Cinco.
La boda había sido todo un éxito. Todo había salido perfecto. Yo había vuelto a California dos días después de la celebración, cuando mi padre y Mónica se fueron a su luna de miel. Habían pasado cinco meses, y no había vuelto a ver a Justin de nuevo. Sencillamente, no debíamos estar juntos y comenzaba a entenderlo. El tiempo pasaba, y lamentablemente mis sentimientos seguían quedándose en el pasado.
Miré a mamá, que estaba en frente de mí, tomando un sorbo de café.
—¿Estás segura de esto, Leah? —Frunció el ceño y se dio una mirada con John. Revolví un poco mi cena.
—Si. —Dije segura de mi misma. —No quiero ir más.
—Bueno—Dijo John tomando un poco de agua. —Mañana iremos los dos a hablar con él tutor de la carrera. ¿Te parece bien, Leah?
Le sonreí.
—Gracias por esto, John.
—No hay de que, pequeña. —Él me sonrió de nuevo.
Había decidido no ir más a la universidad. Pero era tan solo; no asistir. Seguiría con mi carrera a pesar de todo, pero mediante una computadora. Seguiría con mis pruebas, y mis planes semestrales hasta acabar con la carrera. Este, era mi tercer año. Y técnicamente el ultimo. El cuarto año eran mis prácticas y trabajaría para la empresa de John. En general, quería despejarme un poco. Tal vez viajar, estar en otros lugares, pero sin dejar de estudiar. Mi madre y John pagarían una pequeña fortuna para que esto pudiera efectuarse y estaba eternamente agradecida.
Al día siguiente John fue a hablar sobre lo que ocurría. Habíamos dicho una pequeña mentira. Dijimos que debíamos abandonar el país por razones personales y no quería continuar la carrera en otra universidad. El profesor Logan, se lo había tomado bien. El me ayudaría con todo. Las pruebas, la materia y seguiría estudiando como si realmente asistiera a la universidad.
John se fue a trabajar, y tuve que quedarme durante un par de horas más. Firmando papeles, y una serie de tonterías que particularmente, no me importaban pero eran necesarias.
Salí de la universidad a eso de las tres y media. Caminé con la vista pegada en mi teléfono y solo me despegué para sacar las llaves del auto de mi bolso. Levanté mi vista y fruncí el ceño al ver a un tipo con una chaqueta de cuero negra apoyado en mi auto. Tenía aspecto casual, una postura relajada, como si él fuera el mismísimo dueño del auto.
Entonces se giró.
Y francamente, dude en si lo que estaba viendo era real o simplemente me estaba volviendo jodidamente loca.
—Hola muñeca. —Abrí mi boca. Sintiéndome mareada, y confundida a la vez.
—¿Justin?
El ignoró mi estúpida pregunta.
—¿Podemos hablar en un lugar más privado? —Pregunto incómodo. Estuve en shock durante unos segundos que parecieron horas y asentí sin decir nada. Le saqué la alarma al auto y le indique que subiera. Salí de la universidad y miré en frente. Su vista se paseaba de mi a... mí. No paraba de mirarme.
—Estoy en un hotel. —Murmuró. —¿Quieres ir allí?
—¿Cómo es que puedes pagar hoteles? —Fruncí el ceño. Una sonrisa se le escapo, e intento ocultarla con su mano. Se encogió de hombros.
—Vamos a mi departamento. —Murmuré.
—Eso suena bien.
No hablamos en todo el trayecto, que fueron unos diez o quince minutos. Rogué porque Sara mágicamente desapareciera del departamento y Zoey no saliera antes de clases. Me estacioné, y subimos al ascensor.
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BANG ll: Explosion of love.
ActionTERCER LUGAR CATEGORÍA ACCIÓN EN LOS #BIEBERAWARDS2016 No leer esta historia si no has leído la primera temporada disponible en el perfil. «Todo lo que dejaste atrás, vuelve a repetirse. El peligro, el miedo, la adrenalina, el fuego, el amor... Tod...