«Sorpresas y más sorpresas»

5.8K 341 52
                                    


Capitulo cincuenta y cuatro.


Leah's POV.

—Hoy es nuestro último día en Venecia. —susurré con algo de tristeza, abrazando a Justin por detrás. Acaricié su pecho con lentitud, mirando la grandiosa vista nocturna que teníamos de Venecia desde el hotel.

Llevábamos diez días en Venecia, luego de haber estado siete en las Bahamas y doce en Roma.

Mañana por la mañana nos iríamos a Milán por otra semana, y así terminar con esa fantástica luna de miel. Nuestro primer destino fueron las Bahamas. Un viaje totalmente costeado por Charlie, un segundo regalo de bodas. Nuestros otros tres destinos habían sido elegidos por Justin. Él adoraba Italia por alguna razón que jamás había preguntado, y por eso nuestros vuelos habían sido destinados a ciudades italianas.

—Mañana en la noche Megan y Adam nos esperarán en Milán y cenarán con nosotros en el hotel. —sonrió Justin.

—¿De verdad? —sonreí también.

—Si, Adam quiere saber cómo vamos y arreglar unos asuntos.

Solté a Justin para taparme el rostro.

Los últimos días habían sido fantásticos sin tener que escuchar las palabras trabajo, asunto, encargo, y sucio. Y los últimos meses también, ya que los chicos habían estado relativamente tranquilos después de lo ocurrido en Costa rica para costear la boda.

—Ay Justin. —suspiré. Él se giró y me acercó a él por la cintura.

—Muñeca...

—Conozco esa palabra a la perfección, y esa cara. Tú y Adam no son buena combinación.

—Ah, ¿no? —sonrió con sorna.

—No.

—Tal vez quieres decir que somos una combinación peligrosa. —se acercó a mi cuello, para besarme ahí.

—Muy peligrosa. —concluí en un suspiro.

—Es porque Adam también quiere ser el cerebro del grupo.

—Pensé que ambos lo eran.

—Sí, pero yo soy más importante. —nos reímos.

—¿Dónde es Justin?

Era la segunda vez que preguntaba en todos estos días. Su regalo para mí el día de nuestra boda había sido una pequeña caja de color azul, aterciopelada, con dos llaves dentro. No eran de un auto, o de alguna caja fuerte.

Si no de una casa.

Un hogar.

Justin había comprado una casa para nosotros. Y no me ha querido decir donde se encuentra. Y de alguna manera, sé que Damon también lo sabe, pero tampoco le había podido sacar la verdad a él hasta ahora. No podía torturarlo por teléfono, y no le vería hasta acabar la luna de miel probablemente.

—En alguna parte del mundo.

Estábamos avanzando. Cuando le pregunte por primera vez en nuestra noche de bodas, se había limitado a responder que en la vía láctea. Luego en el sistema solar. Pasó a la Tierra, y ahora, en alguna parte de ella.

—¿Cuándo me dirás en donde es?

Sonrió contra mi cuello. Entrelacé mis dedos en su nuca y sonreí también al sentir la suya. Me reí disimuladamente, su aliento me daba cosquillas.

BANG ll: Explosion of love.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora