo? — Preguntó asomándose por el costado de la puerta.

—Preparo algo para que no mueras de hambre. — Los orbes azules lo miraron con curiosidad. — Adam fue a la base del sur para entregar su reporte, los agentes tomaron un pequeño descanso para recorrer el área, dicen que habrá tormenta pasadas las dos de la madrugada así que estaremos solos hasta entonces.

Trabajaron la semana completa desde su ingreso y parecía tener un gran avance por no decir que era perfecto.

— Tal vez no tengo memoria pero definitivamente sé algo — Sus brazos se enredaron alrededor del cuello del chico cuando este se giró a verla — Mi lugar está contigo.

—Siempre lo ha sido — Frunció el entrecejo y le sonrió — Si tus recuerdos no vuelven, te prometo que haremos nuevos antes de que lo puedas notar.

— ¿Promesa? — Dejó caer su cabeza hacia atrás.

Jason se rió.

— ¿Que?

— Nada, es una promesa. — Soltó mientras pasaba las yemas de sus dedos sobre la piel de sus muslos.

—¿No te cansas de repetirme lo bonita que soy?

—No y nunca me cansaré de decírtelo — Mencionó rozando los labios ajenos y en un acto desprevenido volvió a tomarlos mostrando la necesidad de tenerlos.

Alzó su cuerpo y lo sentó sobre la mesada de la cocina que había en el lugar, posiciono sus manos a los costados mientras la platinada envolvía la cintura contraria entre sus piernas, el beso se volvió lento y lleno de deseo, las manos del chico jugaron con el borde de la pijama de Danette y cuando estuvo seguro pudo meter las manos para deshacerse de la ropa interior; sus ojos se pasearon por su cuerpo oscureciendose en el instante. Jason tenía la habilidad de ponerla a temblar en un instante con mirarla, de hacer que las piernas le fallaran solamente con su presencia.

Su libido aumentó cuando fue arrastrada hasta la orilla de la mesada y observó al de los ojos verdes ponerse de rodillas.

—Si haces ruido te va a costar muy caro — Sonrió comenzando el camino de besos desde su muslo interior.

—Entendido — Usó sus codos como apoyo para tener una mejor vista de lo que su acompañante hacía.

La respiración caliente chocó contra su intimidad sacándole un suspiro, nunca había sido buena guardando silencio y el que estuviera sentenciada a ello, la hacía querer gritar más. Mordió sus labios y enredó los dedos en el cabello castaño que se ocultaba entre sus piernas, el corazón le brincó de un golpe al sentir la lengua húmeda pasar por sus paredes. Lo hacía lento, disfrutando y saboreando cada rincón de la vista que tenía frente a el.

—Ah~ — Jadeó tirando la cabeza hacia atrás.

—Creo haberte dicho que no hablaras.

La mirada oliva la estaba observando desde su posición sin abandonar su trabajo mientras la ex-arquera jugaba con el cabello entre sus dedos. Los pequeños suspiros pesados se perdían en el ambiente.

LETAL || Jason Todd||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora