BANG ll: Explosion of love.

«¿Celoso?»

Capitulo cuarenta y seis.

Leah's POV.

Mi mamá siempre fue un poco exagerada, pero de la buena manera. En cuanto llegué, ella quería hacer una cena para celebrar que había vuelto a casa. Como insistí y llegué a rogar que no lo hiciera porque claramente Mark vendría, ella desistió a la idea.

Pero mis suplicas al de arriba al parecer no eran válidas, porque a las dos semanas de llegar, era el cumpleaños de John.

Hoy era su maldito cumpleaños.

Quería a John y todo el cuento, y estaba feliz porque celebraríamos su cumpleaños, en parte. Mark y sus padres estaban invitados, al igual que Zoey, y una infinidad de personas que, en lo personal, no me apetecía ver.

Miré el mensaje entrante de mi teléfono. Las perras de Cassandra y Kendall no iban a venir porque se iban a ir de fiesta juntas. Cassandra me dijo algo de que conocieron unos chicos y saldrían con ellos. Oh, más le vale a la lesbiana de Kendall no engañarme, y mucho menos a mi pequeño Damon. A todo esto, ¿qué se creían estas dos? ¿qué hice para merecer tener que estar sola en todo esto?

Respondí al mensaje que se cuidaran, lo pasaran bien y agregué mi anterior pensamiento de que Kendall no podía engañarme ni a mí ni a Damon.

Liam entonces soltó una carcajada. Como estaba yo acá, se había mudado temporalmente con mi madre para pasar tiempo conmigo. Es muy lindo. Y Mark claramente ya se había enterado de que yo estaba de vuelta en California. Liam y yo nos encontrábamos tirados en el sofá viendo un maratón de la serie Scream en Mtv.

—La matarán. —comenté.

—Sí, es seguro. —respondió.

Liam sería salvación. Pasaría toda la noche colgada de él para no quedar en ningún momento sola, porque no quería preguntas por parte de Mark. Dios, ¿estaba siendo muy perseguida? Quizás él ni si quiera querría saludarme. Tal vez estaba enojado, o que se yo.

Decidí no preocuparme más por eso, pero un retorcijón en mi estómago me impidió hacerlo. No dejaba de pensar en Mark.

—Oye, Leah. —me llamó mi hermano.

—¿Eh? —pregunté.

—Mark viene esta noche.

Lo que me faltaba, que este también lo nombre.

—Lo sé. —respondí. Él me miró pensativo unos segundos. Miró hacia todos y se levantó para cerrar la puerta de la sala donde nos encontrábamos. Se sentó bien y tomó mis dos manos mientras sus ojos se clavaban con fuerza en los míos.

—¿Sabes que te amo con mi vida, cierto? —preguntó. Asentí con cautela.

—Y eres mi mujer preferida después de mamá—agregó con una pequeña sonrisa. Le regalé una también. ¿A qué venia todo esto? Maldición, yo también lo amaba. Pero ya no era mi hombre favorito. Liam y papá siempre habían peleado por ser el hombre de mi vida, y actualmente, ninguno de los dos lo era. Ósea, si lo eran, pero en segundo y tercer lugar. Él y papá habían quedado después de Justin. Hace algún tiempo.

—Y también, tienes que saber que puedes confiar en mi para lo que sea. Porque siempre respetaré tus decisiones, y te apoyaré si es necesario.

—Liam, también te amo te apoyo y todo eso, pero, ¿qué ocurre?

—Mira, tal vez mamá con su estado de éxtasis porque volviste y todo no se dio cuenta del anillo en tu dedo anular. Pero yo si lo hice. Y el que no lo traigas puesto durante estas dos semanas no significa que haya dejado de significar lo que yo creo que significa.