«Uno menos»

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Capítulo sesenta y cinco.

Leah’s POV.

Luego de lo ocurrido en Sydney tomamos rumbos diferentes. Megan y Adam pagaron un vuelo privado a Italia, y Gavin decidió seguir también el mismo camino, para hacerse cargo de los negocios de Isaiah en Venecia. Ashton con Cass tomaron el primer vuelo a Barbados, y Alan decidió buscar nuevas oportunidades junto a ellos.

Luego de discutirlo bastantes veces y pensar muy bien en la decisión, finalmente Justin y yo habíamos optado por una bella casa en San Francisco, California.

Me había encantado la idea. Haríamos de esto un verdadero hogar. Tenía a mis padres cerca, y aunque a Justin no le gustaba mucho la idea de que pudieran descubrir nuestra vida paralela sabía de antemano que con mi madre cerca se nos facilitarían las cosas con respecto a nuestro bebé en caso de emergencia. Por cierto sería una niña.

Aún recordaba mi primer nuevo control en San Francisco donde la doctora nos había dicho el sexo del bebé;

—Por Dios...—murmuró Justin sin soltar mi mano y mirando la pantalla donde aparecía nuestro bebé.

—Esas de ahí son las extremidades. ¿Lo notan? Podemos enfocar su carita si quieren.—dijo la Doctora Parker, sonriendo al vernos.

—¡Si, si!—se emocionó Justin. Su voz sexy hacía contraste con la contagiosa emoción que irradiaba.

—Ahí vamos.

La pantalla se veía en colores cafés y tonos rojizos ya que eran en tercera dimensión. Entonces enfocó.

Un par de pequeños ojos cerrados, una nariz pequeña y algo respingada, y una boca chiquitita chupándose el pulgar. No es que no pensara que era bello, pero no entendía cómo las madres, viendo ecografías antiguas en blanco y negro decían; ¡Oh, se parece a…! Si yo, en una ecografía de tercera dimensión, no podía distinguir si su nariz o sus labios se parecían a los míos o a los de Justin, si compartía algún rasgo con mis padres, o incluso alguno de los detalles que recordaba de Isaiah. Simplemente veía a una criatura pequeña y hermosa, creada por el infinito amor que sentía por Justin y que estaría con nosotros pronto.

—¡Esta chupándose el dedo!—me sonrojé y la doctora se río ante el entusiasmo de mi esposo.

—Muchos bebés suelen hacerlo, a veces también se puede percibir cuando tienen hipo. Está en una posición perfecta, ¿Quieren saber el sexo?

Justin me miró. Me mordí el labio. Me daba nervios saberlo, me gustaría que fuera sorpresa pero tampoco quería comprar sólo ropa amarilla y blanca que serviría en cualquier caso. Odiaba el color amarillo y el naranja.

—¿Tu quieres?—pregunté.

Justin se mordió el labio y lo pensó unos segundos.

—La curiosidad me mata.

Miré a la doctora y asentí. Ella sonrió otra vez y comenzó a mover el aparato encima de mi abdomen.

—Es una niña.—nos anunció.

Los ojos de Justin se iluminaron. Me miró y me besó la frente.

—Seré el mejor padre de todos, te lo prometo, muñeca.

Había sido fantástico.

Siguiendo con los demás, Damon por supuesto jamás dejaría a Justin y también se habían establecido junto a Ken en San Francisco, solo que ahora a una calle de nosotros, en un edificio con el espacio perfecto para ellos solos.

Faltaban dos meses y medio para la llegada de nuestra hija y todos habian prometido estar en San Francisco para el Babyshower que Kendall había insistido en preparar, y luego para la fecha del parto. Antes de que nuestra bebé naciera por supuesto, también tendríamos una reunión por Navidad aquí.

BANG ll: Explosion of love.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora