Libro 1 de la Saga Penumbra
En medio de sombras ancestrales y lealtades cruzadas, Aitana despierta en un laberinto de identidades entrelazadas. Criada por la oscuridad de dos mundos opuestos, se embarca en una danza mortal por ascender en un imperio...
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Le meto un golpe en la costilla, él no sienta nada debido a su contextura física, pero yo le encesto una patada Kung-fu, me amarro a su cintura y con fuerza, hago que se voltee, todo eso en menos de diez segundos.
—Vaya— Me dice Tom, mientras está en el piso sudado —Y pensar que cuando teníamos doce, te pateaba el trasero. Suelto una carcajada que se escucha por todo el ring de pelea.
—Nunca me subestimes, Tomasito— Le digo por el apodo que odia que le digan.
Rueda los ojos y se levanta solo, le lanzo una botella de agua y me paso un paño por el rostro.
—Estaba distraído— Me dice excusándose.
—Ajá— Le digo entre risitas.
—¡En la próxima te ganaré!— Me grita mientras me dirijo a la salida.
—¡Crea una iglesia con esa fe que tienes de ganarme!— Le grito sacándole el dedo de en medio.
Me subo a mi auto y me dirijo al centro comercial «Necesito comprar unas cosas».
Hace una semana que regresamos Christian y yo de Bora Bora, desde entonces no nos hemos podido ver, él ha estado viajando por cosas de la empresa y yo he tenido misión tras misión que me ha ordenado el Señor Walker, aparte que tengo que lidiar con mi puesto en la empresa Walker, y como Christian me tiene absoluta confianza, viene y me deja al mando cuando se va «Lo odio, pareciera que me deja más trabajo acumulado apropósito».
Con Mía y Sabrina tampoco he estado, Mía tuvo que viajar a Italia para presentar unos nuevos cuadros que hizo, la galería se inaugurará en dos semanas e iremos todos «A todos me refiero a Sabrina, Christian, Nicholas y yo, ella no quiere a más nadie apreciando su arte».
Sabrina está en sesiones de fotos, prácticas, cambios de vestuarios y todo lo estresante del modelaje, en cuatro meses dará su pasarela en París, pero de igual manera está llena de trabajo con otras marcas. Tenía entendido que las dos se libraban de trabajo hoy. Llego al centro comercial, mientras en mis audífonos se van reproduciendo una de mis canciones favoritas «Yes, and?» de Ariana Grande.
Me bajo y tarareo el resto de la canción en mi mente.
Entro a Sephora intentando centrarme en el SkinCare que me hace falta nada más, pero a quien engaño, soy mujer al final de cuentas. Me distraigo de lo que solo iba a comprar y termino tomando productos de marcas como Patrick Ta, Armani, Charlotte Tilbury, Dior, Drunk Elephant, Nars, The Ordinary, Chanel y otras más.
Ignoro el estante de Rare Beauty ya que estoy segura que tengo todos sus productos.
Me quedo mirando la Dyson tentadoramente, «La mía ya tiene dos años ¿No estaría mal comprar otra? Claro que no». Pero al final decido no comprarla acá e ir a su tienda para personalizarla.
