BANG ll: Explosion of love.

«En la cárcel»

Dos.

Miré al frente. Mark me besó repetidas veces en la mejilla.

—Te voy a extrañar. —Me susurró en el oído. Reí.

—Mark, son solo cinco días.

—Lo sé. —Juntó sus labios con los míos en un pequeño beso, que se comenzó a convertir en algo más. Abrieron las puertas de vuelo donde iríamos yo y Zoey y la fila comenzó a avanzar. Mark se encontraba a mi lado, aunque no iba a abordar el avión conmigo. Él se iría a Sydney dentro de unos días.

Un carraspeo nos hizo separarnos.

La azafata me miraba con aires de superioridad. Decidí, poner una postura mejor que la de ella. Tiré mi cabello hacia atrás, y ella sonrió falsamente para recibir mi boleto.

Me giré hacia Mark mientras la tipa lo revisaba.

—Adiós. —Murmuré.

—Cuídate. ¿Sí? Te veo dentro de cinco días.

Él me besó de nuevo, y luego susurró en mi oído un suave ''te quiero Leah'' que jamás era capaz de responder. Claramente lo quería. Eran años y años de pasar cosas junto a él. Pero Mark, lo decía de otra forma. Una que sonaba a, compromiso. Una que hacía que ese te quiero sonara intenso.

Zoey se despidió de Mark también, claramente de una forma menos romántica y me agarró del brazo para entrar por la puerta de embarque. Más allá me había despedido de mi madre, mi padrastro John y Liam. También los padres de Zoey.

—¿No estás emocionada?

Tragué.

—Bueno, quiero que mi padre sea feliz. Y no dudo que con Mónica lo sea, pero es raro.

—Oh Leah. —Ella me abrazó rápidamente. Zoey era muy... hiperactiva. —Todo estará bien.

—Sí. —Respondí inquieta.

Zoey me hecho al pasillo. Llegamos a nuestros asientos, en primera clase y tomó el que era mi boleto, en la ventana. Las primeras horas nos las pasamos durmiendo. Y el resto, sacándonos fotos, escuchando música y viendo películas aburridas.

Llegamos al aeropuerto de Sydney aproximadamente a las doce del medio dia. Un montón de breves recuerdos me invadieron. Había estado muchas veces aquí. Entonces me pregunte. ¿Qué sería de Justin ahora?

Saque los pensamientos sobre él de mi cabeza, y me concentré en buscar a mi papá.

—¡Ahí está! —Zoey sonrió, y avanzamos hasta él. Usaba un impecable traje de color azul marino. Una camisa blanca, y zapatos negros. No traía corbata y eso le daba un look un poco más informal. Su sonrisa de siempre se mantenía en su rostro. Noté que sus ojos tenían un poco más de arrugas. La última vez que lo había visto había sido hace un año. Para mi cumpleaños el había ido a California para vernos a Liam y a mí.

Sentí mis ojos llenarse de lágrimas.

—¡Papá! —Lo abracé con fuerza. Sentía que, si lo soltaba él se esfumaría, pronto yo despertaría y la alarma estaría sonando para hacerme levantar e irme a la universidad.

—Princesa.

El me devolvió el abrazo con la misma fuerza. Estuve colgada de él largos segundos. Me despegué solo para que Zoey lo saludara y entonces cada una le tomó un brazo.

Papá tenía un nuevo auto. Uh, y qué auto. Como era hora de almorzar, fuimos a un restaurant y luego nos fuimos hablando de cosas triviales hasta el millonario complejo de casas donde él vivía.