Capítulo 22

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Siento como unas manos recorren mi cuerpo con leves caricias

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Siento como unas manos recorren mi cuerpo con leves caricias.

Me despierto de golpe al sentir como Christian me penetra con sus dedos, él al notar que me desperté, sube a mi boca dándome un beso fugaz, pero sin dejar de darle atención a mi coño.

Gimo con fuerza por las penetraciones, se separa de mí y levanta una de mis piernas, enganchándosela en el hombro.

Entierra su cabeza en mi coño, dando lametones que me hacen tensarme, clavo mis uñas en sus brazos al sentir como succiona y chupa mis pliegues.

Se asegura de quemarme en el infierno con ese oral que me da, me estimula y yo ya siento como estoy apunto de tocar el orgasmo.

Llego al orgasmo, a lo que él aprovecha para tomarse todos mis jugos como si fueran agua.

—Delicioso, como siempre— Dice chupando hasta la última gota.

Agarro una almohada para intentar dormir pero él la aparta.

—Ah no— Me dice —Esto apenas comienza.

Me voltea, y lo próximo que siento es como me da una fuerte nalgada, que estoy segura, me dejó marca, gimo fuertemente.

—Quiero escucharte gritar hasta que no puedas más— Me dice en el oído, mordiéndome el lóbulo.

Él me penetra y yo gimo contra la almohada

—¡Joder!— Digo.

Me da otra nalgada y empieza a embestirme fuertemente.

Estoy en la cocina, intentando sentarme pero no soy capaz «Hijo de puta, lo mataré» me duele todo.

Él sale y noto el cabello mojado, lo miro mal, a lo que se ríe al notar lo que me pasa.

Saca del refrigerador unas fresas que yo con gusto como.

Se me olvida el dolor en mi cuerpo y solamente disfruto mis maravillosas fresas «Como las amo».

Él intenta tomar una pero yo lo aparto.

—¡Son mías!— Le digo y me mira mal.

—No seas egoísta.

—No me importa— Me como una fresa —Y no veo el problema con que lo sea.

Él rueda los ojos y se devuelve al refrigerador sacando unas uvas.

Desayunamos, y yo me voy afuera a tomar el sol.

No sé en qué momento me dormí en la cama al frente de la piscina, solo sé que me desperté en el momento que me mojó completa al lanzarse en la piscina.

—¡Idiota!— Le grito a Christian y el se ríe.

Se sacude el cabello haciendo que me llegue más agua y lo maldigo en todos los idiomas que sé.

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