BANG ll: Explosion of love.

«Caída»

Nueve

Me junté con Blake exactamente a las doce en punto. Su grandioso auto estaba estacionado allí en frente de la playa y venia solo. Me demoré un poco. Miré mi reloj, marcaba justo el medio día. Avancé los metros que me quedaban para llegar hasta él y me sonrió.

—Jess.

Me dio un abrazo pequeño, como quién no quiere la cosa y me besó la mejilla. Un beso, que duro unos segundos más de lo debido. Él se veía bien hoy. Bueno, en el restaurant anoche y por la mañana cuando lo conocí también lucía bien.

—¿Cómo estás? —Pregunté quitándome las gafas de sol.

—Muy bien. Mira la bebe que traigo. —Mis ojos se dirigieron a su pecho, y en efecto un poco a más abajo, casi llegando a su estómago, colgaba una cámara.

Y Dios, que cámara.

En mi cuello, colgaba la de Justin. Sonreí.

—Que linda. —Comenté.

—Deseo tomarte muchas fotos. —Dijo riendo. Me ofreció su brazo, y lo tomé para empezar a caminar.

—¿A mí? —Fruncí el ceño.

—Si. —Me miró seductoramente.

—Pensé que tomaríamos fotos de la playa, y esas tonterías.

—Quiero fotografiarte. —Me guiñó un ojo, y sonrió. —Y vamos a ir al muelle.

—¿Por qué? —Pregunté. Mire a mí alrededor. Parejas, niños, turistas. Era lo único que podía observar, ya que no quería mirarlo a él.

—Mi padre me presto el yate.

Oh, su papi le prestó el yate.

—Vaya, eso es genial.

—Lo pasaremos de maravilla. —Me convenció. Me animé. Parecía aburrida y él lo notaba. No podía dejar que pensara eso. Le sonreí y comenzamos a caminar un poco más rápido. Brevemente, recordé cuando casi morí ahogada por salir en un yate con Justin.

Ya bueno, no estuve a punto de morir ahogada, pero se acercó. Aún recuerdo la cara de mi padre cuando llego a la clínica.

Horrible.

Aún me seguía dando miedo el agua. Sabía nadar, bueno un poco. Si, seguía en la misma etapa en cuanto a eso. Y probablemente no saldría de allí. Mi pánico era inmenso. ¿Sabían que uno se puedo ahogar hasta en quince centímetros de agua? Eso me va a pasar a mí. Un día de estos voy a estar lavándome el rostro en el lavabo, y me ahogaré. Estoy segura.

Llegamos al muelle unos minutos después. Luego de conocer a un poco de gente, y que me pusieran un salvavidas, fuimos mar adentro. No podía negar que estaba un poco asustada.

Blake nos tomó fotos con su cámara, sonriendo, abrazándome. Iugh. Ya. Él no era feo, para nada, pero debo aclarar que me sentía malditamente enamorada de Justin en todos los sentidos, de él. Y de nadie más.

—Hoy estás preciosa. —Me alagó. Lo miré.

—¿Hoy?

—Bueno, ayer también. —Nos reímos. —¿Te gusta el mar?

—No. —Contesté. Su cara se desfiguró un poquito y me dio risa.

—Ósea, sí. Pero no. Me da miedo el agua. —Contesté.

—Wow, wow. Espera. ¿Cómo lo haces para ducharte? —Lo golpee en el hombro y el rompió a reir.

—A nadar. A ahogarme. —Respondí con una sonrisa.