Siento que el mundo se me cae a los pies en el preciso momento en el que veo a la mansión explotar.
—¿Qué te dijo?— Pregunta Sabrina y se que son los últimos segundos para verla completamente destruida —¿Dónde está Mía?
—No...— Digo, tratando de salir del shock, me paro rápidamente y salgo corriendo en dirección hacia la mansión.
—¡Aitana!— Grita Elaine detrás mío, mientras que Blake me llega a tomar.
—¡Más te vale que me sueltes!— Grito y todos me miran como si hubiera vuelto loca —¡Tengo que ir por ella! ¡Suéltame!
—¿Ir por quién?— Pregunta Sabrina y veo como las manos le empiezan a temblar.
—¡Suéltame!— Grito, a su vez que Mark también me agarra al ver que me trato de escapar.
—¡¿Cómo se te ocurre ir para la mansión si hay fuego por todos lados?!— Me grita mi mamá, provocando que le dirija una mirada feroz.
—¡Tengo que sacar a Mía de allá adentro!— Grito y veo como Sabrina se coloca pálida inmediatamente.
—No...— Dice ella y empieza a negar —Debes de estar jodiendo.
Siento como empieza a caer una leve lluvia, al tiempo que me percato de un pinchazo en el brazo.
—Es por tu bien— Me susurra Elaine, mientras voy cayendo en un sueño profundo.
Lo último que veo es como Sabrina se empieza a volver histérica, intentando hacer lo mismo que yo; irla a buscar.
Abro los párpados rezando a todas las brujas del universo que todo sea un maldito sueño.
Veo la intravenosa que me conectaron y sin hacer mueca alguna, me la desconecto.
Sigo con la ropa que cargaba, tragando en seco «Ella no puede estar muerta».
Me pongo las botas que están sucias, pero es lo que menos me importa en estos momentos.
Salgo, mientras voy reconociendo las paredes del hospital central de la UEES de acá.
Me escabullo a la otra habitación para encontrar a Sabrina y a Mía.
Entro y veo a Sabrina acostada con la mirada perdida, está despierta claramente, pero no dice, ni muestra emoción alguna.
Me acerco a ella, le toco la mano que tiene con su perfecta manicura, noto sus ojeras y sus labios partidos, a diferencia de la Sabrina de ayer, esta está demasiado demacrada, con los ojos hinchados y rojos.
—¿Sabrina?— Pregunto con miedo, la garganta me duele por lo seca que está —¿Cuánto pasó...?
—Un día— Me responde —Intenté escapar, pero fue en vano, me conectaron otra vez y no me dejaron irme.
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Sombras & Secretos
БоевикLibro 1 de la Saga Penumbra En medio de sombras ancestrales y lealtades cruzadas, Aitana despierta en un laberinto de identidades entrelazadas. Criada por la oscuridad de dos mundos opuestos, se embarca en una danza mortal por ascender en un imperio...