Capitulo setenta y ocho.
Aviso: ÚLTIMOS CAPITULOS.
Justin's POV.
Era una tarde fantástica. Leah, Adam, Megan y yo estábamos con Damon y Ken en la piscina de su edificio. El reloj marcaba que faltaban veinticinco minutos para las siete, pero suponía que nos quedaríamos hasta más tarde. Se trataba de una de esas tardes maravillosas que no quieres que acaben.
Y no era el único que pensaba así. Adam, Meg y Damon seguían en la piscina, Ken estaba sentada en una orilla y Leah seguía recostada en una de las sillas para tomar sol, usando un vestido blanco sin hombros.
Me acerqué, aún con el cabello mojado, con el short de baño y sin camiseta, y me senté en la tumbona que estaba a su derecha, quedando cerca de ella.—¿Nos quedaremos a comer?—pregunté tomando una toalla.
Ella sonrió.
—Si, tengo hambre. —dijo tocando su vientre. Sonreí.
Los días habían avanzado rápido, y el parto había sido corrido un par de días por que el bebé aún no estaba totalmente en la posición. Según el doctor. Miré a Kendall y silbé.
—Hey Ken.
—¿Qué ocurre?—preguntó volteándose aún moviendo sus pies en el agua.
—¿Qué cenaremos?—pregunté entrelazando mi mano con la de Leah.
Ken hizo una mueca.
—Uff. No hay mucho, tenía pensado ir al supermercado, pero...—señaló con la cabeza a Damon. —Sigue en el agua.
Me reí.
—Vamos.—le dije.
—¿Enserio?
—Si, ya me sequé. ¿Vienes conmigo muñeca?—Leah sonrió y se sentó para levantarse
—Por supuesto, te dije que tenía hambre. —suspiró. Me levanté, y apoye mi mano en su cintura y su espalda baja para ayudarla a levantarse.
—Cuidado cariño.
Leah se me quedó mirando.
—Justin, no soy una anciana.—sonrió.
Retorcí los dedos de mis manos nerviosamente antes de tomar su mano otra vez.—Es que solo faltan un par de días y estará con nosotros, entonces ando paranoico. —solté comenzando a caminar junto a ella y a Kendall, saliendo de la piscina del edificio.
Leah sólo rió.
—No lo tortures, amiga.—le dijo.
—La torturada soy yo.—suspiró.—Quiero acabar con esto pronto.
Suspiré.
—Créeme que yo también. Te has vuelto terrible.
Kendall solo nos miraba con una sonrisa. Leah abrió la boca sorprendida. ¿Y qué? Ella ya lo sabía. Habían sido meses jodidamente difíciles. No sabía como había logrado llegar hasta este punto.
—¿Entonces porque me soportas? —dijo con una mezcla de enojo y tristeza.
Sonreí y la atraje hacia mí para darle un beso.—Porque me gusta soportarte.—me separé.
—Y soy tu esposo.
Ella sonrió.
—Por siempre, ¿oíste?
—Por más que siempre.
—¡Ay nooooo! No me hagan esto. Joder.—Se tapó los ojos. Solté una carcajada.
ESTÁS LEYENDO
BANG ll: Explosion of love.
ActionTERCER LUGAR CATEGORÍA ACCIÓN EN LOS #BIEBERAWARDS2016 No leer esta historia si no has leído la primera temporada disponible en el perfil. «Todo lo que dejaste atrás, vuelve a repetirse. El peligro, el miedo, la adrenalina, el fuego, el amor... Tod...